Dimisió del President i de la Vice-presidenta del Consell de Llengües « Lo finestró del Gràcia.

Després de la reunió del Consell que ha tingut lloc a Saragossa el dia d’avui, ha fet pública la seguent declaració:

El CONSEJO SUPERIOR DE LAS LENGUAS DE ARAGÓN “concebido como un órgano consultivo de especial importancia para el desarrollo de la política lingüística de la Comunidad Autónoma”, creado y regulado por la vigente Ley de Lenguas, adscrito actualmente al Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte y no obstante “dotado de autonomía orgánica y funcional con el fin de garantizar su objetividad e independencia”, en sesión celebrada en Zaragoza el pasado día 10 de mayo, una vez presentada y admitida por el Pleno la dimisión del Presidente y de la Vicepresidenta del mismo, haciendo uso colectivo de la competencia y de la responsabilidad pública asumida, no menos que de la autoridad moral que se reconoce a sus miembros, después de considerar la situación y las circunstancias, la perplejidad y el desconcierto que se ha creado con la demora de una promesa incumplida y el no cumplimiento de la ley vigente, necesita y quiere hacer la siguiente

DECLARACIÓN A LA OPINIÓN PÚBLICA ARAGONESA

El aragonés apenas es ya una reliquia venerable para los aragoneses. La “protección de este patrimonio cultural e histórico de Aragón” está garantizada por el Estatuto de Autonomía; pero después de treinta años de autogobierno en los que apenas se hizo nada por él, constatamos con amargura que una ley -ni siquiera la llamada “de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón- no garantiza por sí sola la supervivencia y conservación de ninguna lengua. Y menos aún el uso que se haga del aragonés, el derecho de sus hablantes y el respeto a las modalidades del habla. Y en cuanto al catalán de Aragón o de la Franja, que debería y podría ser puerta abierta de par en par o, mejor, el Arco de Triunfo para pasar y repasar, para celebrar juntos la misma historia, corremos el peligro de convertirlo en piedra de tropezar y en quicio que nos desquicia: De Fraga “enta ací” esa lengua es aún para demasiados aragoneses una infamia y de Fraga “enta allà” un motivo de reivindicación territorial.

Los aragoneses nos hemos destacado en los últimos tiempos por la defensa de nuestro patrimonio material, pues bien, la lengua es un patrimonio inmaterial tan importante o más que aquel que merece mejor trato. Invertir para promover su uso es invertir en democracia y en educación humana. Y lo que se necesita es poco más que nada en dinero, que no sobra, y muchísimo más en otros valores inapreciables que se supone no deberían faltarnos.

Tenemos una Ley de Lenguas en vigor y un Gobierno que no la cumple. En esta situación las dimisiones de los cargos orgánicos del CONSEJO SUPERIOR DE LAS LENGUAS DE ARAGÓN se han presentado a quien corresponde; es decir, no ante el Gobierno, sino ante los consejeros en Pleno que asumen unánime y colectivamente toda la responsabilidad, sin que nadie dimita como consejero, y ante el pueblo aragonés, cuya es la soberanía a fin de cuentas. Las leyes son para que se cumplan. Ninguna es perfecta, y también la Ley de Lenguas puede ser mejor. Pero, parafraseando el adagio: “imperfecta lex, sed lex”.

Aunque sea la Ley de Lenguas papel mojado y el CONSEJO SUPERIOR DE LAS LENGUAS DE ARAGÓN probablemente una posibilidad perdida, la continuidad de los consejeros en sus cargos y su existencia misma, será de hecho una denuncia y el testigo de cargo en favor de una causa pendiente: un servicio público altruista y sin costes económicos. Razón de más y suficiente para quejarse y buscar amparo donde lo haya.