Los defensores de la pluralidad de lenguas en la comunidad inciden en señalar su sorpresa por la revisión de la Ley de Lenguas aprobada por el PP y el PAR en 2013 y anticipan tiempos de “parálisis” en la aplicación de esta
M. C. L.
zaragoza | 07·08·23 | 06:01 | Actualizado a las 18:35
Carteles que el Ayuntamiento de Huesca instaló y desinstaló en 2019. | EL PERIÓDICO
Tampoco es que haya caído como un jarro de agua fría, porque bien conocidos eran los programas electorales y las intenciones de PP y Vox con respecto a las lenguas minoritarias en Aragón, pero las principales asociaciones en pro del aragonés y el catalán de Aragón anticipan que «se avecinan años de retroceso», fruto de una «parálisis» de la aplicación de la Ley de Lenguas, aprobada en el año 2013 durante el mandato de Luisa Fernanda Rudi (PP) junto al PAR, y del olvido institucional que «había logrado que muchos hablantes se deshicieran de la vergüenza de hablar».
El nuevo Gobierno de Aragón suprimirá la Dirección General de Política Lingüística y eliminará las ayudas a entidades sin ánimo de lucro en materia de política lingüística. «Es evidente que va a haber un retroceso, de eso no hay duda, pero me preocupa más lo simbólico que el asunto de las ayudas, porque al final las asociaciones podrán autofinanciarse como siempre se ha hecho. Sin embargo, la eliminación de la dirección general, que tenía un presupuesto miserable, es un desastre porque genera la sensación de cara al exterior de que en Aragón no se hablan más lenguas que el castellano», explica Francho Nagore Laín, escritor, profesor universitario y miembro de la Academia Aragonesa de la Lengua.
«No es una sorpresa para nadie. El PP ya había presentado mociones en las Cortes pidiendo la eliminación del Instituto Aragonés del Catalán y de la dirección general», señala Guillén Forcada, presidente del Ligallo de Fablans. «Lo que sí nos sorprende es es revisión de la Ley de Lenguas aprobada por el PP y el PAR. Creemos que quieren paralizar la acción por el aragonés y va a ser el subterfugio que usarán para acabar con el proceso de enseñanza del aragonés en nombre de la libertad de los hablantes, como dicen ellos, sea lo que sea lo que signifique eso», critica Forcada, quien intuye que PP y Vox buscan generar un «caos lingüístico» al echar atrás cualquier intento de normativización y uso común por parte de la Academia Aragonesa de la Lengua.
También lo cree así Ignacio López Susín, el actual responsable de Política Lingüística, llevada por Chunta Aragonesista pero adscrita al Departamento de Educación, Cultura y Deporte que estaba en manos del PSOE. «Hemos trabajado con la perspectiva de llevar la Ley de Lenguas hasta el límite para no reformularla. Si lo hubiéramos hecho, se habría generado un debate muy ácido que en nada tiene que ver a lo que ocurre en la calle», señala López Susín. Cree el director general aún en funciones que en los ocho años de vida de la dirección general los hablantes «se habían quitado las vergüenzas», porque «cuando una lengua se institucionaliza, el estigma se quita».
“Seguiremos siendo un grano en el culo”
Durante estos años, la dirección general había suscrito acuerdos con ocho comarcas, con entidades locales, lanzó la cátedra Ferrández D’Heredia con la Universidad de Zaragoza e impulsó premios como Agora x l’aragonés, entregado durante el festival de cine de Espiello, y decenas de publicaciones. Para ello contaba con una financiación que osciló entre los 330.000 euros de 2020 a los 385.000 de este año –en 2022 ascendió a 626.000 de euros gracias a una partida de casi 300.000 euros que llegó desde el Ministerio de Educación–. «Es curioso que solo vayan a eliminar las ayudas a las asociaciones y no a los ayuntamientos. El de Fayón, donde manda el PP, recibe ayudas en materia de lengua», asegura López Susín.
La academia, amparada precisamente por la Ley de Lenguas de Rudi de 2013 –sustituyó a una norma aprobada en 2009 bastante más ambiciosa que incluía una academia para el aragonés y otra para el catalán de Aragón– se encontraba en pleno proceso de normativización de la lengua. Sin embargo, el cierre del grifo de las subvenciones a las asociaciones no preocupa especialmente a ninguno de los actores principales de las lenguas en Aragón. «Está claro que quieren paralizar la acción del aragonés. Otra cosa es que lo consigan. Llevamos 40 años con esto, 32 de ellos sin dirección general, y seguiremos haciendo y trabajando. Si somos el problema, seguiremos siendo un grano en el culo», asevera el presidente del Ligallo de Fablans.
