–¿Por qué se va?

—-Me voy porque cuando uno llega a los sitios a lo mejor no sabe por qué llega pero sí nota bastante el momento de irse y yo lo he notado. Por lo que sabemos de Humberto Vadillo, y digo por lo que sabemos porque realmente no me ha dado la oportunidad de tener un diálogo privado, pues es que es una persona que se ha manifestado como de un corte ideológico que creo que no cabe en el juego político del momento ni en España ni en Europa y he vislumbrado demasiadas diferencia entre él y yo como para poder empujar un proyecto juntos.

–El nuevo director general se ha mostrado muy crítico con las subvenciones, el mecenazgo, con todo lo que tiene que ver con lo que va a gestionar.

–Claro, por eso pienso que una persona que tiene esos criterios, que son absolutamente legítimos y respetables, no es lógico que acepte un cargo público cuando lo primero que predica es que el Estado no debe intervenir en el fenómeno cultural. Ahí se puede uno plantear un análisis, que consista en el grado de intervencionismo del Estado, sistemas de intervenir, modelos de eficacia y de supervisión; pero claro sus ideas son excesivamente radicales.

–¿Le ha molestado especialmente alguna de sus declaraciones?

–No es que me hayan molestado, me han sorprendido. Creo que detrás de sus declaraciones no existe un conocimiento de lo que es la gestión pública, de lo que es la cultura como fenómeno colectivo y de lo que es la cultura como elemento de patrimonio fundamental.

–¿Cree que va a haber un efecto llamada entre sus compañeros nombrados por el anterior Gobierno?

— –No lo he pretendido. Pero allá cada cual con su juicio, con su opinión y con su forma de manifestarlo. Yo lo he hecho de la manera que me parecía oportuna hacerlo.

–Usted ha sido directora general. ¿Por qué se ha elegido a una persona de este perfil para el cargo?

— ¿En qué tipo de política lo encajaría yo? No lo encajo, no lo encajo, porque (piensa)… no me parece imposible establecer un diálogo ni político ni profesional con una persona de otro partido diferente al que a mí me hizo directora general. En primer lugar, no se me ha dado la oportunidad y, en segundo lugar, basándome, en lo que él mismo ha manifestado, es lo que a mí me ha hecho decidir y vislumbrar esa enorme diferencia que me impediría colaborar en un proyecto común.

–Ya están pensando en suprimir algún programa cultural.

–Ahí es fácil esgrimir razones presupuestarias y son ciertas, lo que pasa es que la falta de dinero afecta a todas las áreas de la vida social y es imprescindible adaptarse a ese nuevo esquema. Lo que hay que hacer es saber cómo adaptarse de la manera menos dañina para la sociedad, y para eso hay que tener unos criterios y saber priorizar. Hay cosas de las que se puede prescindir, como se pueden prescindir de algunas obras públicas y hay cosas que si se prescinden de ellas se socava gravemente lo que ya estaba sembrado y crecido y eso realmente es un daño del que ya no se recupera la sociedad. La cultura es un ámbito tremendamente delicado en el que es muy difícil construir y muy fácil destruirlo. Pero bueno, cada Gobierno tiene que hacer el programa que cree que tiene que hacer.

–Vadillo tiene un grupo en Facebook pidiendo su dimisión y algunos de sus miembros pertenecen a la cultura.

–Por eso digo que resulta chocante que una persona que reniega de la intervención del Estado en la cultura se ponga a gestionar recursos públicos culturales. Entonces insisto, no es que sus opiniones no sean legítimas, porque eso formaría parte de otro análisis; pero como responsable de la gestión cultural realmente no se comprende su discurso o por qué ha aceptado un cargo construido sobre ese discurso.

–¿Cuál va a ser su futuro?

–Tengo un puesto ganado por oposición en el Ayuntamiento de Zaragoza y ahí vuelvo.

Pilar Navarrete DIRECTORA DE LA BIBLIOTECA DE ARAGÓN: ‘Con su discurso, no entiendo por qué aceptó el cargo’ – Escenarios – El Periódico de Aragón.