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Para Rubén Lombarte, de Los Draps,  la crisis ha tocado no sólo a las entidades locales sino que «está afectando sobre todo a la asistencia. No va gente a los conciertos, y eso deriva en que no se celebren. Es una pescadilla que se muerde la cola».

Tras el Carrasca rock, en Facebook se puso de manifiesto también que la crisis está afectando a la caja que se recauda en las barras  que se instalan durante los conciertos. En la red social algunos se quejaban de que  «la gente que asiste a los conciertos llleva botellón», es decir, no consumen y al final no se hace caja, ni para la organización ni para los grupos.

«No faltan oportunidades, porque conciertos hay en la Comarca, pero se gestionan sin recursos», comenta Kapi, de Azero, uno de los grupos que tiene cierto caché en Aragón. Aún así reconoce que «la economía ha tocado también al rock. Antes te llamaban de los Ayuntamientos para incluirte en los programas de las fiestas de los pueblos y esto ya no está sucediendo».
Los festivales locales son los que salvan la cantera. Es el caso del Cerç, Franja Rock, Festyzeid, Codorock, Repechorock, Carrasca Rock, Zafán Rock (…), pero los grupos echan de menos salas donde poder organizar actuaciones.  Muchos se quejan de que en Alcañiz no hay una sala en condiciones para «armarla».

mitjançantSupervivientes del rock and roll.