En el siguiente capítulo (pp. 51-66), Henri Boyer se aproxima a la situación del benasqués o patués: una variedad de aragonés ribagorzano hablada en el valle de Benasque y alrededores, en el extremo nororiental de Aragón, España. El reputado sociolingüista advierte de su alto grado de vulnerabilidad y su intensa situación de minor(iz)ación con respecto al castellano, a pesar de que el 60 % de la población local continúe utilizando el patués en su cotidianidad. No obstante, Boyer reconoce con interés que el patués está fuertemente patrimonializado en este enclave y sus hablantes lo celebran como una “authentique langue” (p. 54), tratando de involucrarse en su uso y conservación, mediante diversas acciones militantes. Este compromiso se evidencia en los discursos analizados, en los cuales los informantes dan testimonio de un ejercicio mayoritariamente colectivo de lealtad y de apego a su comunidad lingüística. El estudio de Boyer complementa, por tanto, la reflexión iniciada en el capítulo anterior sobre el peso importante que tienen, para la continuidad de una lengua, los microactos glotopolíticos de los hablantes y, en definitiva, las dinámicas alternativas a la sustitución lingüística que operan “de abajo hacia arriba”. Igualmente, el autor lanza un interrogante sobre el rol que puede ejercer en estos enclaves el turismo, como un posible aliado para el despertar del filón identitario y de
la normalización.
El text recull les novetats normatives que afecten als usos, als drets lingüístics i al règim jurídic de les llengües a Aragó aprovades durant el segon semestre de 2022, sense que existeixi cap tipus de jurisprudència.
Celebran este miércoles una reunión en la sede de la Comarca en Valderrobres para que el alumnado de catalán no tenga más inconvenientes que el resto.
La asociación de padres Clarió convoca una reunión de padres y madres de alumnos de catalán en el Instituto de Educación Secundaria (IES) Matarraña de Valderrobres para estudiar medidas que eviten que los estudiantes de lengua catalana como asignatura optativa se vean penalizados respecto al resto. Entre otros inconvenientes, el alumnado de catalán, debido al horario de esta asignatura, se queda sin transporte para regresar a su casa. La cita es este miércoles en la sede de la Comarca del Matarraña a las 19.30.
La entidad convocante aboga por una solución “coherente y justa” para la enseñanza del catalán con la posibilidad de ampliar el horario lectivo semanal de 30 a 32 horas, como primera opción, porque permitiría incorporar las dos horas semanales de lengua catalán dentro del horario lectivo. Actualmente, los estudiantes de primero y segundo de la ESO a cursar esta asignatura optativa fuera del horario lectivo.
Clarió señala que la solución de la ampliación del horario se aplica con buenos resultados en el IES La Litera, de Tamarite (Huesca), donde todos los alumnos, cursen o no catalán, tienen 32 horas de estudio semanales. La asociación de padres de alumnos de catalán alerta de que, si persiste el actual tratamiento del IES Matarraña, la enseñanza del catalán, muy mayoritaria en los colegios de Primaria de la zona corre el peligro de languidecer en Secundaria por los inconvenientes que comporta a los alumnos, a pesar de ser la lengua autóctona de la comarca.
Pepa Nogués, madre de alumnos del IES Matarraña, explica que, de acuerdo a la programación prevista para el próximo curso, los estudiantes de primero y segundo de ESO deberán estudiar catalán fuera del horario lectivo y alargar su estancia en el Instituto una hora más que sus compañeros dos días a la semana. De este modo, se quedan separados del resto del alumnado y sin transporte para volver a sus hogares. Nogues alerta de que la continuidad de esta asignatura optativa peligra en el IES de Valderrobres.
Para abordar la situación en busca de soluciones, Clario ha convocado a los padres de alumnos a la reunión que se celebrará en la Comarca y en la que intervendrán representantes de la Dirección General de Política Lingüística y directores de distintos institutos de Secundaria aragoneses.
La presente obra adapta a la lengua aragonesa la Enquesta d’Usos de la Llengua Catalana, con el objetivo de dotar a investigadoras e investigadores de una herramienta con la que poder ampliar el estudio sociolingüístico del aragonés, la lengua románica más amenazada de Europa.
PP i VOX conformaran lo Govern d'Aragó i faran la nova política lingüística. Lo PP va presentar el programa més secessionista: no és català. VOX, contradiccions a banda, és més partidari d'esborrar la diversitat lingüística a Aragó: lo català no existeix.
