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Category: Vadillo

Éramos pocos y parió la abuela. Ha generado bastante polémica el nombramiento de Humberto Vadillo como Director General de Cultura. En el último post (Os barafundios de beluns) comentaba que nos equivocábamos de enemigo y los estériles debates en torno a laguerra personal de grafías sólo sirven para constatar que gentuza fascistoide como el tal Vadillo se ria en nuestra cara de nuestras luchas, nuestra identidad, aprovechando el río revuelto actual.

Purnas ya alertaba de la situación, ya que un señor que equipara el aragonés con el klingorn, que habla de la normalización con mucho desprecio, sólo se merece que simple y llanamente nos deje en paz y se vaya a otro país a “muyir fardachos”. Hace unos años Chobenalla Aragonesista sacó una serie de pegatinas con el título de “A mi me dan asco”.  Habrá que tirar del repertorio simbólico porque este nuevo-viejo gobierno del PP viene con ganas de españolizar más si cabe esta colonia aragonesa.

mitjançantHeil Vadillo « Aragonando.

Me permiten ustedes que distraiga el tedio y la tristeza de este insoportable midsummer escribiendo sobre la actualidad? Hace mucho que no lo hago y me apetece comprobar si sigo siendo capaz de hilvanar dos ideas con sentido. Además, voy a hablar sobre actualidad local o autonómica, algo a lo que tampoco me dedico con mucha frecuencia ni entusiasmo. Pero la ocasión lo merece.

Mientras en casa vadeábamos ríos de horror conradiano en busca de nuestro particular coronel Kurtz, en el mundo cultureta aragonés estallaba una tormenta de verano de intensidad media. Bien es sabido que el PP ha desalojado al PSOE en el Gobierno de Aragón, que controlaba en coalición con el PAR desde 1999. Luisa Fernanda Rudi formó su ejecutivo con los primeros calores veraniegos y nombró consejera de Cultura a Dolores Serrat, una política bregada y fiel al partido que había sido su portavoz en el Ayuntamiento de Zaragoza durante los últimos años. Serrat debía nombrar a los dos directores generales que gestionan las dos grandes áreas de su competencia: Patrimonio y Cultura. Para el primero, escogió a Javier Callizo, un polémico ex consejero de Cultura bajo cuyo mandato empezó uno de los culebrones más vergonzosos y escandalosos de la historia reciente de Aragón, el del Teatro Fleta: un edificio de altísimo valor arquitectónico y simbólico que fue destruido y en el que se han dilapidado cientos de millones de euros en operaciones turbias sin que, más de una década después, se haya llegado a una solución.

Colocar a Callizo de director general de Patrimonio ya era algo así como poner a Nerón a dirigir los bomberos. Pero el nombramiento que más polémica ha causado ha sido el de director general de Cultura. Para este cargo, Dolores Serrat ha confiado en Humberto Vadillo, un personaje poco conocido hasta ahora fuera de los círculos peperos, pero muy significado ideológicamente.

Hasta aquí los antecendentes para foranos.

Humberto Vadillo es colaborador de Libertad Digital y era muy activo en el mundo de los blogs y las redes sociales. Y es en internet donde la gente ha leído sus opiniones sobre los asuntos que, como alto cargo responsable del diseño, planificación y gestión de las políticas culturales del Gobierno de Aragón, va a tratar y sobre los que va a tener —o tiene ya— poder de decisión.

Como Daniel Gascón ha escrito en un artículo muy medido y razonable sobre el tema, Vadillo es un hooligan, uno de esos personajes a los que ciertas cadenas de radio y TDT nos han acostumbrado en la última década. Hay veces que sus opiniones ni siquiera parecen tales y no pasan de ocurrencias ofensivas o ladridos desentonados. Niega con supuestos chistes la existencia de la lengua aragonesa, y cuestiona, contra toda prueba filológica, que se hable catalán en Aragón, pero lo más importante es que secunda o jalea ese runrún machacón contra los titiriteros. Desprecia a los artistas, a los músicos, a los cineastas y a los escritores, y por sus artículos (¡sobre cultura!) en Libertad Digital se puede deducir que ignora por completo cualquier manifestación cultural contemporánea y que, para él, el arte murió con las vanguardias históricas.

Su forma de despreciar el mundo de la cultura es grosera y altanera, más propia de un taxista o de un legionario retirado que de alguien que aspira a ser tomado en serio en ámbitos de responsabilidad. Y todas sus opiniones han sido expresadas con contundencia y reiteración desde mucho antes de su nombramiento, por lo que los ciudadanos hemos de entender este como una declaración de intenciones por parte del Partido Popular. Como casi siempre, el medio es el mensaje: cuesta mucho creer que Dolores Serrat o Luisa Fernanda Rudi no estuvieran al tanto de las aristas del perfil de Humberto Vadillo antes de proponerle para el cargo que ocupa. Pero, si no lo estaban y aspiran a que los ciudadanos en general y los culturetas en particular nos creamos que van a gestionar la res publica con seriedad, respeto y sentido del decoro, harían bien en rectificar este nombramiento y buscar a una persona competente, razonable y que sea capaz de sostener opiniones fundadas y sensatas sobre las materias que va a gestionar. Seguro que no falta gente así en las filas del partido o en sus aledaños. A mí, sin pensar mucho, se me ocurren varios nombres que serían bien recibidos.

Por otro lado, el nombramiento de Vadillo ha venido acompañado por una investigación abierta al Festival Luna Lunera, sobre el que el PP asegura tener sospechas de varias irregularidades en su gestión. Que se investigue y que se depuren las responsabilidades que hagan falta, por supuesto. Con el dinero público no se puede jugar ni un poco. Pero no deja de sorprenderme que, habiendo tantos frentes posibles por donde atacar, el PP haya decidido empezar por cuestiones culturales de muy poca enjundia. Habiendo aeropuertos sin aviones, empresas públicas de oscuro funcionamiento, asesores muy bien pagados de ignota función y operaciones especulativas a gran escala y más bien turbias sobre las que no se da ninguna explicación, extraña que empiecen a morder por trozos tan periféricos y prescindibles.

Será que les tenían ganas a los titiriteros. Será que han visto llegado el momento de cobrarse su venganza o de dar a sus hooligans un poco de carnaza para que se entretengan un rato. Una parte no despreciable de la base electoral del PP gozará viendo sufrir a esa farándula que se figuran hipersubvencionada, decadente y sodomita. Aplaudirán el castigo a Nabucodonosor y clamarán por una limpieza bíblica y ejemplar.

