El Concúrs [sic] Lliterari [sic] en aragonés oriental [sic] ya lleva unos cuantos años sumando fracasos, entre ellos, que la falta que nadie se presente en los premios, llegan a obviar que premian fakes. Y que son premios que se dan a si mismo.
En su XIV convocatoria, la gala ya apuntaba maneras. En los premios se recuperó la figura más oscura del extremismo de FACAO, Ángel Hernández, quien animó a realizar actos violentos o fue retenido por la policía por contaminar una campaña electoral con pegatinas falsas. Además, el acto superaba la cutrez habitual del grupo radical, ya que se celebraba en una franquicia de cervezas y tapas, los 100 Montaditos, y en Zaragoza, donde hasta la fecha no se habla ni catalán, ni aragonés oriental, ni LAPAO. El cartel del premio reciclaba con un folio pegado el número de edición: 14º. Y sólo un premiado asistió a recoger el premio. Comprueben la fotografía que la organización difunde. A pesar que la juventud baila, y dos de los tres premiados eran de la asociación, la imagen aún esconde más sorpresas:
En ella aparecen, según la organización
El dramaturgo de Fraga (Huesca) Agustín Cabrera se lleva por segundo año consecutivo el máximo galardón del certamen literario en aragonés oriental. El segundo clasificado ha sido el periodista Raúl Vallés, de La Cañada de Verich (Teruel), quien durante 5 años ostentó la presidencia de la Federación de Asociaciones Culturales del Aragón Oriental (FACAO). El tercer galardón ha recaído en el investigador Julián Naval, de Tamarite de Litera (Huesca).
La realidad es que aparecen a la derecha Ángel Hernández, el ala más radical de FACAO, y a continuación a su izquierda el primer premio, que repite premio por segunda vez, a falta de escritos que se presenten. Pero quien aparece a continuación, a su izquierda, no es Julián Naval, histórico militante de FACAO, ni a continuación, a la derecha, Raúl Vallés, expresidente de FACAO. A pesar que dos de los tres premios recaen en los que han sido cabezas visibles de FACAO, no llegan a recogerlos. Y aún más sospechoso es que en las fotografías no aparece el público, que podemos sospechar que no superó de mucho el número de premiados. Esto se está convirtiendo en una agonía.