Lo PP per 1a vegada ha fet un programa secessionista: "RECHAZAREMOS LA IMPOSICIÓN DE UN CATALÁN O UN ARAGONÉS NORMALIZADO que los aragoneses no reconocen como propios. Omitiremos el término 'CATALÁN'" (Algú va recopilar programes https://t.co/PcyTI1OnCw 👏) pic.twitter.com/mJdHYQGnlw
Què passarà? L'Acadèmia és la "institución científica oficial" per llei PP-PAR. I els seus Estatuts (2018) preveuen l'autoregulació, una vegada nombrats los seus membres. Per tant, és previsible que PP-VOX fotran lo debat en primer pla mediàtic :-(https://t.co/9WUXMPa3Ll
Si el PAR estiguera al joc possiblement s'obriria la via secessionista: existeix, però no és català. A llarg termini potser seria l'opció menys roïna. Perquè si VOX i PP es posen d'acord en esborrar la Llei… tornar-la a discutir d'aquí 4-8 anys en Corts. Bfff!
Sin embargo, desde la formación verde aseguran en su programa que derogaran “la Ley de Lenguas y los correspondientes institutos del catalán y del aragonés que enfrentan y dividen a los españoles”.
Fer pedagogia respecte a la qüestió lingüística i sociopolítica aragonesa té en el context actual una importància cabdal. Fer pedagochía respeutive a la custión lingüistica y soziopolitica aragonesa tiene en o contesto autual una importanzia capital. Hacer pedagogía respecto a la cuestión lingüística y sociopolítica aragonesa tiene en el contexto actual una importancia capital.
Foto: J.L. Boix Guardiola en Grup Belmonte de San José
Així deia el titular de la notícia en un conegut diari aragonés a principis del mes de maig: “Arranquen la retolació en català de dos senyals de trànsit en el Baix Aragó”. No obstant això, no era el primer acte vandàlic que rebien eixos senyals, ja que prèviament havien sigut ruixades abundantment amb esprai amb l’objectiu d’esborrar la denominació de les localitats de Canyada de Beric i Bellmunt de Mesquí. No contents amb esborrar la denominació, els valents vàndals van decidir anar un pas més enllà i eliminar qualsevol vestigi de la llengua catalana en aquell trosset del Baix Aragó i van eliminar físicament l’emplafonat metàl·lic en el qual es podien llegir les denominacions històriques i pròpies de les localitats.
He de confessar que després de llegir la notícia em va vindre al capdavant cert paral·lelisme -salvant les distàncies, òbviament- amb la conducta mafiosa de la ‘Ndraghenta calabresa. I m’explique. El modus operandi de la màfia calabresa estava basat a sotmetre als seus represaliats a una doble condemna. D’una banda, torturaven i assassinaven a tots aquells que s’oposaven als seus interessos. I una vegada morts, maltractaven públicament els cossos inerts de les seues víctimes abans de fer-los desaparéixer definitivament. Fins i tot, de vegades, els cossos desmembrats servien de menjar per als animals, que no deixaven cap evidència del que allí havia succeït. Així aconseguien una doble condemna per a les famílies de les seues víctimes. Al dolor per la pèrdua dels seus sers estimats, se sumava l’angoixa i desesperació que generava el fet de no saber amb exactitud quina cosa els havia succeït. Salvant les distàncies de fons, però amb certes similituds en la forma d’actuació dels vàndals, eixos van actuar a l’estil calabrés. No es van conformar amb esborrar amb esprai la denominació del cartell, sinó que van decidir eliminar qualsevol vestigi físic de l’emplafonat metàl·lic referent a les denominacions en català. Sense cos, no hi ha delicte.
A algunes aragoneses, est tipus de conductes no ens agafa per sorpresa. De fet, estem tan acostumades que hem hagut de naturalitzar-les d’alguna manera per una qüestió de salut mental. No obstant això, naturalitzar eixos actes de discriminació no significa obviar-los ni restar-los importància. De cap de les maneres. Potser ha arribat el moment de parlar obertament, sense prejudicis ni estereotips interessats, del fet de ser aragonés i parlar català.
