Origen: ¡Ay!, torito bravo
La siguiente conclusión es que no hay tantos antitaurinos como parece, al menos en el territorio, o que tienen pocas ganas de mover el culo. Si realmente hubiese un movimiento potente contra la tauromaquia, el cóctel taurinos-catalanes era la excusa perfecta para llenar Alcañiz de activistas. Pero la realidad es que apenas medio centenar de personas protestaron en la plaza de toros.
Y lo mismo ocurre en el otro bando. Que tampoco hay tantos taurinos en Cataluña. Primero, porque su parlamento aprobó la prohibición de los festejos por mayoría absoluta. Y, segundo, porque se preveía la llegada de unos 3.000 visitantes catalanes y no llegaron más de 300. Si por lo menos gastaron alguna perrica… contentos podemos estar.
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