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Francisco se siente muy orgulloso de trasladar sus conocimientos a los visitantes |
Zaragoza.- Villa Fortunatus es un yacimiento romano localizado en el municipio de Fraga, en Huesca. Éste tiene un guardián, Francisco Casas, que también explica a los visitantes la historia de esta villa romana que es la mejor conservada de todo Aragón. La villa nació como segunda casa de un acaudalado romano en el tiempo en que los tributos a Roma eran muy altos y la crisis, como ahora, estaba presente, por lo que estos personajes se retiraban de las urbes para dedicarse a las explotaciones agrícolas.
Francisco asegura que le encanta su trabajo. El mismo que realiza desde hace 35 años y que le ha permitido participar en excavaciones arqueológicas en la última etapa. Llegó al aprobar unas oposiciones cuando sólo veía “piedras”, ahora ya se sabe de carrerilla, una a una, todas las etapas por las que ha pasado la villa, desde su descubrimiento en 1879, las primeras excavaciones en 1926 o el transporte de los pavimentos o mosaicos al Museo Provincial en Zaragoza.
La villa ha cambiado mucho y también ha sido dejada durante bastante tiempo. Allí ha estado siempre Francisco Casas, a quien le apena que las termas que forman parte del yacimiento hayan quedado fuera del nuevo cubrimiento que permitirá la mejor conservación de los restos.
Pregunta.- ¿Cómo es la vida de alguien que cuida una villa romana?
Respuesta.- Yo soy el guarda y guía de la Villa. Cuando vienen visitantes les acompaño y les hago una explicación del yacimiento de más o menos 45 minutos si vienen de un colegio o es un grupo numeroso.
P.- ¿Cuál es la historia de este yacimiento?
R.- La villa se descubrió en 1879 gracias al cambio del curso del río que arrasa el yacimiento y deja un corte donde se encuentran materiales de restos de teselas, cerámica hispánica, cigilata, ya que en él se cultivaban olivos y nos da a entender que aquí tenía que haber algo. Las primeras excavaciones se dieron en 1926, después estalla la guerra y acaba paralizado.
Luego hay diferentes etapas de excavación entre el 42 y 43, cuando se arrancan los pavimentos más significativos que están en el Museo Provincial de Zaragoza en la Plaza de Los Sitios. En los años 60, el arqueólogo Pedro de Padol hace una pequeña excavación y la última ha sido la del francés Francecs Tusset, desde el 83 hasta el 86 en la que participaron estudiantes.
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La basílica paleocristiana es una de las tres que hay en toda España con la parte trasera recta
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Los materiales encontrados en todas estas campañas han hecho posible una datación desde mitad del siglo II hasta mitad del V dC.
P.- ¿Qué pensó la primera vez que vio el yacimiento?
R.- Pues lo primero que vi fueron piedras. Luego ya no las veo, la villa ha ido cambiando con las excavaciones.
P.- ¿Cómo lleva este trabajo?
R.- Este trabajo me gusta muchísimo. Yo llegué aquí a través de unas oposiciones que aprobé y, por lo tanto, cubrí la plaza.
P.- ¿Cree que si aumenta mucho el número de visitantes se podría destruir algo?
R.- Ahora en estos momentos no, gracias a la cubierta que está recién puesta. Antes con 60 niños corriendo por la villa era un problema para mí. Ahora con las pasarelas no tendré que discutir con nadie porque todo el mundo hará el recorrido por ellas y ésa es la única forma de proteger el yacimiento.
P.- La villa tiene dos partes…
R.- Ésta está formada por un patio interior, gran atrio, bordeado por cuatro grandes corredores que junto con éste forman un peristilo, y alrededor del atrio la clásica casa romana mediterránea o el clásico patio andaluz.
P.- El patio destaca bastante…
R.- Sí, éste mide 350 metros cuadrados cuando lo habitual es que sea de entre 30 y 60 metros en un patio interior. Además, tiene una interesante basílica paleocristiana, que en la Península sólo hay tres porque su parte frontal es en forma de ábside y la trasera es recta totalmente, y eso es muy atípico.
P.- En ella vivía un “romano rico”…
R.- Sí. Ese momento se sitúa en el Bajo Imperio Romano, algo parecido a lo que estamos padeciendo con la crisis. Por ello, abandonaban las grandes urbes por el gran pago de tributos, por lo que se retiraban a su segunda vivienda en el campo y se dedicaban a las explotaciones agrícolas.
P.- ¿Se convierte en un hacendado romano cuando está dentro?
R.- No. Simplemente te crees importante porque están conservado los vestigios de un patrimonio muy importante.
P.- ¿Cuáles son las reacciones de los visitantes?
R.- En un principio sólo ven piedras, pero con la explicación se quedan contentos. Si en un lugar como éste no hubiera nadie que explicara a los visitantes, que no son expertos en Arqueología o meros conocedores, sería muy diferente.
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Para Francisco Casas, éste es el mejor trabajo que podría tener
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P.- ¿Hubo problemas con desprendimientos?
R.- Eso ya está solventado. Ahora antes de la cubrición en la parte del río se ha hecho una escollera de catorce metros de larga a 300, el talud y la viga, por lo tanto, ha quedado totalmente protegido. Es una obra de Confederación Hidrográfica del Ebro y la protección la ha hecho el Gobierno de Aragón.
P.- ¿Cuántos años lleva cuidando de la villa?
R.- Sobre 35 años. Incluso he colaborado con las últimas excavaciones del arqueólogo francés y con ello he podido acceder un poco a la Arqueología.
P.- ¿Ha habido diferencias de inversión dependiendo de los años?
R.- Últimamente estaba un poco olvidado por parte de la Administración, pero ahora se ha subsanado y las cosas han cambiado. Además, el primer año que llegó el euro conseguimos 54.000 euros que nos permitió restaurar parte de los muros.
P.- ¿Qué es lo que más le gusta del yacimiento?
R.- Todo. Lo que más destaca es la basílica, pero también las termas, que por desgracia se nos han quedado fuera del cubrimiento porque el presupuesto no daba para más, por lo que se protegerán en otra etapa. |