Perquè molts aragoneses així som i així ho sentim. I tot això, sense que ningú ens haja ensenyat que això és així de manera natural i que no hi ha res de dolent en eixa doble vessant. Al contrari, moltes i molts hem hagut de construir i encaixar la nostra identitat aragonesa amb la nostra llengua catalana de manera autodidacta, via assaig-error. A camins, amagant-nos per a evitar preguntes o mirades incòmodes i, altres voltes, simplement acatxant el cap davant d’estos actes de discriminació lingüística constants. Per desgràcia, ningú ens ha ensenyat a encaixar l’element lingüístic dins del cresol identitari. Ni els nostres governs, ni els nostres conciutadans castellanoparlants, ni els nostres veïns valencians i catalans amb els quals compartim una història i una llengua. És cert que eixos últims, de vegades, tampoc han facilitat molt la tasca, sinó tot el contrari. Plantar la bandera lingüística i enarborar-la amb proclames polítiques i identitàries excloents en la seua guerra de trinxeres amb Madrid, li ha fet un mal servei a la llengua catalana, patrimoni comú de tots i no sols d’alguns.
Però el fet que a Aragó parlem català és una realitat centenària difícil d’amagar, per molts senyals que ratllen, que arranquen o per molt LAPAPYP, LAPAO o qualsevol altre eufemisme utilitzat per a evitar dir el que és: català.
I és que l’Aragó és un territori lingüísticament plural en el qual a més del castellà, la llengua aragonesa i la llengua catalana han sigut i són les nostres llengües pròpies des de fa segles. I si ningú posa remei -encara que els vàndals estan en això, tranquils- podria aventurar-me a conjecturar que ho continuaran sent durant uns quants segles més. De fet, molt abans que la llengua castellana fora majoritària a Aragó i s’elevara a icona arquetípica per ser etiquetat com un bon aragonés, el català i l’aragonés ja eren les nostres llengües. És més, eren les llengües emprades no sols en les Corts Generals d’Aragó, sinó també per la cancelleria real, que les usava de manera institucional i oficial. Els propis registres de cancelleria ja van posar de manifest allà pel segle XIV el caràcter plurilingüe d’Aragó, cosa que avui algunes conservem com un autèntic tresor i és uns dels gèrmens de la identitat aragonesa.
Arribat a eix punt, és inevitable preguntar-se què significa ser aragonés i aragonesa. La resposta no és fàcil. Potser ho determina el mostrar devoció a la Verge del Pilar, o admirar el riu Ebre al seu pas per Saragossa, o escoltar a Labordeta i La Bullonera, o estiuejar als Pirineus -o al poble, o a Salou-, o menjar ternasco amb rasmia o conéixer la famosa i rellevant sentència de Ens, que som tant com vós i tots junts més que vós, us fem rei d’Aragó, si jureu els furs i si no, no. Potser consisteix en totes estes coses o en alguna d’elles, però si ser aragonés significa venerar a la Verge del Pilar, escoltar mà en pit a Labordeta i estiuejar entre Biescas i Salou, segurament la majoria de les nostres lectores no se senten identificades en est aragonesisme precuinat i enllaunat. O potser ser aragonesa sigue una mica més complex que això, no?
El que hi ha darrere de l’acte vandàlic que ens ha servit de pretext per a parlar de llengua catalana i identitat aragonesa, és una concepció identitària uniforme, rígida i impermeable. Eixos tipus de concepcions va tindre sentit fins més enllà de l’Edat Mitjana i l’Edat Moderna com a mecanisme de pervivència i supervivència social en un entorn hostil. Però en ple segle XXI, amb un món completament globalitzat i interconnectat, mantindre una visió identitària de compartiment estanc és un suïcidi, com a individus i també com a societat. Al cap i a la fi, la identitat no és més que una cosmovisió compartida per un grup social. Esta visió tindrà uns denominadors comuns, però també tindrà vectors laterals i particulars a alguns subgrups que no han de ser compartits per tot el teixit social. La identitat ha de mantindre una certa unitat dins de la diversitat i ha de tindre un cert grau de permeabilitat. En cas contrari, la desafecció gradual dels grups que integren valors i principis no comuns a tots estarà garantida. I totes aquelles accions, decisions i actes que per acció o omissió afavorisquen una visió rígida i estanca de la identitat com a poble, l’única cosa que fan és generar desarrelament per part dels grups socials situats en la perifèria identitària.
I en això, en entendre la identitat com una cosa diversa sense perdre la condició d’unitat, les aragoneses que tenim com a llengua materna la catalana som unes expertes. Això és així perquè hem hagut de desenvolupar mecanismes de preservació de la llengua, d’una banda, i de sentiment de pertinença a Aragó, per un altre. I tots dos elements són vitals. El primer, perquè configura part de la nostra identitat personal i modela el nostre pensament: pensem amb paraules i amb un idioma en concret. Mentre que el segon ens fa partícips d’una concepció de món compartida, generant arrelament, oferint seguretat i projectant futur.
