Marc Nadal: “Mi intención era colársela, desenmascarar una farsa”

Acumula dos premios literarios en balear, ‘baleá’ según los organizadores, y uno en ‘lapao’.
 CATALINA GAYÀ

Jueves, 18 de junio del 2015

Marc Nadal: "Mi intención era colársela, desenmascarar una farsa"

DANNY CAMINAL

-¿Se siente políglota?

-Siempre me ha gustado aprender idiomas, He estudiado inglés, italiano, sé un poco de gallego, así que un poco políglota podría ser, pero no por saber mallorquín o lapao. Me gusta aprender idiomas y conocer los dialectos y sus particularidades.

-Pero ha ganado hasta tres premios literarios, dos en lengua baleá y uno en lapao, la variedad lingüística de Aragón oriental defendida por la Federació d’Asociacións Culturáls de l’Aragó Oriental (sic), la FACAO.

-En el caso del balear adapté un texto que había escrito en catalán a las formas que proponía la Acadèmi de sa Llengo Baléà. Se inspiran en unas gramáticas y unos diccionarios que salieron en el siglo XIX, pero lo del baleà es un invento.

-Espere, espere. ¿Cómo empieza todo?

-Un día hablando con dos amigos mallorquines me dijeron indignados: «Ahora han hecho una academia de la lengua balear». Me conecté y vi que habían fundado un premio literario y me presenté. Envié un cuento de dos páginas llamado Sa bala d’Aquil·les.

-Y los organizadores de los Prèmits Lliteraris en Llengo Baléà (así lo escriben) le dieron un premio de novela.

-Tenían las categorías de cuento y de rondalla. Me dijeron que lo mío era una novela corta porque no había animales mitológicos.

-Es el nuevo Monterroso de los gonellistas, que, entre otras particularidades, defienden que el dialecto mallorquín no es catalán.

-[Cita a Monterroso] Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí. Me dijeron que nadie se había presentado, así que me daban el premio. Me lo enviaron al despacho de la universidad. Pensaron que era un estudiante mallorquín que vivía en Barcelona.

-Era finales del 2012.

-Sí, y en el 2013 me dan el segundo premio de poesía en balear con Grassis, una parodia.

-Y sigue acumulando premios.

-En el 2013 envié un cuento a la FACAO. Defienden que lo que se habla en la Franja no es catalán, sino aragonés oriental. Y gano otro premio con el cuento Que ningú no mos faigue callá.

-Explíqueme la trama.

-Es un niño que lo pasa muy, muy mal en la escuela porque tiene un profesor pancatalanista. Les dije que era de Tarragona y que mis abuelos eran de Tamarit de Llitera. Gané un tercer premio y me invitaron a la entrega. Fui y, la verdad, fue un poco surrealista. Estábamos yo, una amiga, tres premiados y los organizadores.

-Y es ahí cuando se enteran en Mallorca y en la Franja de que usted es catalán. ¿Cómo se lo toman?

-Los de Mallorca, la verdad, se lo tomaron deportivamente y hasta me agradecieron la publicidad. Dijeron que ellos me habían adaptado la novela. En Aragón se lo tomaron muy mal.

-¿Con qué intención lo hace?

-La verdad, no tenía malicia. Es una forma más o menos elegante de colársela, de desenmascarar una farsa. O bien que tengan que reconocer que soy un políglota.

-Y mientras gana premios literarios está acabando una tesis doctoral en Física.

-Estudié Física e hice el doctorado en Química. En mi tesis estudio la aplicación de diferentes métodos teóricos a proteínas fluorescentes o fotoactivas. Ahora ya soy doctor.

-¿Y ahora?

-Este verano daré clases de inglés.

-¿Ve cómo es políglota?

-[Ríe] Los idiomas siempre me han gustado: este año he estudiado árabe. Pero catalán, valenciano, mallorquín… no he tenido que estudiarlos mucho.