El diseñador gráfico y columnista natural de Torre de Arcas, Carles Terès, ha obtenido el premio literario Guillem Nicolau por ‘Licantropía’. El galardón, concedido por la DGA, contempla tres premios diferentes para cada una de las tres lenguas que se hablan en Aragón y Terès ha obtenido el reconocimiento correspondiente a las obras escritas en catalán.
El premio conseguido por Terès está dotado con 3.000 euros, una cantidad que dependerá de su viabilidad económica en los presupuestos de 2012. ‘Licantropía’ es una historia que entremezcla realidad y fantasía haciendo referencia a algunos de los lugares más emblemáticos de la comarca del Matarraña.
El nombre de todos los personajes que conforman la novela es ficticio aunque remiten a personajes e historias vividas en la comarca. ‘Licantropía’ es un alegato hacia la singularidad del territorio matarrañense, enclave privilegiado a medio camino entre tres comunidades autónomas y en el que pervive el uso cotidiano del catalán.
De curas y castillos
Si bien la trama principal de la obra transcurre en la época actual, la historia arranca en el siglo XVIII de la mano de un cura encargado de evangelizar los agrestes vecinos de la comarca. El camino del cura se detiene en un castillo en medio del bosque en el que acaba percibiendo que ocurren sucesos extraños. Tres siglos después, Llorenç, un fotógrafo catalán que se afinca en la comarca por amor, recupera el hilo de aquellos extraños acontecimientos que perturbaron el camino del cura evangelizador. En sus descubrimientos, Llorenç se ve acompañado por un sinfín de amigos y personajes que van dando forma a una apasionante historia. Pendiente todavía de su publicación, ‘Licantropía’ ya ha sido descrita como una novela que engancha de principio a fin.
El autor de la novela ha explicado que algunos personajes y pasajes de la historia resultarán familiares para los vecinos de la comarca, aunque los nombres sean inventados y no se correspondan con nadie de la zona.
El primogénito de Terès
‘Licantropía’ es la primera novela de Carles Terès y surgió prácticamente fruto de la casualidad. El Instituto de Estudios Turolenses le encargó un relato hace un par de años que, por motivos de la crisis, se quedó en ‘standby’. Más tarde y a raíz de la presentación del libro de José Antonio Carrégalo ‘Literatura oral de Monroyo’, Terès se animó a proseguir con la historia hasta conseguir una novela de 200 páginas. La obra de Carrégalo recopila historias tradicionales de Monroyo. Fue la leyenda de la ‘Punta de la Samarreta’, enclave entre Monroyo y Torre de Arcas, la que hizo ver a Terès que quizá su pequeño cuento inicial podía convertirse en novela.
‘Licantropía’ supone también una reivindicación de la lengua materna de todos los vecinos de la comarca del Matarraña. Con la novela, Terès ha querido remarcar que el catalán del Matarraña no solo es una lengua de uso doméstico y cotidiano, sino que también es un instrumento cultural tan válido como lo es el castellano. «El catalán sirve perfectamente para la producción cultural, y no tiene porqué ser considerada una lengua de estar por casa», ha explicado el autor.
Asimismo, Terès también ha reivindicado la necesidad de que los jóvenes de la comarca puedan conocer su lengua propia. «He escrito la obra en catalán, que es mi lengua materna y la que hablamos en la comarca. Sin embargo, lo he tenido que aprender por mí mismo ya que nadie me lo ha enseñado en la escuela», ha explicado el autor matarrañense. Además, Terès ha señalado que la dotación económica del premio literario que le ha sido concedido es diferente dependiendo del idioma en el que se presentan las obras. «El premio de la obra en castellano está mejor dotado que los premios de las obras en catalán y en lengua aragonesa», ha explicado. En estas dos modalidades, los premiados han sido María Ángeles Morales y Óscar Latas.
Morales ha sido galardonada por su obra en castellano ‘Desmemoria’, dentro del premio literario ‘Miguel Labordeta’. El escritor Óscar Latas ha recibido el premio ‘Arnal Cavero’ por su obra en lengua aragonesa ‘Chuecos Florals’.
Los tres premiados marcan la calidad de la producción literaria en una comunidad autónoma que presume de multiplicidad idiomática. Aragón es la única demarcación autonómica que puede presumir de contar con premios literarios en los que confluyen obras escritas en tres idiomas diferentes. Sin duda, supone una riqueza cultural difícilmente comparable.