Per això, fer pedagogia respecte a la qüestió lingüística i sociopolítica aragonesa té en el context actual una importància cabdal. No crec que exagere si dic que la supervivència de la societat aragonesa està en joc. La vertadera sobirania popular de cada poble radica en el fet que els elements principals que sustenten eixa cosmovisió compartida del món, eixa visió comuna i comunitària no entren en contradicció en altres elements identitaris minoritaris. És prioritari trobar punts d’unió i eliminar els de fricció amb els diferents elements que ens identifiquen com a aragoneses i aragonesos per garantir una identitat amb un ampli ventall social i amb un alt grau d’identificació. I això s’aconsegueix entenent que els processos i les realitats lingüístiques no predeterminen les identitats. En tot cas, com a aragoneses hauríem de reivindicar la llengua catalana com a patrimoni aragonés en comptes de deixar-ho en mans d’uns altres. Si les llengües hagueren sigut igual d’importants que els béns de Sixena, ens lluiria més el pèl. Però en les llengües no hi ha soroll mediàtic, no hi ha emoció visceral, no hi ha desraó ni un enemic en el qual focalitzar la nostra ira o la nostra incompetència per no haver tingut cura de part de la nostra pròpia identitat.
Pero sempre hi ha hagut interessos en part del ventall polític, especialment a la dreta de l’espectre, que tendixen i espenten cap a la uniformitat social. La negació de la multiplicitat d’una mateixa identitat entronca amb un sistema capitalista interessadament uniforme -i neoliberal i de masses, afegiria jo- que conduix cap a un pensament únic. Est és més fàcil de manipular i, per extensió, resulta més senzill crear opinions majoritàries favorables a uns interessos econòmics que ostenten una posició de poder respecte a la resta de la societat. En aquest context, tot el que sigue diversitat, pluralitat o pensament divergent va en contra de fomentar un pensament únic dominant i, per tant, atempta contra els interessos econòmics de part de l’establishment.
I per a la nostra desgràcia, l’estat espanyol s’ha conformat al voltant d’un nucli central de poder com és Madrid i uns corrents de contrapoder situades sempre en la perifèria peninsular: Catalunya, Euskadi, Comunitat Valenciana, Navarra, etc. I enmig d’aquestes forces i jocs de poder ens hem trobat les aragoneses i aragonesos. Situats estratègicament entre diferents actors i forces, hem sigut utilitzats sistemàticament i de forma molt especial per l’estat central com a punta de llança de l’espanyolisme més arcaic i caciquil enfront dels nostres veïns catalans.
I encara que alguns arranquen cartells, uns altres devem i volem pensar que, a les portes d’uns comicis electorals, cal esperar d’una societat sana i democràtica com és l’aragonesa, que el fet de valorar les propostes polítiques sota l’òptica del respecte al nostre patrimoni lingüístic siga alguna cosa a tindre en compte. Encara que res més lluny de la realitat. Les propostes a nivell lingüístic són escasses i en tot cas estan molt polaritzades. Algun programa (de fet, un únic programa) afronta de manera valenta la conservació i el foment del nostre patrimoni lingüístic, cridant a les llengües pel seu nom -aragonés i català- i introduint l’oficialitat dins del debat polític. Uns altres, l’única cosa que pretenen és demonitzar i acabar amb el nom de les nostres llengües pròpies. Però la major desgràcia és que la majoria de programes polítics passen de puntetes o ometen qualsevol referència explícita a les llengües pròpies d’Aragó, començant per la seua denominació.
Mentre en altres territoris amb llengües pròpies, sense ser eixes oficials com és el cas d’Asturies, la utilització d’aquestes s’entén com un valor positiu i de respecte i identificació de la idiosincràsia particular del territori, a l’Aragó haurem de continuar esperant mentre l’assumpte es debatisca entre Lambán i Azcón. I en est escenari, diu molt més -entengue’s, en sentit negatiu- la indiferència dels teus aliats que el propi menyspreu dels teus adversaris. I qui vol enemics tenint a Lambán en el Govern? Doncs això.
