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La autovía de la Franja coge impulso con la vista puesta en el año 2015
Un primer tramo ya se encuentra en obras y pronto comenzarán los trabajos en el segundo.El resto de proyectos está en redacción, salvo el cierre del eje, que será una vía rápida de tres carriles.
24/08/2009 R. LOZANO
- La carretera N-230, que tiene un trazado sinuoso, discurre por el límite entre las provincias de Hue
Foto:EL PERIÓDICO
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Con la vista puesta en un horizonte tal vez demasiado optimista, el del 2015, la autovía de la Franja, la A-14, que enlazará Lérida y Francia a través de la Ribagorza aragonesa, ha tomado un buen impulso en los últimos meses: uno de sus nueve tramos básicos ya está en obras y un segundo comenzará en breve. De los siete restantes, uno ya tiene el proyecto aprobado (por lo que puede impulsarse su construcción) y seis más están en redacción. Sobre el papel, los primeros kilómetros de esta autovía deberían estar listos en la segunda mitad del 2012. Y a finales de ese año o principios del siguiente tendría que estar en funcionamiento el segundo tramo.
La A-14 se construirá siguiendo el trazado de la actual carretera nacional N-230, pero será de nueva planta. Tendrá casi 95 kilómetros de longitud y su coste total se ha estimado en casi 500 millones de euros (496 millones, según el estudio informativo, que se aprobó hace ahora tres años). Esta autovía enlazará Lérida con Francia, a través de la Franja oriental de Huesca, y vertebrará el territorio de la Ribagorza aragonesa. El eje en sí finalizará en el municipio oscense de Sopeira, y a partir de ese punto (hasta el túnel de Viella y, después, hasta la frontera con Francia) ya no se construirá una autovía, sino una vía de alta capacidad con un tercer carril adicional.
EL RITMO Este proyecto ha llevado un ritmo constante desde que se aprobó su declaración de impacto ambiental (en abril del 2006), si bien su ejecución sufre las mismas largas tramitaciones que toda gran infraestructura. No obstante, en el último año y medio la situación administrativa del eje ha avanzado sensiblemente y, de hecho, ya está en obras uno de sus nueve tramos, el que enlazará los municipios leridanos de Roselló y Almenar. Adjudicado en julio del 2008 por casi 29 millones de euros (once menos de los estimados en la licitación), los trabajos de este enlace comenzaron unos meses después y deberían terminar (según el plazo establecido, de 45 meses) en la segunda mitad del 2012.
Y el pasado abril se adjudicó por 40,3 millones (27 menos del presupuesto de licitación) la construcción de otro tramo, el que unirá Lérida y Roselló, pero todavía no se han iniciado los trabajos, que tienen que ejecutarse en 41 meses (tres años y medio).
Hay un enlace más, entre Almenar y el límite con Huesca, cuyo proyecto está aprobado, por lo que ya puede comenzar la tramitación para licitarlo y adjudicar su construcción. Y seis tramos más, todos en territorio aragonés (límite de Huesca-Tamarite; Tamarite-Purroy; Purroy-Benabarre este; Benabarre este-Viacamp; Viacamp-Puente de Montañana, y Puente de Montañana-Sopeira), que están en redacción.
Los cálculos más optimistas sitúan el fin de esta obra en el horizonte del 2015 o el 2016, pero no hay que olvidar que la difícil situación económica del país –y las muchas hipotecas de inversión que está adquiriendo el Ministerio de Fomento, responsable de la obra– podrían ralentizar el ritmo del gasto.
Este eje permitirá crear un importante nudo de comunicación en esta parte de Aragón, pues el punto de partida de la A-14 (Lérida) es también el de llegada de la A-22 (la autovía que unirá la capital leridana con Huesca), una infraestructura que está ya muy avanzada.
Si se acomete a medio o largo plazo una autovía más (incluso cabe la posibilidad de que sea impulsada desde el propio Gobierno aragonés), que una los municipios oscenses de Benabarre (en la A-14) y de Barbastro (en la A-22) se habría creado un enlace clave de Francia a Zaragoza.