No seré yo quien defienda sin peros un mundo cultural que, efectivamente, ampara a individuos y prácticas eminentemente corruptas o, cuando menos, parásitas de las instituciones públicas. Creo que es necesario un cambio valiente y profundo en la forma en que el gobierno autonómico (o los gobiernos autonómicos, no creo que haya mucha diferencias de unos a otros) se relaciona con el mundo de la cultura y lo promueve o subvenciona. Hay mucho trabajo por hacer y muchas inercias enfermizas y caciquiles que podar, pero precisamente porque el trabajo es complicado y exige sondas de profundidad, no se puede encargar a alguien que carece de la sensibilidad y las habilidades políticas y sociales necesarias. No necesitamos a un hooligan, sino a personas discretas, competentes y trabajadoras, que conozcan a fondo el terreno que pisan y sepan desactivar las minas que hay en él. Necesitamos artificieros, no bombarderos.

Sólo nos queda confiar en que, pasado el entusiasmo inicial tras las elecciones, el PP se reacomode como el partido convencional y perpetuador del sistema que es cuando gobierna (o cuando lo hace sin presiones). Nos queda confiar en que se rindan a la realidad y que esas mismas inercias se acaben imponiendo a los ladridos de quienes nos quieren salvar de nosotros mismos. Porque yo sigo prefiriendo un sistema corrupto, imperfecto y perfectible que una utopía diseñada por redentores de espada y puño en la mesa.VADILLO, EL REDENTOR | El Blog de Sergio del Molino.

MIÉRCOLES 10 DE AGOSTO DE 2011

El nuevo director cheneral de cultura
Tenemos la suerte en Aragón que en drento de cada un de nusaltros i hai un filologo. Asinas, totz se permiten tener e chenerar opinión sobre temas que, en altras zonas an que no predomina ixe chen que fa tener una licenciatura en Filolochía Romanica (ers se lo pierden) ipso facto, per un regular habrían a estar reservatos a’s especialistas. Per meter un exemplo que goso decir: yo goso fer a’l cabo de l’anyo una pila de kilometros, pero no per ixo puedo meter-me a discutir e muto menos enmendar la plana a un mecanico u a un inchenier que disenya autos. Pero aquí no, como decibe antes, en Aragón la titulación en filolochía la tenemos dende el naiximiento. E asinas podemos leyer opinions como la d’el nuevo Director Cheneral de Cultura d’el Gobierno d’Aragón.
Pero no solo sabe de luengas, opina de tot el que calga. Como veyetz, fa uns analisis politicos mesuratos, en la linia d’el tamién aragonés Jimenez Losantos. Tot un exemplo de respeto, imparcialidat e falta de tendenciosidat.
Ya veyetz qué futuro nos espera estes quatre anyos (como minimo) a’s parladors d’unas luengas que seguntes er no existen (¿?), a’s “titiriteros” (dito con ixe significato despectivo d’el que feba gala Jiménez Losantos) e, en cheneral, a totz ixes culturetas que forman parte de la “conspiración judeo-masónica” que deciba un hombrichón baixo, con mostaixa e voz de pito (seguntes Humberto-Vadillo, dio a este país 40 anyos de paz. Soi ito ta’l diccionario de la RAE e en garra acepción he visto que paz quivalga a dictadura).
En fin, vae victis
E pareix que ha borrato las perlas literarias que teneba en el suyo twitter. Pero como internet ye como ye, no se puede borrar tot, e siempre i habrá información:
HumbertoZgz Si eres capaz de presentarme un sólo hablante nativo de aragonés (no modalidades) os invito a comer en El Cachirulo.
HumbertoZgz Dicho de otra forma el aragonés existe como el Klingorn. Es un invento (y estoy seguro de que el klingorn lo habla más gente)
HumbertoZgz Me parece bien q la gente se entretenga con el aragonés o el Alto ëlfico, me basta con q no quieran pagarlo con mi dinero
HumbertoZgz En Aragón hay más hablantes de Klingorn que de “lengua aragonesa” q para empezar no existe.
HumbertoZgz Van a enseñar “lengua aragonesa” en la “Facultad” de Huesca. Cada día más tontos.

(sacato de purnas)

mitjançantfelqueral: El nuevo director cheneral de cultura.


O primer títol que se m’heba ocurriu ta ista entrada yera “Chent toxica”, pero dimpués he pensau que ixe enunciau teneba la mesma toxicidat que viengo a criticar en istas linias. Y ye que totz, por o feito d’estar sers humanos, producimos, en más gran u más chicota mida, y de traza más u menos involuntaria, toxinas capables d’enverenar os nuestros discursos y, o que ye pior, os nuestros suenios.

Dende que entré en a movida de l’aragonés, me sorprendió muito a mala relación personal entre chent que, manimenos, pareixeban compartir un obchetibo común y, por qué no reconoixer-lo, de no guaire fácil consecución: a supervivencia d’una fabla como a nuestra, tant chicota y tant ridiculizada dende posicions oficials (remeremos mesmament os escritos de o nuevo Director Cheneral de Cultura d’Aragón, Humberto Vadillo). Ixos enfrontinamientos personals se traduciban, obviament, en malas relacions asociativas. Remero (quasi con nostalchia, fablo de fa muitos muitos anyos) os recelos entre ligallers y nogaraires, y entre o Consello y a resta d’asociacions, y entre as asociacions y os profesors de filolochía de a Universidat de Zaragoza (istos zaguers recelos, sin brenca de nostalchia, entre atras cosas porque son de plena actualidat).

Ista mena de cainismo, no pas exclusivo pero sí endemico en o movimiento de l’aragonés, tiene o suyo orichen en discursos toxicos que enverenan periglosament as auguas ya prou foscas d’ista badineta de reivindicación lingüistica que ye l’asociacionismo de l’aragonés, un chicot oasis en meyo d’una deserción lingüistica cheneralizada.

Ista qüestión en daría pa escribir un libro, un tratau sobre a mediocridat humana, y de cómo tant poca chent podió creyar tantas y tant irreconciliables faccions, premios literarios, propuestas ortograficas propias, etc. Tot un molimento a l’autodestrucción. Pero por agora nomás voi a charrar de os zaguers eixemplos con que m’he escunzau:.

1) edición de as obras de Cleto Torrodellas feita por Xavier Tomás y Chusé Raúl Usón. En a introducción, escrita en un poliu ribagorzano estándar que fa servir a grafía de a SLA (que, como a de o 87, no foi servir pero respeto), os coautors, con enchaquia d’explicar o lexico de a obra de o poeta estadillano dicen isto: “El léxico de la obra de Cleto no representa denguna dificultat de comprensión pa un aragonesofono nativo (…). Si a un caso, se puede anotar bel matiz que afecta a la semántica, como é el caso de l’adjetivo espllatero, tan mal usau per tantos imitadors de l’aragonés. Cal traducir-se per visible, que no pas per cllaro, a fin d’evitar los penibles trafuques que aquels perpretan con esta voz”. (Personalment, me pa que no guaires imitadors conoixébanos a parola espllatero, asinas que d’haber-se perpretau bell penible trafuque, habrá estau con a variant platero…).

