Los dos obispos firmaron en Madrid un acuerdo “muy similar” al de 2008, que exigía la inmediata devolución.
El obispado de Lérida abandona el proceso judicial por la propiedad de los bienes en litigio con Barbastro-Monzón. El escrito en el que lo comunica y en el que también pide ayuda a la Justicia civil para poder devolverlos fue presentado en los juzgados ilerdenses ayer, mientras el prelado, Joan Piris, firmaba en Madrid con su homólogo aragonés, Alfonso Milián, el acuerdo propuesto por el Vaticano a través del nuncio, Renzo Fratini. Aunque no ha trascendido su contenido, Piris afirmó que es “muy similar” al firmado entre las mismas partes en 2008, en el que se establecía que las obras debían devolverse de inmediato a su propietario, Barbastro-Monzón, pero que nunca llegó a cumplirse.
Solo tras la reunión, que se celebró por la mañana en la Nunciatura, el prelado ilerdense hizo público el anuncio de su “renuncia expresa” a seguir participando en la causa civil, abierta por los Amics del Museu al presentar una demanda para que se reconociera que la propiedad de las obras era de Lérida. En septiembre, la titular del Juzgado de Primera Instancia número 4 de Lérida confirmó que el dueño era Barbastro y la diócesis ilerdense tan solo era depositario de las mismas.
El fallo fue recurrido la pasada semana por los Amics, y ha sido en la contestación a la apelación cuando el obispado ha informado de que abandona el proceso. Según el comunicado de prensa, no podía desvincularse antes porque de no haber comparecido como parte demandada en el juicio “hubiera sido declarado en rebeldía”. Tras la sentencia y el posterior recurso, la diócesis tenía varias opciones: adherirse a los argumentos de los Amics, impugnar el fallo o renunciar “expresamente” a su derecho de constituirse en parte apelada. En este sentido, cabe recordar que antes de que se conociera la sentencia, ya anunció que, fuera cual fuera el resultado, no recurriría.
“Siempre voluntad de obedecer”
En la nota, Lérida insiste en que “siempre y especialmente a lo largo de este largo proceso civil” ha mostrado “voluntad de acatar y obedecer” el decreto del Tribunal de la Signatura Apostólica de 2007 que le ordenaba devolver las obras a Barbastro, si bien en el juicio oral y en la vista previa cambió de estrategia y se proclamó propietaria.
Ahora, se apoya en la sentencia de la juez de Lérida para justificarse y recordar que “ha querido ejecutar estas resoluciones, entre otras acciones, mediante un requerimiento personal de Joan Piris dirigido al presidente del consorcio del Museo de Lérida y consejero de Cultura de la Generalitat (Joan Manuel Tresserras)”, pero “fue denegado”.
En el último punto de los siete que incluye el comunicado, Lérida se vuelve a reafirmar “en el reconocimiento y acatamiento de las resoluciones canónicas y su validez”, al tiempo que reconoce también el acuerdo firmado en junio de 2008 entre Milián y el entonces administrador apostólico ilerdense, Xavier Salinas, en el que ambos ponían un plazo de 30 días para la entrega, que nunca se cumplió. Piris asegura que manifiesta públicamente su obediencia “ante las dudas, incomprensiones, comunicados, atribuciones, afirmaciones, querellas y críticas hechas por entidades y particulares de forma injusta, injustificada y tergiversando a las claras la verdad de la actuación de este obispado y en concreto de su actual prelado”.
En este sentido, fuentes próximas a la diócesis catalana reconocieron que es previsible que el abandono de la vía civil -Salinas ya desistió en su día de proseguir por la vía canónica- “siente mal y no se comprenda” en determinados sectores de la comunidad vecina.
Aunque quizá lo que peor puede sentar en Cataluña es que, además de renunciar a seguir la lucha en los tribunales, el obispado de Lérida también pidiera ayer en su escrito de ocho folios “auxilio judicial” para que las obras puedan ser entregadas a sus propietarios pese a la oposición frontal de la Generalitat, que se escuda en la unidad y la legitimidad de la colección del Museo Diocesano y Comarcal de Lérida para impedir la salida de las piezas. No obstante, el abogado de Lérida, Javier Gonzalo, no ve factible que un juez autorice el traslado en estos momentos, al estar las piezas todavía ‘sub iudice’.
Carta de Iglesias a Piris
La razón de esta solicitud está en una carta enviada por el presidente aragonés, Marcelino Iglesias a Joan Piris hace menos de 15 días, en la que le sugería que si el motivo que le impedía cumplir los mandatos de Roma era la negativa de la Generalitat, pidiera ayuda a un juez para poder cumplir lo que se le ha ordenado. Desde la DGA confirmaron la existencia de la misiva, en la que, “con un tono muy diplomático y educado”, se planteaba esta solución.
No obstante, Gonzalo discrepó y consideró que la solicitud se hacía con una actitud “exigente” y con la intención de “inmiscuirse”. “Al obispo no le han agradado los términos en los que se expresa (Iglesias), esta carta es un despropósito”, criticó. Por otra parte, Gonzalo afirmó que no se retirarán de otro de los procesos judiciales en marcha, el del exequátur instado por Barbastro y la DGA para que se reconozca la validez en España de los decretos vaticanos y se ejecuten.
Y todo esto, en el día en el que los dos obispos implicados se reunieron con el nuncio para firmar un acuerdo impuesto por el Vaticano con el que se pretende poner fin al litigio, aunque el hermetismo fue casi total, puesto que Fratini les pidió silencio. A su vuelta a Lérida, Piris explicó al diario ‘Segre’ que era “casi lo mismo que el pacto de 2008, con algún matiz” que no desveló. Además, opinó que “si la Generalitat defiende la legitimidad de la colección y Barbastro la propiedad, será difícil entenderse”. Por su parte, Alfonso Milián ha convocado para hoy una rueda de prensa. También se manifestó ayer el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña. “La suerte está echada”, dijo, al tiempo que insistió en que los bienes volverán “más pronto o más tarde”.