En democràcia, el vertader exercici de poder no consistix a imposar el teu programa polític a través de la força que t’han donat les urnes, sinó d’integrar i incloure en l’exercici del teu govern les diferents cosmovisions dins de l’opció política majoritària. En cas contrari, es corre el risc que les posicions polítiques minoritàries polaritzen el seu discurs i actuen de manera anàloga quan esdevinguen en posicions majoritàries. Eix fet, a mitjà i llarg termini crea discursos i polítiques impositives, basades en la força i l’estupidesa, en comptes de polítiques dialogades i consensuades a partir de la reflexió i la cessió de posicions. Tot això, a fi de garantir de manera efectiva el lliure exercici dels nostres drets com a ciutadans i ciutadanes. I Lambán serà moltes coses, però no és un president valent. Ni tampoc ho serà Azcón, si es dona el cas.
Però al Cèsar lo que és del Cèsar. Al llarg d’aquests últims vuit anys i dues legislatures, el Govern d’Aragó ha comptat amb una Direcció General de Política Lingüística, comandada per CHA que, amb escassos recursos econòmics i materials i sota estreta vigilància socialista, ha aconseguit elevar a rang d’“Important” el nostre patrimoni lingüístic. Tant de bo que després dels comicis del diumenge, a la llengua catalana i a l’aragonesa se’ls etiquete com a “assumpte urgent”, perquè Aragó s’ho mereix.
Potser així, algunes aragoneses no haguem d’abandonar la nostra terra per veure reconeguts els nostres drets lingüístics més bàsics.
O potser així posem a Aragó en el centre d’interés de les nostres polítiques i deixem a Madrid i Barcelona a la nostra perifèria.
Javier Giralt és el president de l’Acadèmia Aragonesa de la Llengua (AAL), un organisme que tot just comença a caminar i que ja ha fet importants passos pel català i l’aragonès. També és el director de l’Institut Aragonès del català, una de les dues branques de l’AAL, juntament amb l’Institut de l’Aragonès.
Quin paper juga l’Acadèmia Aragonesa de la Llengua en la promoció del català i l’aragonès?
L’Acadèmia és molt recent. Es va crear l’any 2021, encara que la llei de llengües estava aprovada el 2013 i els estatuts es van aprovar el 2018. L’Acadèmia apareix com una institució que s’ha d’ocupar de la defensa, de la promoció, de la normativització. Neix com l’entitat que, per la llei de llengües del 2013, és la que té el paper de vetllar, defensar, promoure les dues llengües minoritàries a l’Aragó. I dins d’aquest paper també té la competència de la normativització que, potser, en aquests moments és el que s’està veient més de cara a la societat aragonesa.
En la presentació de l’Acadèmia vau dir que “és difícil estimar allò que no es coneix” i vau convidar els aragonesos a “sentir com a propis l’aragonès i el català”. Hi ha gent que desconeix les llengües que es parlen a l’Aragó?
Hi ha un desconeixement. Molta gent d’aquí no sap que existeixen aquestes dues llengües o sap que es parla alguna cosa que no saben ben bé què és. La desinformació que hi ha hagut a la nostra regió sobre la realitat lingüística ha estat molt palesa al llarg de moltíssims anys i això fa que la gent desconegui la realitat. Com vaig dir, si no la coneixes és molt difícil estimar-la com a pròpia.
És per aquest desconeixement que alguns en diuen ‘chapurriau’, del català?
La denominació chapurriau, o xapurreat perquè té diverses denominacions segons la zona, en realitat és la denominació tradicional que s’ha utilitzat a la franja d’Aragó. Jo mateix, fins que vaig començar a estudiar filologia a la Universitat de Saragossa, deia, senzillament, que parlava xapurreat i no em creava cap problema. A la gent la denominació no li crea cap problema perquè no té consciència que sigui un terme despectiu. Però, realment, ve de xampurrejar, que vol dir parlar malament una llengua o parlar-la amb dificultat. És una denominació que caldria eliminar perquè si no sempre tindrem la sensació que el que es parla a la Franja no és una llengua adequada, sinó una llengua mal parlada. Una denominació pejorativa no ha de ser el nom d’una llengua realment viva com la que tenim a la Franja.
Fins fa poc, la Franja era un dels llocs de part de catalana on més es parlava català i ara la llengua està en davallada.
Efectivament, comencem a veure una situació molt semblant a la que es detecta a Catalunya. La Franja sempre havia estat el reducte on es conservava el català amb el nombre de parlants més nombrós, però a partir del 2004 i, sobretot, amb les dades que ens van donar les enquestes d’usos lingüístics a la Franja del 2014, es demostra que, efectivament, hi ha hagut una davallada en l’ús de la llengua a la Franja.
Per què ha passat?