¿Por qué ye tan difícil fer un comentario menos destructivo, menos toxico? ¿Por qué convertir una aportación semantica interesant en un insulto a otri? Pero diz que Dios castiga sin tocho, y chusto bellas pocas linias antis, os coautors interpretan como locución conchuntiva o que no ye que una conchunción (con matiz causal/consecutivo) acompanyada d’un simple adverbio de tiempo: “Curioso é trobar-mos con a locucion conjuntiva que mestanto: Sí, Martín, descansa un rato/ que mestanto filaré (“Relacions al natural”)”. Podríanos fer lenya de l’árbol caito, pero totz, absolutament totz, cometemos (mesmo perpretamos) errors. Con tot y con ixo, a error no ye o trafuque gramatical (ye una fateza), a error ye fer servir o calificativo de “imitadors” ta ves-te-lo a saber quí (os neofabladors de l’aragonés, cuento). Pareixe que bi ha qui en tiene, d’autenticidat, y os demás, los imitamos (y malament!).

2. Revista Fuellas, numero 201-202, p. 11. Ye, ixo sí, un eixemplo muito más amable que l’anterior, o nivel de toxicidat ye quasi inexistent. Chusto Puyalto Sipán (un pseudonimo, creigo) ye fendo una recensión sobre a edición de 2011 de o programa “Luenga de fumo” de o Concello de Uesca. L’autor charra de o zaguer disco de Os Chotos (d’Embún), titulau Abril ye transparent, de o que diz: “o portaboz d’a colla esplicó que (…) ye un tetulo en as tres luengas d’Aragón: abril, en castellano; ye, en aragonés; transparent, en catalán. Ista estió, literalmén, a esplicazión que dio: ¡allora comprendiemos por qué escriben transparent en cuenta de trasparén!” Pareixe que a l’autor le feba miedo que a explicación fuese atra…

3. Revista Fuellas, numero 203. O texto de más gran toxicidat con que m’he trobau nunca en aragonés. Chesús de Mostolay sinya un escrito panfletario que fa vergüenya allena a qui lo leye. No voi a reproducir-ne ni un sinyalín, pero dixa en evidencia no so que a l’autor sino sobre tot a qui autoriza la suya publicación en Fuellas. No todas as opinions son respetables, ni muito menos publicables, sobre tot quan ye plena d’ataques furos cuentra personas y cuentra atras sensibilidatz de o “mundo” de l’aragonés. Cuento que a publicación d’iste panfleto no ye por casualidat, sobre tot porque no i amaneixe baixo lo lema “Opinión personal”, como creigo remerar que sí meteba en atros articlos polemicos publicaus en a revista (nunca con a mala folla d’iste que nos ocupa). Si ixe articlo replega o sentir y a opinión de l’organo que lo publica (o Consello d’a Fabla Aragonesa) ye una muit mala noticia ta l’aragonés.

Quan bell día (si ye que nunca plega, asperemos que no) s’analice por qué murió l’aragonés, aspero que no den as culpas nomás a las administracions aragonesas, a os politicos u a os fabladors. Aspero que i metan bien claro, en un puesto bien espllatero, que os de l’aragonés fuemos prepotents, sectarios, somiciegos, y cainitas entre nusatros, y que con amigos asinas, a l’aragonés no le caleba tener enemigos (y ta forro bota, en teneba prous, como iste Vadillo).

Por ixo, cuentra la toxicidat, tolerancia: en o estau en que ye l’aragonés (que quasi ni ye), as diferents opcions morfosintacticas, lexicas u ortograficas, y mesmo los trafuques, han d’estar trataus con comprensión y tolerancia. Pero lo que ye inadmisible ye que una revista como Fuellas publique un escrito intoxicador de tot como lo referiu aquí. Porque o que s’escribe, escrito queda, y retrata.

O blog de loischabier.

 Humberto Vadillo, director general de Cultura del Gobierno de Aragón

Soy bien seguro que Humberto de chicorron no brendaba sopanbina ni paraba losetas pa cazar cardelinas. Dize que ye naziu en Zaragoza, ¿ y que culpa tiene Zaragoza d’as tuyas tonterias, Humberto?. Y si a tuya forma de pensar a cambiau dende o 2009 nos cuacaria que nos lo feses saber.

Noticia copiada de LIBERTAD DIGITAL. que fue publicada en 2009 dia 10 de diciembre.
Aragón, paraíso políglota

Texto de Humberto Vadillo

“¿Sabía usted que en Aragón se hablan aragonés y catalán? Pues yo no. Y lo mío tiene, desde luego, más delito porque yo nací en Zaragoza…

Laspuña Nabatiando: ¿Que querez que t’os diga?.

 

 

 

Por J. Fdez. Guerra (jorgefernandezguerra.com)

Última actualización 10/08/2011@17:26:04 GMT+1
10/08/2011.- Un par de noticias mentando a la “bicha” de la música contemporánea han roto la placidez del mes de agosto. Tal y como las he conocido, las menciono.
….
La segunda noticia es sustancialmente más grave. El nuevo Director General de Cultura de Aragón, Humberto Vadillo, que lo es desde este mes de agosto, realizó unas declaraciones a Periodista Digital el pasado 2 de junio, con motivo de una intervención en la Universidad Rey Juan Carlos, que cortan el aliento (ver en docenotas.com, y youtube). Como es imposible suponer que el actual Gobierno de Aragón no sepa lo que piensa este personaje, nos vemos ante una andanada brutal contra el papel del Estado, y no solo en la cultura, y contra cualquier atisbo de modernidad, justificado como una opción “liberal”.

Vadillo se mete en cualquier charco y su entrevista tiene jugo suficiente como para dejar temblando a todo lo que se menea. A partir de ahora, les toca ser responsables de este desatino a quienes lo han nombrado. Y a los demás, alerta, que pintan unos bastos muy, muy feos. Veamos.

Historia y mercado
Las posiciones de Vadillo responden a un esquema ultraliberal, “Tradicionalmente, el arte ha dependido del mercado”. Se trata de una afirmación muy temeraria, pero más aún con ejemplos como estos: ” “Cultura ha existido a lo largo de toda la humanidad, desde las pinturas rupestres hasta el siglo XIX, hasta 1946, que es cuando se generalizan las subvenciones estatales”. Es decir, que el mercado ha regulado al arte desde las pinturas rupestres hasta 1946. ¿Está diciendo eso el señor Vadillo?: “De hecho toda la cultura que tenemos ha sido producida gracias al mercado”.

¡Y se queda tan fresco! Da pudor recordar que la mayor parte del arte occidental (no hablo de la cultura, eso queda para lumbreras como él), ha sido producido gracias a instituciones como la Iglesia, la realeza o los grandes señores y que la aparición del mercado como protagonista es muy reciente, en términos históricos.

