El Gobierno de Aragón declara Bien de Interés Cultural la cárcel de Benabarre
Educación, Cultura y Deporte
El Consejo de gobierno ha dado hoy el visto bueno a la declaración de la Cárcel de Benabarre como Bien de Interés Cultural, en la categoría de conjunto de interés cultural, lugar de memoria democrática de Aragón. De esta manera, tras la declaración del barranco de la Bartolina, la prisión de la localidad oscense se convierte en el segundo lugar de memoria democrática que declara el Gobierno de Aragón.
Esta figura de protección se aplica cuando se cumple algo más de año y medio de la aprobación de la Ley de Memoria Democrática de Aragón, que contemplaba la posibilidad de declarar una serie de lugares de memoria democrática, que se integran dentro del patrimonio cultural de la Comunidad. La regulación aprobada conlleva la obligación por parte de la titularidad de estos lugares de trabajar con el departamento competente en su promoción y en materia de patrimonio cultural, además de a difundir su localización e interpretar lo sucedido en estos espacios, en colaboración con las entidades locales del entorno y, en su caso, con las universidades y entidades memorialistas de Aragón.
La legislación aragonesa define el lugar de memoria democrática como “aquel espacio, construcción o elemento inmueble cuyo significado histórico sea relevante para la explicación del pasado de Aragón en términos de participación, defensa y lucha a favor de la democracia frente a la intolerancia y la dictadura en el marco histórico de la Segunda República española, la Guerra Civil y la dictadura franquista”.
La cárcel de Benabarre se encuentra ubicada en el núcleo de la localidad de Benabarre (Huesca), entre las calles San Sebastián (Calle Justicia) y la Calle San Agustín.
Fue construida rehabilitando el edificio que ocupaba desde 1604 el antiguo convento de Agustinos Descalzos de Benabarre (objeto del proceso de Desamortización desarrollado por Mendizábal (1837).
El funcionamiento de la prisión como cárcel del partido judicial de Benabarre abarca el periodo que va desde 1866 a 1974. Su época de mayor actividad se sitúa entre los años 1936 y 1956, y muy especialmente durante los años 1938 a 1940, de ahí su especial relevancia en este periodo histórico.
Años más tarde, tras la reordenación de los partidos judiciales en la provincia a mediados de los años 60, ésta se integraría en el partido judicial de Barbastro, cayendo en desuso progresivamente. En su última etapa pasó a ser un depósito municipal, que acabó cerrándose definitivamente en 1974.
La prisión o cárcel de Benabarre (Huesca) es, por tanto, un modelo de prisión del siglo XIX-XX (la única conservada de estas características) que fue utilizada de forma intensa durante la Guerra de España (1936-1939) y postguerra, y en concreto durante el periodo comprendido entre 1938 y 1940, dejando testimonio del modelo de prisión del momento, con espacios diferencias para hombres y mujeres, ya que se trató de una prisión mixta.
En ella se conservan los grafittis de los prisioneros como testimonio directo de los sueños y privaciones de los mismos.
La construcción actual mantiene íntegra su estructura, en la que se observan, además, la reutilización de paramentos del castillo con sus correspondientes marcas de cantería, así como elementos suficientes para garantizar la evocación como Lugar de la Memoria Democrática de Aragón.
La cárcel de Benabarre conserva integra su estructura original, realizada en piedra mampostería, con pilares de ladrillo y rejas en las ventanas.
Las dovelas de las puertas están realizadas en piedra.
La cubierta de la construcción, de teja, es la parte más afectada por el deterioro del paso del tiempo, junto a los forjados, y quizá donde habría que centrar los primeros esfuerzos de conservación de la totalidad del conjunto.
Conserva íntegra las alas de las celdas, y en su interior se conservan, en diferentes grados de conservación, las celdas de los presos, los retretes, la numeración de las celdas, las puertas, los respiraderos, los pasillos de la cárcel y las diferentes estancias mencionadas en el proyecto de ejecución.
Las escaleras de acceso a las diferentes plantas han sufrido derrumbes en los últimos tiempos, dificultando en la actualidad el acceso a las plantas superiores.
Conserva, además, los graffitis de los presos realizados en las paredes de las celdas, en un precario estado de conservación, ya que se encuentran situados en los enlucidos de las paredes de las celdas, que como consecuencia de los últimos fenómenos meteorológicos han sufrido importantes desperfectos.
La cárcel de Benabarre es uno de los ejemplos mejor conservados de cárceles mixtas de finales del siglo XIX y siglo XX. Su uso fue especialmente intenso durante el periodo comprendido entre 1938 y 1940, donde el número de presos llegó a ser muy elevado tras el levantamiento de los sublevados en Benabarre, y donde fueron ejecutados algunos de los presos.
Los estudios documentales realizados constatan la sobresaturación de la cárcel, así como las circunstancias de las muertes de cada uno de los presos, que indican la práctica generalizada de fusilamientos y torturas.
En el archivo del Ayuntamiento de Benabarre se conservan 17 expedientes de defunción de juicios sumarísimos en la Cárcel de Benabarre, y en el Archivo Histórico Provincial de Huesca se documenta los fallecimientos de al menos 67 prisioneros, de los que se conoce la identidad, de diversas procedencias del territorio español. Entre ellos, caben destacar las de los alcaldes de Benabarre y Tolva y la de los miembros de la Agrupación Socialista de Benabarre, así como componentes del Consejo Municipal de la localidad. Se conoce, además, la circunstancia de que fueron detenidos, expedientados y posteriormente desterrados los maestros y maestras de la colonia infantil existente en la localidad de Benabarre durante el periodo de la contienda.
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