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Category: Franja, Catalunya, País Valencià

Origen: Calma expectante y cierto temor en el Matarraña ante el referéndum del domingo de sus vecinos catalanes – Diario de Teruel

Miércoles, 26 de septiembre. Josep María Salsench, alcalde de Calaceite, responde a una comunicación de la subdelegación del Gobierno en Teruel en la que se le informa de una convocatoria de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Danaes) en todos los ayuntamientos de la provincia -la convocatoria es de ámbito estatal- para este sábado a las 12 del mediodía. La organización llama a la “España silenciosa” a concentrarse contra el referéndum del 1 de octubre a las puertas de todos los ayuntamientos. Salsench, alcalde por el Partido Popular (PP) por segundo mandato consecutivo, redacta una respuesta en la que manifiesta que la concentración, si se realiza en su pueblo, es “inoportuna e inapropiada”. Su informe no será vinculante.

Calaceite, 1.050 habitantes poco más o menos, es el último pueblo de la provincia de Teruel antes de llegar al límite con Cataluña si uno sigue el eje de la carretera nacional 420. Es la misma carretera en la que estos días puede verse un trasiego de tractores que, cargados de uva o de almendra, van y vienen del Matarraña a la Terra Alta, y viceversa,  cruzando una y otra vez el río Algars, que hace de frontera natural entre Aragón y Cataluña.

Esos kilómetros que separan Calaceite del límite provincial y autonómico se los conocen al dedillo algunos vecinos de Caseres (primer pueblo tarraconense de la N-420). Madres y padres jóvenes llevan a primera hora de la mañana a sus hijos a la guardería de Calaceite, mientras otros suben a repostar a la gasolinera de las afueras o acuden a comprar el periódico a la tienda de la plaza de España, la que regenta Gustavo, que trae El Mundo, El País o El Periódico, pero  también el Ara, El Punt Avui o el Diari Ebre. Son periódicos que se venden todos los días, o bien a los vecinos del otro lado del Algars o entre los propios residentes.

Al alcalde de Calaceite, hombre sosegado y prudente, se le nota disgustado. No lo puede disimular ni digerir. No esperaba recibir el miércoles una notificación comunicándole la convocatoria de una concentración la víspera del 1 de octubre en su pueblo, un municipio donde hay matrimonios mixtos formados por vecinos de Calaceite y de los pueblos catalanes de la Terra Alta, una localidad turística que se llena de visitantes catalanes cada puente y fin de semana, donde los agricultores de la parte catalana acuden a vender la almendra o la uva a los compradores locales, donde parte del vecindario  son catalanes jubilados que han elegido un retiro tranquilo en Calaceite y donde la mayor parte de las casas vacías se ocupan en verano y fines de semana por los hijos de los calaceitanos que un día emigraron a Cataluña. Calaceite ha perdido el 50% de la población en 60 años. La mayoría están al otro lado de la frontera.

“La gente aquí está tranquila, está recogiendo las almendras; esta concentración ahora mismo es totalmente inoportuna e inapropiada. Tenemos relaciones comerciales con la Terra Alta, tenemos vínculos familiares muy estrechos con los pueblos vecinos y aquí el referéndum no nos afecta de ninguna manera, así que, si la cosa está tranquila, para qué menearla, se pregunta Salsench

La convivencia es “estupenda” en el pueblo, asegura el alcalde. Siempre, claro está, que nada lo perturbe. Este es el primer pueblo en el que se implantó la enseñanza del catalán en la escuela, a principios de los años 80. Aquí tiene su sede la Associació Cultural del Matarranya, una entidad que promueve y defiende la cultura y la lengua propias y también aquí hay tres peñas futboleras: del FC Barcelona, del Real Madrid y del Real Zaragoza. Sólo hay que preguntar en la calle para saber lo aragoneses que se sienten los calaceitanos, pero el libro de fiestas se escribe en catalán y castellano, y el alcalde lee el pregón en los dos idiomas. Es una situación normalizada y asumida desde hace tiempo.

El referéndum del 1 de octubre empaña esa paz de manera relativa, no por los debates que haya generado entre el vecindario, sino por todo lo contrario, por el silencio que ha impuesto en un pueblo con tanto vecino con vínculos en Cataluña. En general, “hay pocos comentarios sobre el asunto, y los que menos hablan son los catalanes”, reconoce Gustavo desde detrás del mostrador de ‘Lo rebost’. El tendero reflexiona: “quizá sea por el rechazo que puede generar su opinión aquí”, porque “la gente del pueblo sí que dice que ya está cansada de tanto romance”. De todas formas, si el tema tabú sale a colación entre personas “de confianza”, cuenta el tendero, lo que hay son comentarios jocosos del tipo ‘a ver si dentro de unos días nos encontraremos con una frontera ahí abajo’.