Esa es la trampa permanente que ponen delante los demagogos. Mientras que nos vende la falacia de que el mercado ha estado activo desde las pinturas rupestres hasta 1946, nos brotan ejemplos para contrarrestar esta idiotez hasta que nos saturamos y perdemos el control; y ahí el charlatán gana un punto.

Y sigue: “Hay un momento, a finales del siglo XIX, en el que los artistas quieren independizarse del mercado, con el Romanticismo, […] mientras que anteriormente el arte estaba sometido al dictado del cliente, el cliente decía, pues quiero que pintes esto así, así y así… y en el siglo XIX lo que pasa es que los artistas quieren lograr la independencia artística y presentan una obra que ya está totalmente terminada y que al cliente solo le queda o aceptarla o no. A partir de ahí se empieza cada vez más a buscar un apoyo independiente del mercado y lo van a encontrar en el Estado”.

Arbitrismo y arbitrariedad por doquier. Una visión de la historia manoseada, falseada y retorcida le hace viajar de un periodo a otro sin temor a la contradicción: “Si este sistema se hubiera aplicado durante el Renacimiento italiano, no tendríamos a Miguel Ángel, que era un tío muy arisco y jamás hubiera conseguido una subvención porque hacía exactamente lo que le daba la gana. Sin embargo, sus obras gustaban mucho” . Cierto, en la carrera de Miguel Ángel no hubo subvenciones, pero tampoco mercado y el argumento de que “sus obras gustaban mucho” es de una indigencia intelectual típica de charla de bar, una coletilla obvia que no añade nada al concepto que dice defender.

La borrachera historicista no acaba ahí, veamos otra perla: “A lo largo de la historia ha habido artistas que han ganado mucho dinero, el propio Mozart, del que a partir de la película Amadeus se ha establecido la idea de que era pobre. No no, Mozart ganó mucho dinero, en un momento le escribe una carta a su padre y le dice,–‘si yo escribo música es para ganar dinero, que es lo más importante que hay después de la salud’–. El pobre perdió la salud enseguida, pero Mozart murió en la pobreza porque se jugó todo el dinero, le gustaban mucho los juegos, era adicto a las cartas y a otros tipos de juegos y bebía y se pulió el dinero que ganaba”.

¡Oh, Mozart! Gran argumento. En primer lugar, alguien un poquito avisado desconfiaría de una carta de Mozart a su padre, aunque solo fuera por el riesgo elevado de que le dijera lo que el padre quería oír. Pero, por otra parte, no hay nada malo en que Mozart quisiera ganar dinero. Mucho más dudoso es situarlo como un borracho y jugador (y perdedor) compulsivo. En realidad, Mozart es un mal ejemplo para esto. Su periodo adulto, como profesional independiente apenas llegó a la docena de años y en un momento histórico complicado, con la Revolución Francesa como fondo.

Pudo haber tenido dificultades económicas puntuales (y graves) que podrían haberse diluido en una vida profesional de tres décadas, como las de Beethoven o Haydn y no tendríamos ningún mito romántico sobre sus deudas y apuros. Pero murió muy pronto. No olvidemos tampoco que tuvo siete hijos y otras consideraciones que nos obligan a no citarle a lo tonto. Además, si hubiera habido un mercado claro (como el de las incipientes editoriales, importantes para Haydn y Beethoven, por seguir con sus contemporáneos) y se hubiera beneficiado de ello, tanto mejor.

Donde viven los monstruos
Pero, los verdaderos monstruos de Vadillo son el Estado y las subvenciones y no está dispuesto que cualquier aclaración le estropee su bonita teoría liberal: “Yo creo que hay que evitar que el arte esté en manos del Estado”. ¿Está realmente el arte en manos del Estado, o Vadillo alucina? ¿Y cómo lo argumenta? Por las bravas: “…siempre que el Estado entra en alguna expresión cultural, pues lo que va a haber es más centralización, menos variedad, menos calidad y más regulación. Es lo que pasa siempre”.

Hago notar que la expresión “siempre” aparece dos veces en este anatema. O sea, que nunca el Estado hará otra cosa que estropear; es taxativo. ¿Por qué? No lo dice, pero lo cree firmemente, como un miembro de Tea Party a la española. Lo que sí dice es que el Estado provoca: “la desmoralización y la corrupción de los artistas”. Y su única explicación para ello es que lo aparta del aspecto salvífico del mercado que pone a cada uno en su sitio (y aquí empiezan a llegar los ejemplos musicales): “Supongamos que yo quiero hacer una sinfonía, entonces tengo dos opciones, una es hacer una sinfonía y esperar que le guste al público y otra es pedir una subvención y que alguien me comisione. En el primer caso yo tengo que saber qué es lo que le gusta al público y tengo que enfrentarme, tengo que coger mi arte y llevarlo a la sociedad, que es lo que han hecho los artistas a lo largo de toda la historia; en el segundo caso, yo solo tengo que gustarle a la comisión de control de las subvenciones en materia musical, y para gustarle a estas personas, ni siquiera tiene que ser una buena sinfonía, basta con que yo esté bien conectado y que sepa tocar las teclas correspondientes y que mi sinfonía se ajuste a los gustos muy concretos y muy específicos de esa comisión de otorgamiento de subvenciones; claro, el arte sufre”. 

El gran demagogo siempre miente lanzando medias verdades. Es decir, puede haber casos en que una subvención cubra automatismos y clientelismo inaceptables. Pero, ¡siempre y como mecanismo fatal! Además, los gustos del público no son un absoluto. Gran parte de la argumentación de las vanguardias del siglo XX se ha debido a una desconfianza radical no solo frente al público de su época sino a sus sociedades. Nos guste más o menos, es un hecho histórico. Y hay miles de ejemplos para defender cualquier posición.

Vayamos a algo cercano. A principios del siglo XX, el público madrileño no podía ser soporte de una música sinfónica o concertística de calidad, Manuel de Falla lo sufrió, intentó ganarse la vida en la zarzuela, el único mercado de la época, y cuando realizó el esfuerzo de presentar a concurso su primera ópera, La vida breve, fue tan maltratado (pese a ganar el concurso) que se marchó a Francia en busca de “público”. Y como lo encontró, nació el músico que ahora conocemos. Entonces, de qué público hablaríamos, ¿del español o madrileño, del francés?

Sigamos con este ejemplo cercano. Cuando Falla alcanzó notoriedad pudo acercarse a fuentes de mercado que le facilitaron la vida, especialmente, las editoriales. Es sabido que las editoriales son esenciales para la supervivencia económica del compositor; son entidades de mercado y no pueden ser otra cosa; en España apenas las hay (ni las había). ¿Dónde está el mercado para el compositor español? ¿Es culpa de la atonalidad, (como repite Vadillo) o de las subvenciones?