D’una banda, per l’arribada de gent forastera, gent que no parla català, que només parla castellà o una altra llengua estrangera, però li resulta molt més fàcil o més còmode utilitzar el castellà. Llavors, la gent de la Franja, que parla castellà, no insisteix a fer ús de la llengua pròpia, la catalana. D’altra banda, també es comença a veure un preocupant abandonament de la transmissió de la llengua d’una generació a una altra. Això es veu clarament en famílies catalanoparlants que al final acaben parlant castellà als seus fills. La despoblació, que és un dels criteris que també de vegades s’esmenta.
Com hi influeix la despoblació?
Hi influeix, sobretot, a la zona nord, a la Ribagorça, i en alguns pobles de la Llitera. Hi ha un despoblament perquè la gent jove marxa, només queda gent gran i, malauradament, el nombre de parlants també disminueix.
El català té prou presència a l’escola?
A l’escola hi ha assignatures optatives de llengua catalana. Estan dins de l’horari escolar i fins i tot hi ha alguns programes bilingües, o trilingües perquè inclouen l’anglès. No tenim un tipus d’ensenyament com el que hi ha a Catalunya, que seria l’idoni perquè és una immersió total o pràcticament total, en llengua catalana, però sí que sembla que això ajuda a l’hora d’aconseguir que hi hagi més capacitat de llegir, d’escriure i d’entendre la llengua catalana. Però el que veiem és que, com passa a Catalunya, això no ajuda a l’ús real de la llengua catalana.
I què s’hi pot fer?
Doncs és molt complicat de dir perquè aquí ja juguem amb la voluntat de la gent. La conscienciació seria molt important. Tenim un patrimoni lingüístic que hem de defensar i la millor manera de defensar-lo és parlant la llengua. El que passa és que és molt complicat conscienciar la gent Hi ha el cas d’una noia de la Franja que està estudiant a Barcelona i que ha decidit abandonar el català propi perquè sent que no és el català que ella veu a Barcelona. El problema és que ningú li ha explicat que les llengües tenen variants i que cal valorar-les totes. Cal conscienciació, informació i ensenyament, però aquí a l’Aragó això és molt difícil perquè el català no és una llengua que sigui cooficial.
El febrer passat es va aprovar la normativa d’ús oficial del català de l’Aragó, que reconeix l’autoritat de l’IEC i de l’AVL. Com us coordinareu amb aquestes institucions?
A l’Aragó necessitàvem que l’Acadèmia digués alguna cosa en relació amb això per deixar les coses clares. El BOA va publicar un acord que diu que la norma que tenim és la que promou l’Institut d’Estudis Catalans i, alhora, la que promou l’Acadèmia Valenciana de la Llengua perquè a la Franja tenim tota la part sud, la del Matarranya, que lliga més amb la zona del tortosí, la del valencià septentrional. Calia tenir-la també en compte perquè també ens proporciona molt bona informació a l’hora de normativitzar el català d’aquesta zona. Nosaltres la normativa ja la tenim i ara el que hem de fer és mirar de veure quins elements dins de la normativa ja existent afecten o identifiquen el català de la Franja. Estem en contacte amb l’Institut d’Estudis Catalans perquè estem fent un buidatge de les obres normatives per veure quins elements tenen d’aquest tipus. Hem estat en contacte amb les dues institucions.
Pel que fa l’aragonès, fa poc que se’n va aprovar l’ortografia oficial. Què suposa aquest pas per a aquesta llengua?
Quan l’Acadèmia va aprovar la norma ortogràfica de la llengua aragonesa ja va dir que era una fita històrica.
Per què?
Doncs perquè fins ara no hi havia una normativa oficial, no hi ha un estàndard i calia començar per l’ortografia. Hi havia, que jo recordi, quatre o cinc propostes ortogràfiques de diferents associacions i la de la Direcció General de Política Lingüística i cadascú utilitzava la seva. Calia acabar amb aquesta disfunció per poder començar a treballar en la normativització perquè si no tenim una ortografia normativa difícilment podrem fer una gramàtica i un diccionari. L’Institut de l’Aragonès ha estat treballant durant un any a un ritme bastant fort per decidir aquesta normativa ortogràfica oficial i es va assolir el dia 3 d’abril en la reunió que es va fer al ple. Sabem que no ha estat de gust de totes les associacions, però crec que n’hi ha més a favor que en contra. Ara l’Institut de l’Aragonès es planteja ja començar a treballar en el que seria la norma gramatical.
Seria l’equivalent al que va suposar Pompeu Fabra per al català?