El miércoles es día de mercado en Calaceite. A primera hora de la mañana aún hay poca gente comprando entre los puestos de frutas y verduras, y los que hay parecen poco dados a tratar el tema. La gente, de repente, tiene una prisa por irse… Finalmente, Pilar se lanza: “estàn tarats” (están locos), opina, mientras se confiesa “cansada de oir siempre lo mismo”. Y añade que “hasta los catalanes que están aquí nos dicen que todo ésto es para que no veamos los problemas que hay de fondo”. En ese momento una mujer se para, escucha la última frase e intuye enseguida el tema de conversación. Es Asunción, que acusa al “único responsable” de esta situación de tensión: “Puigdemont” y que augura que “ésto no acabará bien”. También dice estar “cansada de siempre lo mismo”.

En esa misma plaza está el verdulero de Xerta, un hombre joven con el que Diario de Teruel habló hace tres años durante la realización de un reportaje previo al 9 de noviembre. Entonces, este autónomo que se gana la vida vendiendo verdura entre Aragón, Cataluña y Castellón pedía que le dejaran trabajar y sacar adelante a su familia. Este miércoles no quiso hablar. Mutis.

Caseres y Batea

A seis kilómetros de Calaceite, al otro lado del río Algars, Caseres. 250 habitantes, según su alcalde, Manel Palau González, cabeza visible de la única lista que se presentó en el pueblo en los comicios de 2015 bajo el nombre Tots Som Caseres, una candidatura, insiste el regidor, “independiente”, a la que se añadió la coletilla AM (Acord Municipal) para dar apoyo en la comarca y en la diputación a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a cambio de recibir más voz en ambas instituciones. En compensación, un concejal del pueblo es consejero de la Terra Alta.

El alcalde de Caseres defiende la “transversalidad” de la candidatura que encabezó, con “gente de izquierdas, de derechas y de centro”. Por eso fue la única que se presentó para las municipales en un pueblo donde las generales de 2016 las ganó el PP.

En la casa consistorial no hay ni una bandera colgada de la fachada, ni siquiera la catalana, que sí está, en cambio, en un extremo del salón de plenos. Al otro lado, el retrato del presidente de la Generalitat, pero Palau pide que la fotografía de la entrevista  no se realice con este fondo.

La heterogeneidad de la candidatura única de Caseres se nota en la calle. El pueblo está solitario por la mañana. Sólo se escuchan las conversaciones que llevan los niños que han salido al patio de la escuela y la sintonía de Catalunya Radio que sale de una ventana abierta. En el Casal municipal, se está viendo La 1 de Televisión Española.

En algunas fachadas hay esteladas colgando de los balcones y propaganda favorable al ‘sí’ para el referéndum de este domingo. Pero el farmacéutico, Francisco Villanueva, dice que las banderas independentistas llevan “más de cuatro años colgadas en el mismo sitio”. En Caseres, explica, hay “independentistas, españolistas y otros más bien moderados, y lo que hay es mucha tranquilidad”, cuenta el boticario. ¿Crispación por el 1 de octubre? “Somos cuatro gatos y aquí hay una convivencia normal”.

Del Casal municipal de Caseres salen unos obreros de almorzar. Dentro sólo queda Arturo, que se define “neutral”. Barcelonés de nacimiento, hace 20 años que aterrizó en el pueblo del que procedía su familia.

El procés ha dividido. Arturo mismo y su mujer están ideológicamente en las antípodas con respecto a la independencia catalana. Él no lo es, pero ella sí. “Nos respetamos mutuamente, qué vas a hacer”, se resigna este carpintero que ahora sustituye al alguacil mientras está de vacaciones. Eso sí, “estamos todos a la expectativa de ver qué ocurrirá el domingo”. No serán los únicos.

A unos 20 kilómetros por la misma carretera y después de torcer a la izquierda, Batea, un pueblo que linda con Calaceite y Nonaspe (Zaragoza) y que este verano hizo famoso su alcalde, Joaquím Paladella, por decir que quería que fuera aragonés para contrarrestar el “maltrato” al que lo tiene sometido la Generalitat.

Del Matarraña a la Terra Alta  el paisaje está plagado de almendros, olivos y de un parque eólico que deja miles de euros en los ayuntamientos. Precisamente uno de los conflictos que motivaron la propuesta rocambolesca del alcalde de Batea tiene que ver con una modificación de los lindes del término municipal en beneficio de la vecina Gandesa, lo que se traduce en 40.000 euros de ingresos por los molinos que dejaría de percibir Batea.