Otro aspecto a puntualizar es que ya no se componen, o apenas, sinfonías. ¿Lo sabe el flamante Director General de Cultura de Aragón?: “La música clásica se compone, se paga por el Estado o por los que la comisionan, pero no se escucha. En la mayoría de los casos, las nuevas sinfonías se representan [sic] una única vez, porque por contrato se tienen que representar una vez, pero luego no se vuelven a representar porque, ni les gustan a los músicos (los músicos que la están tocando, en la mayoría de los casos no les gusta, lo que les gusta es tocar Brahms) ni les gusta a la audiencia”.
Dejando de lado que las sinfonías no se “representan”, polemicemos con el argumento central de esta última cita: las obras contemporáneas no se repiten; es otra verdad a medias, aunque hay muchas veces que es cierto. Toquemos otro tema. Cuando Vadillo dice sinfonías, debemos suponer que habla de obras orquestales. Bien, aceptemos que en el contexto de la vida de las orquestas la creación contemporánea lleva una vida complicada. Pero es que no es su entorno.

La música más compleja posterior a 1946 ha encontrado su sitio en el grupo de cámara especializado, y ahí el fenómeno es el inverso. ¿Se imagina alguien a Brahms en el Ensemble Intercontemporain, la London Sinfonietta, el Ensemble Modern, el Klangforum Wien, musikFabrik y un largo etcétera? ¿Habrá oído hablar este señor de la existencia de estos grupos? ¿Se habrá acercado a alguno de sus conciertos para saber si llenan o no?

Sufridos conciertos
En suma, ¿de qué nos habla? ¿Del ámbito del aficionado provinciano de las orquestas españolas, ávido de escuchar siempre lo mismo? ¿Repetirá chascarrillos de ambigú de un público tan atrincherado en sus posiciones como el que Falla sufrió en aquel atrasado Madrid? Quizá sea eso, porque los chistes son similares: “Normalmente, las piezas de música contemporánea se ponen siempre en mitad del concierto, porque está comprobado que si se ponen al principio, la gente llega tarde y si se ponen al final, la gente se va antes, entonces la ponen en la segunda pieza, primero ponen una de Mozart, que guste, luego una de música contemporánea y la cierran con una de Brahms, que les gusta también; y en el intermedio cierran el bar para que la gente no se vaya”.

Embriagado, en fin, por su fina ironía, lleva la chanza mucho más lejos de lo habitual. Nunca he visto (en 45 años de vida musical), que la pieza contemporánea se ponga al final y, en conciertos sinfónicos, nunca en el centro, aunque sí, prácticamente siempre, al principio, y por los mismos motivos que cita nuestro héroe.

Pero, precisemos, ¿de qué música habla?: “No queda otro remedio que oír a Alban Berg y sufrir”. Así que era Alban Berg el que le hacía sufrir. Conoce algunos nombres, pero no se aclara. ¿Es Berg contemporáneo? ¿De quién (1885-1935)? ¿De qué obras habla (Berg tiene poquísimas obras orquestales y las que hay cada vez funden más y mejor con Mahler)? ¿Esto le hace sufrir a Vadillo porque esta música esta en el centro del concierto y le cierran el bar del Auditorio?

No, debe de haber más: “Prácticamente desde que aparecen las subvenciones, la música clásica contemporánea desaparece como arte. Es una música que no le gusta absolutamente a nadie, es muy difícil encontrar a alguien a quien le guste la música atonal. Shostakovich es prácticamente ya el último compositor que ha tenido éxito popular en Europa” .

Pero como la empanada mental es grave, mezcla subvenciones con Shostakovich, artista de Estado por excelencia, aunque con una situación nada envidiable por el tipo de Estado que le tocó vivir. Además, aprendemos que la música contemporánea (sin matices) no le gusta “absolutamente a nadie”, normal si ha desparecido como arte gracias a las diabólicas intervenciones de las subvenciones.

Las malditas subvenciones
Entonces, Vadillo entra en campaña, hay que atajar el mal y primero de todo, localizarlo: “Cualquiera que haya estado atento a los últimos veinte años de la vida cultural española se dará cuenta de que la cultura solo puede ser de izquierdas”. Es una curiosa ecuación, sobre todo si hemos citado en extenso la música clásica contemporánea. ¿También es de izquierdas?

¿Y las artes plásticas? Porque, Vadillo defiende que son elitistas, lo que le parece una contradicción a todo el mundo menos a él mismo: “El Museo Reina Sofía esta lleno de cuadros muy difíciles de que encajen en el gusto”. Pese a lo cual recibe más de cuatro millones de visitantes anuales. Y los grandes nombres de este Museo (Picasso, Miró, Dalí, Tàpies) son más bien gigantes del mercado del arte. ¿A qué viene, pues, esta ensalada de conceptos contradictorios: subvenciones, Estado, arte moderno, música atonal, sinfonías subvencionadas, Mozart borracho.

No nos desviemos, hay que llegar a los “subvencionadores”, el eje del mal: ¡los socialistas! Para alguien de la órbita del PP, la descalificación de los socialistas se entiende como de oficio, pero Vadillo es un apasionado: “Hay socialistas en todos los partidos. En el Partido Popular, encima, se produce una especie de síndrome de Estocolmo en la cuestión de la cultura que hace que interiorice que la cultura es necesariamente de izquierdas, un ejemplo fundamental es el alcalde de esta ciudad. Alberto Ruiz Gallardón, que cuando llega al poder pone de Consejera de Cultura a Alicia Alonso [sic], la hija de Núria Espert que ha dicho que ella vota a la izquierda”.

Y aquí Vadillo saca al Torquemada que lleva dentro y se carga al Alcalde de Madrid. El supuesto izquierdismo de Alicia Moreno (que no Alonso, esa es una bailarina cubana más “socialista” que la pérfida hija de Núria Espert) es una de las leyendas urbanas preferidas del facherío de la capital, pero un Director General de un gobierno autónomo del PP debería ser más respetuoso con Ruiz Gallardón. En cuanto al síndrome de Estocolmo, que juzguen los suecos, yo solo soy un músico de los que no gusta “absolutamente a nadie”.

Sexo, mentiras y centros de arte
Vamos a concluir la ensalada con una joya del pensamiento liberal del gran prohombre. Le pregunta el dócil entrevistador sobre esos centro de arte de los que se anuncia que crearán puestos de trabajo; pero el gran Vadillo no se deja intimidar: “Esa es una argumentación muy típica y les gusta mucho a los políticos emplearla porque es muy atractiva y muy difícil de contrarrestar. Nos vamos a gastar 200 millones de euros en este nuevo centro de arte contemporáneo, pero van a crearse 200 puestos de trabajo directos y 500 indirectos y como resultado van a fluir 100.000 turistas más a nuestra ciudad que se van a dejar dinero en los restaurantes y en los hoteles. Pero claro, las políticas hay que presentarlas siempre en un análisis coste-beneficio porque sino tendríamos que hacer todo. Listas solo los beneficios pero no listan los costes, y claro, los costes son que ese dinero, esos 200 millones de euros no se van a gastar en otra cosa. Se podían gastar en apoyo a las empresas privadas, en apoyo a los hoteles o, mejor todavía, se podían dejar en los bolsillos de los contribuyentes y que ellos se gastaran ese dinero como quisieran. Naturalmente, si deja ese dinero en los bolsillos de las empresas y de los contribuyentes, la economía va a subir, muchas empresas van a mejorar, van a poder contratar a otras personas y a lo mejor se van a contratar como resultado en vez de los 200 trabajadores que iban ir al centro de arte contemporáneo, se van a contratar 500, pero eso nunca lo sabremos […] el buen economista distingue entre lo que se ve y lo que no se ve. El político nos vende siempre lo que se ve, que es el centro de arte contemporáneo, pero el economista y el votante tienen que saber diferenciar y fijarse en lo que no se ve, que es toda esa riqueza que se podía haber creado y que no se crea como resultado de que se cree ese centro de arte contemporáneo”.

