Este descubrimiento supone la primera documentación de una modificación del alfabeto latino para transcribir la lengua celtibérica.
El fragmento de una tablilla de
bronce encontrado de forma fortuita en las proximidades de Novallas (Zaragoza), escrito en alfabeto latino y en una lengua paleohispánica indoeuropea, seguramente celtibérica, se ha convertido en el
documento pionero en el uso del latín en la cultura paleohispánica.
El director de Museo de Zaragoza, Miguel Beltrán, ha sido el encargado de presentar la pieza, que permanecerá en sus instalaciones, junto al director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Javier Callizo, y el coordinador del equipo científico que lo está estudiando, Francisco Beltrán.
Francisco Beltrán ha destacado las características únicas del fragmento, que proviene de una placa de bronce encontrada en el yacimiento de la Plana (Navillas), en una villa romana que data de la segunda mitad del siglo I de nuestra era, una localización posterior a la fecha del escrito que, según Beltrán, iba a ser refundido para volver a utilizarlo.
Beltrán, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza, ha destacado que en el escrito “aparece un préstamo del latín”, la palabra “publicus” y un nuevo signo, la “s” con una línea horizontal en la parte de abajo.
Una marca que, según ha dicho, corresponde al intento de diferenciar en el alfabeto latino las dos silbantes conocidas en la lengua celtibérica, aquella que representaría la “s” y la que se acercaría más a una “z”.
Este descubrimiento supone la primera documentación de una modificación del alfabeto latino para transcribir la lengua celtibérica, a través del cual se han documentado en otros textos de la comunidad, lo que supone, en cierto modo, la identificación del primer sistema de escritura original ideado según todos los indicios en el territorio del Aragón actual.
El bronce fue depositado en el Museo de Zaragoza el pasado mes de junio y ha sido sometido a diversos estudios para “asegurar su autenticidad”, tal como ha explicado Beltrán, y los expertos han llegado a la conclusión de que se trata de un bronce compuesto por cobre, plomo y estaño, que estuvo fijado a una pared y que fue afectado por el fuego.
Beltrán también ha explicado el grupo científico ha querido presentarlo ahora en Zaragoza antes de hacerlo público en el XI Coloquio Internacional de lenguas y culturas prerromanas de la Península Ibérica que se celebrara en Valencia a partir de este miércoles.
Por su parte, el director del Museo de Zaragoza, Miguel Beltrán, ha explicado que en estos tiempos de crisis, muchas entidades adolecen de recursos para comprar obras, pero que “en Aragón tenemos a la arqueología como aliada y a la figura del hallazgo casual”, y se ha remitido a otras obras encontradas de manera fortuita como el león funerario de Fabara o el bronce de Agón.