Sí. Quan vam tenir aquesta reunió, Ramon Sistac, que és membre de l’IEC i de la nostra Acadèmia, recordava que fa 113 anys el català estava en una situació semblant a la que estem vivint ara per a l’aragonès. És a dir, es presentava una proposta normativitzadora que no era del gust de tots, però es va aprovar i gràcies a això el català és on és. I això és el que voldríem, també, que passés amb l’aragonès. El retard que porta l’aragonès és molt gros.
Hi ha més interès en l’aragonès últimament? Darrerament s’ha estrenat una pel·lícula doblada a aquesta llengua, hi ha figures com Jorge Pueyo, que va començar a fer continguts en aragonès per a les xarxes i ara té un programa de televisió…
Jo diria que, en general, hi ha més interès per l’aragonès. És més present a les xarxes socials i hi ha més interès de les associacions. Hi ha una certa atracció per veure què passa amb l’aragonès, amb les dues llengües en general, però en concret amb l’aragonès perquè és més propi de la comunitat autònoma. És una llengua que es parla aquí i enlloc més. També cal valorar tota la feina que ha fet la Direcció General de Política Lingüística, que ha fet una tasca favorable a la defensa de les dues llengües, però especialment de l’aragonès perquè, en certa manera, era la més necessitada.
I tot això amb un president, Javier Lambán, que, en principi, no sembla especialment interessat en les minories culturals.
Lambán s’ha manifestat molt a favor de la llengua espanyola i jo crec que mai ha esmentat ni l’aragonès ni el català. Cal dir que almenys ha deixat que la Conselleria d’Educació, Cultura i Esports hagi creat la Direcció General de Política Lingüística i ha deixat treballar pel català i per l’aragonès.
El govern aragonès està treballant en una llei que ha de permetre als parlants de català i d’aragonès adreçar-se a l’administració en la seva llengua.
La Direcció General de Política Lingüística va presentar aquesta proposta, que es va posar a disposició pública per fer-hi al·legacions i, en cap moment, ni el govern, ni el president, ni el conseller van ordenar que es retirés. El projecte va endavant. El que passa que ja hem entrat en època d’eleccions i ara està aturat.
Si, després de les eleccions, hi hagués una majoria del PP, què passaria amb l’Acadèmia?
El PP, quan governava en coalició amb el PAR [Partit Aragonès Regionalista], no va eliminar mai les classes de català a la Franja. Va respectar el que hi havia. El que no va fer és promocionar el català. Tinc la sensació que si guanyés el PP deixaria tranquil·la l’Acadèmia. La llei de llengües vigent és la que va aprovar el PP en coalició amb el PAR. El problema és si ha de fer coalició amb altres partits com Vox, que ha dit a les Corts, en diverses ocasions, que cal eliminar l’Institut Aragonès del Català i que cal destituir tots els acadèmics perquè són sospitosos de moltes coses.
El LAPAO ja ha passat a la història?
Sí. El LAPAO i el LAPAPYP han passat a la història. La llei és la mateixa i aquella ocurrència va ser molt útil per posar de manifest que aquí a l’Aragó tenim dues llengües i que políticament no li volien donar el nom que realment havien de tenir.
Autores desconocidos han arrancado las denominaciones en catalán de Belmonte de San José y La Cañada de Verich -Bellmunt de Mesquí y la Canyada de Beric- de dos señales de tráfico de la carretera A-1409 entre Torrevelilla y la Cañada de Verich. Se trata de los mismos indicadores que el pasado mes de marzo fuero tachados con espray de pintura negra para impedir la lectura de los nombres en la lengua propia de la zona mientras que preservaron los escritos en castellano.
Para eliminar las versiones en catalán de los dos pueblos, el o los autores tuvieron que invertir un tiempo más prolongado que durante el anterior episodio de vandalismo, mediante el uso de pintura. Para acceder a los rótulos superiores, los autores del destrozo tuvieron que utilizar una escalera u otros sistema de elevación.
El director del Servicio Provincial de Vertebración del Territorio en Teruel, Ignacio Belanche, ha hecho una “llamada” a la ciudadanía para que “respete un patrimonio público” como los indicadores de tráfico.
Ha recordado que las denominaciones sustraídas de la señales de carretera son las propias del territorio y también figuran en la nomenclatura oficial de la comarcalizacion -en la provincia de Teruel, el catalán es la lengua autóctona de la comarca del Matarraña y parte de la del Bajo Aragón, como ocurre con las localidades de Belmonte/Bellmunt y La Cañada/la Canyada-.