En este ejemplo, Vadillo saca su profundo conocimiento de la cosa económica. Claro que con 200 millones se crearán 200 puestos de trabajo directo y 500 indirectos. Pero ¿Y si se les da a la gente (contribuyentes y empresarios) ese dinero? ¿Cuántos se crearían? Y eso digo yo, ¿cuántos? Quizá muchos, quizá ninguno. Quizá los 40 euros que se quede cada ciudadano como consecuencia de una rebaja de impuestos (ya que de eso se trata), se invierta en crear empresas exitosas.

Supongamos que en el mundo feliz de Vadillo, eso sucede, ¿qué empresas? Una casa de putas sería una buena y rentable empresa, por ejemplo. Pero no nos pongamos en lo peor (lo que sí hace Vadillo). Lo que dice que no vemos es esa otra colisión de la realidad que ha quedado en pura potencia (como en la física cuántica). Además, ¿por qué tienen que ser esos 200 millones y no otros los que se les dé al empresario, hotelero, etc? ¿Por qué ese odio a la inversión cultural?

Ahora pensemos de otra forma, sin salir de un esquema puramente empresarial y una lógica de mercado. Supongamos que tenemos una empresa llamada Madrid S.A. (podríamos hablar de otra que se llame España o de otra que se llame Aragón); el valor añadido de nuestra empresa depende de múltiples factores, productividad, prestigio, accesibilidad. ¿Dónde está la cultura en nuestra empresa? ¿En prestigio? ¡Por qué no! Todas las grandes empresas invierten en imagen, marca, marketing, etc. Nadie les dice que podría ser mejor invertir en tener dos bares de empleados en lugar de uno con el dinero dedicado a la imagen. ¿Por qué razón un centro de arte de prestigio es un mal negocio? El Reina Sofía es una mina, así como todo el triángulo de museos. Y eso abarca a toda la zona, a sus bares y hoteles.

Supongamos, por poner un ejemplo que conozco, que la rehabilitación y recuperación económica de todo el entorno del Teatro Real pagara beneficios directos al Teatro que tiene toda la culpa de la efervescencia económica de la zona. ¿Sería un Teatro deficitario que precisara subvenciones? Dejo a otros los números, pero no puedo dejar de mencionar que una sociedad de mercado compleja se compone de muchos factores.

La fe que muestra Vadillo en que el dinero de bolsillo que se queda cada ciudadano si se desmenuzan los 200 millones del centro de arte va a hacer milagros es puramente ideológica; en suma, lo cree porque quiere creerlo, yo creo otra cosa. Pero, por encima de nuestras creencias, considerar que el Estado debe renunciar a tener una política en materia de cultura es una aberración, es una suerte de anarquismo de ultraderecha.

Para sostener todo este entramado de sandeces, Vadillo deslegitima al Estado y realiza una caricatura feroz de un simple instrumento de gestión, la subvención. Y tanto el Estado como la subvención son instrumentos administrativos, debemos usarlos bien, como si fueran cualquier otro tipo de herramientas. Con el Estado tenemos la posibilidad de modificarlo a través de elecciones, con las subvenciones estamos obligados a exigir que se empleen bien, eso es todo.

Arte y alimentación
¿Por qué nos cuesta tanto ser un país maduro? Un Estado no se improvisa y unas herramientas administrativas tampoco. Existen subvenciones en todos los campos: industria, agricultura, exportación… Son instrumentos de corrección de las desviaciones del mercado y ni lo cuestionan ni lo pervierten. Y la música clásica es un ejemplo magnífico, ya que el mercado apenas ha podido entrar. En un país maduro, sustentado en una economía de mercado con un Estado regulador de las disfunciones (que es el sistema en el que vivimos, libremente y sin coacciones), el mercado realiza su función hasta donde llega, más allá está el Estado si es que la sociedad considera que debe intervenir.

Vadillo cita ámbitos en los que el mercado funciona bien: “Bueno, más esencial [que el arte] es la alimentación, y sin embargo a nadie se le ocurre sustituir el Mercadona por una cadena pública”. Exactamente, pero el mercado no vive independientemente de la historia; en la alimentación la presencia del mercado es legendaria, ha encontrado la fórmula de articular la producción, que es homogénea, además, y lo hace perfectamente. De esto se colige que el Estado solo debe intervenir allí donde no llega el mercado y retirarse si llegara. La desconfianza y la paranoia no tienen ninguna función en esto.

Sin salir de la cultura, eso ocurre en la literatura, el cine y la pintura. Decir que las subvenciones han corrompido a la música contemporánea es una afirmación absurda que ignora lo que es cada cosa. En la historia de la vanguardia musical, las subvenciones tienen una aportación ridícula, hay otras figuras, los encargos, el peso de las grandes editoriales, los festivales, los derechos de autor, los trabajos paralelos de los creadores en la docencia o la interpretación… Que alguien no sepa eso, es justificable, pero que lo afirme amenazadoramente y a continuación sea nombrado Director General de Cultura de una Comunidad Autónoma asusta y preocupa.

Un último apunte de política
El Partido Popular y el PSOE son hegemónicos en España. Mientras no cambien las cosas, ambos gobernarán en España alternativamente. Los que nos movemos solo en el campo de la cultura tenemos el derecho a esperar que ambos partidos no caigan en manos de extremistas y aventureros; así ha sido y se ha producido una continuidad de gestión razonable. Pero al ciudadano de a pie (contribuyente, empresario o maldito músico) le toca confiar en que habrá madurez y sensatez, más allá de las legítimas posiciones de cada cual.

Diabolizar una vulgar y simple subvención o condenar el papel del Estado nos alarma muy seriamente. No podemos esperar tranquilamente que cualquiera de los dos grandes partidos caigan en manos de votarates ideologizados que les vendan proyectos destructivos. De momento, Aragón tiene la palabra de respaldar u obviar las declaraciones de este señor, y los demás tomaremos nota cuidadosamente. Porque es un malísimo síntoma encontrar al zorro cuidando a las gallinas.

(Jorge Fernández Guerra, compositor, exdirector del desaparecido Centro para la Difusión de la Música Contemporánea y Premio Nacional de Música 2007)

La música contemporánea es el error expiatorio | Doce Notas: Música y danza.

Me he enterado por la prensa del malestar generado en diversos medios culturales y políticos aragoneses por el nombramiento de D. Humberto Vadillo como Director General de Cultura y al buscar información sobre él me he topado en su blog personal con un artículo sobre la II República, publicado en Libertad digital,  que  al leerlo me ha causado estupor por el grado de incultura histórica manifestado por el recién nombrado Director General. En ese artículo figuraban todos los tópicos propalados por unos autores que, aunque tengan un cierto éxito en la venta de sus libros, no tienen el más mínimo reconocimiento entre la comunidad académica de los historiadores profesionales.

Para el autor la República llegó porque se escamoteó el resultado de unas elecciones municipales y porque Alfonso XIII fue un cobarde. Nada se dice de la crisis política en la que se encontraba España después de la Dictadura de Primo de Rivera, que a su vez era consecuencia de la crisis del sistema político de la Restauración desde prácticamente comienzos del siglo XX.

En lo económico la situación era desastrosa, pero el autor ni siquiera menciona la crisis mundial de los años treinta, la Gran Depresión, sino que atribuye todas las responsabilidades a la República. De los graves problemas agrarios arrastrados desde épocas anteriores y que la República intentó solucionar no se dice nada en el artículo.

El autor afirma que la única libertad que introdujo la República fue el sufragio femenino, pues todas las demás las había reconocido el régimen de la Restauración. Es cierto que la Constitución de 1876 reconoce bastantes libertades, aunque menos que la de 1931, pero ¿cuánto tiempo estuvo en vigor?, ¿cuántas veces fueron suprimidos los artículos que garantizaban las libertades?

El tópico más grave de los mencionados por el autor es achacar a la izquierda, especialmente al PSOE,  el origen de la guerra, haciéndola empezar en 1934. La guerra no empezó sino dos años más tarde, como consecuencia del fracaso parcial del golpe de estado que éste sí que se venía preparando y que el autor no menciona.

Pero la idea central del artículo del señor Vadillo es denunciar la conversión de la República en un mito “arcádico” y fundacional. Evidentemente la República se ha mitificado, pero no por obra de unos historiadores como el autor afirma. La idealización de la República empezó a fraguarse en el contexto de la lucha contra las dictaduras franquista y nazi-fascista, en las cárceles, en la Resistencia armada en Francia, en los
campos de exterminio nazis…, y fue obra de gentes que personificaron en la idea de República el ansia de libertad por la que combatían y morían miles de españoles, como el recién desaparecido Jorge Semprúm. Pero esta mitificación no impidió que historiadores, como Tuñon de Lara, a quien el autor del artículo parece despreciar, y otros muchos estudiasen con rigor y método científico la etapa histórica de la II República.

El  autor tiene un concepto esencialista de España que no es histórico sino ideológico y su

artículo está empapado de otro mito: el de la nefasta República como causa de todos los males, pero ésto no hay historiador serio que lo sostenga.

Humberto Vadillo, Director General de (in)cultura (histórica) |.

 

 

 

Se nombra Director General de Cultura a D. Humberto Vadillo López.

Sitio web del Boletín
Decreto 265/2011, de 3 de agosto, del Gobierno de Aragón, por el que se nombra Director General de Cultura del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte a D. Humberto Vadillo López.

Se nombra Director General de Cultura a D. Humberto Vadillo López..

06/08/2011

A Humberto Vadillo no le conoce nadie que trabaja en favor de la cultura de Aragón, pero es muy popular en las Nuevas Generaciones y ha trabajado en los últimos años codo con codo con la consejera de Educación y Cultura, Dolores Serrat. Vadillo, que por ahora no quiere hablar, muy implicado en el Foro de Ermua y miembro activo de diversos colectivos liberales, ha colaborado con el PP local de Zaragoza, sobre todo con Cristina Melendo, Rafael de Miguel, Domingo Buesa o José María Moreno Bustos. Con fama dentro del partido de formar parte de la línea más dura, tiene el perfil más ultraconservador de los nuevos directores generales. O al menos, el que menos reparos tiene públicamente en demostrarlo. Por otro lado, también ha causado sorpresa que Javier Callizo ocupe la dirección general de Patrimonio, sobre todo después de la gestión que realizó en su anterior etapa en algunos proyectos, como el malogrado Teatro Fleta.Un hombre de la máxima confianza de la consejera Dolores Serrat – Aragón – El Periódico de Aragón.

Barrena, que visitará la zona estos días, también ha apelado al director general de Patrimonio, Javier Callizo, y al de Cultura, Humberto Vadillo. “Esperemos que se quiten la venda de los ojos para ver la realidad”, ha dicho.

En referencia a Vadillo, Barrena ha comentado que “no sé qué pensar de alguien que en uno de sus últimos artículos asegura que ‘la prosperidad se extiende a todas las clases sociales’ o que ‘el medio natural no está deteriorándose’ gracias a la promoción de la libertad y el mercado”.

Barrena se ha preguntado si “¿va a venir el dios mercado a proteger el patrimonio cultural?”, para responder que “no, porque es una herencia de todos y todas las aragonesas que debe proteger la Administración pública”.

mitjançantIU pedirá al Gobierno de Aragón la “inmediata protección” de las pinturas rupestres de Jaraba. europapress.es.

08/08/2011

El director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Humberto Vadillo, está dando mucho juego. En internet, también. Ya se ha creado una cuenta en Facebook pidiendo que se vaya de su nuevo cargo. El título es muy explícito:Humberto Vadillo, dimisión ya. ¡Fuera la derechona!. Uno de los seguidores es el portavoz de Chunta Aragonesista en el Ayuntamiento de Zaragoza, Juan Martín, y todo apunta a que la izquierda se irá movilizando conforme avance agosto.

En Facebook, contra Humberto Vadillo – Opinión – El Periódico de Aragón.

 

 

La consejera defendió ayer a sus directores generales y esbozó las líneas que seguirá su departamento

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D. M. B. 10/08/2011

Sin fisuras y con contundencia. La consejera de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, defendió ayer a sus dos directores generales, Humberto Vadillo y Javier Callizo, de las críticas que han venido recibiendo estos días por su perfil ultraconservador uno, y por su pasado como consejero, el otro. “Humberto Vadillo es un hombre de mi total confianza, tiene una altísima capacidad de gestión y ha venido aquí para gestionar un proyecto cultural en Aragón al que puede aportar mucho. Lo que hay que hacer es dejarle tiempo para que todos juntos podamos desarrollar el proyecto”, aseguró ayer la consejera en su visita al Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneo Pablo Serrano, en la que estuvo acompañada, precisamente, por el propio Vadillo, y Callizo, además de por la directora del centro, Marisa Cancela.

En cuanto a Callizo, Serrat, que recalcó que ha entrado en su consejería por el pacto de gobernabilidad entre el PP y el PAR, señaló que es una persona “que conoce muy bien lo que es el patrimonio cultural de esta comunidad y que goza de toda mi confianza”. De esta forma, la consejera respondía así a las críticas del lunes de CHA que pidió la dimisión de Vadillo y criticó el nombramiento de Callizo por su pasado y su actuación con el Teatro Fleta: “Respeto la opinión de cualquier grupo político pero hemos conformado un gran equipo”, recalcó Serrat.

PRESUPUESTO MÍNIMO La consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, insistió en que están recién aterrizados en el cargo y que todavía tienen que estudiar la situación para saber qué hacer: “Tenemos que conocer la situación en la que nos encontramos porque desde luego no venimos de la nada, venimos con una herencia previa, con sus cosas buenas, malas y regulares, como todas, pero que en estos momentos hay que adaptarlas. Y además hay que hacerlo en una situación de austeridad”.

Por eso, Serrat, no habló directamente de su proyecto para el departamento, pero sí esbozó algunas de las líneas que va a seguir: “Hay que dotar de contenido a este magnífico continente que es el IAACC ya que ha sido una inversión muy importante y no desarrollarlo sería una falta de respeto a lo que se ha hecho”, indicó Serrat que señaló que el centro tiene que ser un “espacio para la reflexión, la cultura y para la educación y todo desde la austeridad, porque uno de los mayores problemas de estos años es que hemos vivido como ricos creando infraestructuras que no hemos sido capaces de llenar todavía”.

Es por eso que para la consejera, las 34.000 visitas que lleva el museo desde su apertura son “pocas”. Sobre todo –explicó– “si tenemos el referente de una ciudad de 700.000 habitantes y el número de visitas que van, por ejemplo, al Pilar. No me pongo una meta pero me gustaría que el Pablo Serrano tuviera tantas visitas como el Prado”. Y también dejó muy claro su opinión sobre el proyecto del Espacio Goya: “Más que llamarlo así, habría que hablar de ampliación del Museo Provincial. Ya veremos…”.

Una vez visitado el museo, la consejera se reunió con los dirigentes del Centro Dramático de Aragón, del que dijo que es una sociedad pública de la que hay que analizar su viabilidad: “Cuando se creó se hizo con un presupuesto, pero ese se ha ido reduciendo y ahora, su actividad es muy poca. Una cosa es que se vaya a apoyar desde la conserjería el arte dramático y el CDA, y otra es que se pueda mantener en las situaciones actuales”, concluyó Serrat.Serrat: ‘Con Humberto Vadillo y Javier Callizo formamos un gran equipo’ – Escenarios – El Periódico de Aragón.

Humberto Vadillo, nuevo director general de Cultura del Gobierno de Aragón, señalaba en una reciente entrevista que «la intervención del Estado en la cultura» produce la «desmoralización» y la «corrupción» de los artistas.

Humberto Vadillo durante la entrevista. .PERIODISTA DIGITALHumberto Vadillo durante la entrevista. .PERIODISTA DIGITAL

El pasado 3 de agosto el Gobierno de Aragón hizo público el nombre de los directores generales que formarán parte de la administración pública en el inicio de la legislatura. Uno de los nombramientos que más polémica ha levantado es Humberto Vadillo, licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, colaborador de medios de comunicación como Libertad Digital y recién elegido nuevo director general de Cultura. 

El pasado 1 de junio, Humberto Vadillo presentaba la ponencia ‘El estado mecenas: arte e incompetencia’, en el marco del IV Congreso de Economía Austriaca. ‘El estado mecenas’ es un estudio realizado por el nuevo director general de Cultura de la DGA sobre la relación entre el arte y la cultura en general con el Estado en el que considera que «hay que evitar que el arte esté en manos del Estado», señalaba Humberto Vadillo en una entrevista posterior concedida a Periodista Digital.

El director general de Cultura del Gobierno de Aragón se muestra contrario a «la intervención del Estado en la cultura» porque produce la «desmoralización» y la «corrupción» de los artistas. Además, Vadillo señala que el motivo de esta corrupción son las subvenciones públicas ya que evitan que los artistas se enfrenten a los gustos del público porque «basta con que estén bien conectados» o que «toquen las teclas adecuadas» para recibir financiación.

«Gracias a todas estas subvenciones los artistas reciben un beneficio casi impagable» ya que «no tienen que recurrir al mercado» y «son libres de hacer prácticamente cualquier cosa», destaca Vadillo. Por eso «una película española no tiene que gustarle al público o una obra de teatro moderno tampoco tiene que hacerlo», señalaba explicando su visión sobre el mundo de la cultura nacional.

La cultura, en el mercado

Durante la entrevista, Vadillo desmiente la idea de que el arte sea «demasiado importante» para «dejarla en manos del mercado». «La cultura se puede mantener en el mercado y toda ha sido producida gracias al mercado», opina. «La cultura ha existido a lo largo de toda la humanidad desde las pinturas rupestres», mucho antes de que se utilizaran las subvenciones estatales, indica.

Además, en opinión del nuevo director general de Cultura es «mentira» el argumento de que la inversión realizada en cultura tanto en centros, equipamiento o infraestructuras «genere empleo». «Esta es una argumentación muy típica de los políticos y muy atractiva», pero esta inversión «se podría gastar» en apoyo a las empresas privadas o «dejarla en el bolsillo de los contribuyentes».

«Si dejas ese dinero en el bolsillo de las empresas y los contribuyentes» la economía «va a subir», muchas empresas «van a mejorar» y van a «poder contratar a otras personas» que podrían ser más empleos que los generados por el centro cultural, señala Vadillo. Sin embargo es consciente de que «eso nunca lo sabremos» porque «el político nos vende solo lo que se ve» y «debemos fijarnos en toda esa riqueza que se podría haber creado» si no se hubiese realizado la inversión en, por ejemplo, un centro cultural.

¿Un director general de Cultura contrario a las subvenciones | Heraldo.es.

 

¿Le parecen acertadas las críticas al director general de Cultura, Humberto Vadillo?

Encuestas de El Periódico de Aragón – El Periódico de Aragón.

10/08/2011

El área de Cultura del nuevo Gobierno de Aragón está dando mucho que hablar entre la izquierda parlamentaria. Ahora, además del caso Callizo y del pasado opinador ultraconservador de Humberto Vadillo, les preocupa la asesora de prensa de la consejera SerratAna Alastruey. La periodista acaba de llegar proveniente de COPE Zaragoza, pero hace más de cuatro años era la número 2 de La Mañana de COPE, el programa que dirigíaFederico Jiménez Losantos

.El área de Cultura da mucho que hablar – Opinión – El Periódico de Aragón.

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