Uno se da cuenta del debate independentista incluso antes de entrar en el pueblo. En la rotonda de acceso al pueblo, una bandera española ondea en lo alto de un poste dando la bienvenida a los que llegan desde Gandesa. Al otro lado de la rotonda, una enorme estelada (bandera independentista) -mucho más grande que la del otro lado- recibe a los que llegan de la zona aragonesa.

Los vecinos de Batea se definen como tranquilos y moderados, aunque los resultados de las últimas elecciones generales hablan de un pueblo que apoya dos polos contrapuestos. En junio de 2016, entre PP y ERC se repartieron el 46% de los votos  emitidos. En las municipales, resiste en la alcaldía desde 1991 una agrupación municipalista (Agrupació per la Terra Alta) vinculada al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC).

Aquí no hay mucha parafernalia patriótica, salvo las dos banderas de la entrada, alguna estelada colocada en huertos de las afueras o en alguna fachada. Junto a la propaganda a favor del referéndum que aparece en las farolas o en una pancarta situada en el centro de la plaza -dándole la bienvenida a la nueva República- lo más destacable son las banderas españolas que asoman en algunos balcones y también las señeras de toda la vida que no se sabe muy bien si se contraponen a las españolistas o a las independentistas.

En la plaza de Batea, más mutismo. Un grupo de ancianos toma el sol. A la pregunta sobre el uno de octubre y la independencia uno contesta: “esto es cosa de los jóvenes” y otro espeta: “yo que quieres que te diga, si tengo a una hija, la única que tengo, casada en Maella (Zaragoza)”. El resto, callados. Ya se sabe, a veces, mejor hacerse el sordo.

Un poco más adelante, un hombre solo, José, reclama opinar. Es mucho menos contenido que los anteriores. Catalán de Barcelona y exparacaidista del ejército. Anuncia que este domingo “no pienso salir de casa” y en ésto llama la atención de otro transeúnte, José María, un jubilado de rostro apacible, que con una barra de pan bajo el brazo y una sonrisa campechana se acerca ante la llamada del amigo. Pero José María sí que quiere votar, aunque dice que no lo tiene claro del todo. Debate con el primero y después puntualiza que éste es un “pueblo tranquilo, con muy poco fanático, donde la gente se dedica a trabajar y pasa bastante del tema”.

Valderrobres

Y de Batea, de nuevo al Matarraña, a Valderrobres. El referéndum genera aquí el mismo rechazo y hartazgo que en Calaceite, porque como decían Cinta, Carlos y Pilar, “no ves otra cosa por la tele. El trío, que pasea por el puente de piedra, reconoce que ninguno de ellos son nacidos aquí, aunque residan en Valderrobres desde hace décadas. Cinta es de Arnes (Tarragona), Pilar de Zorita del Maestrazgo (Castellón) y Carlos nació hace ocho décadas también en Cataluña. Lo que les preocupan los hijos y nietos, que viven en Cataluña y que “están nerviosos, porque les llegan comunicados del colegio que resultan un dilema, porque si no los firmas ya estás señalado, y porque todos los vecinos piensan igual y han de callar”, se lamenta Pilar, que añade: “si se pudieran ir, saldrían ya cuanto antes”.

Cinta, que es oriunda de la vecina Arnes reconoce que el pueblo en el que nació es ahora plenamente independentista. “Si mi padre levantara la cabeza”, dice con una media sonrisa, “con lo de derechas que era, y con los cinco hijos que levantó inculcándoles la religión, ahora se volvería loco”.

Maribel Sancho Timoneda

Periodista – @mstimoneda

La Colla de Charradors “O Corrinche” vos proposa partizipar n’o seminario: “L’aragonés n’o mundo vechetal”. Dirichito per: Rafael Vidaller Tricas.Que se ferá en espazios naturals d’o monizipio de Berga lo sabado 27 d’octubre de 2017. Lo preu d’a inscripzión ye de 15 euros. Podez inscribir-tos-ie en linia seguindo los pasos indicaus en iste enlaze: inscripzions. Y tamién podez fer-lo directament n’a Secretaría d’o CAB. ​Si tenez bella cuestión podez escribir a iste correu-e: aragonesgue@centroaragones.orglogos

Origen: Casi el 50% de los españoles y de entre ellos hasta el 70% de los vascos, y muchos americanos, son descendientes de un mismo hombre que nació hace 4.500 años entre Aragón, Valencia y Cataluña: un “supertatarabuelo” – Gigantes en Casa

Casi el 50% de los españoles y de entre ellos hasta el 70% de los vascos, y muchos americanos, son descendientes de un mismo hombre que nació hace 4.500 años entre Aragón, Valencia y Cataluña: un “supertatarabuelo”

El estudio genético de haplogrupos y haplotipos, conjuntos de genes asociados entre sí, permite definir genéticamente las poblaciones, relacionar grupos poblacionales y descubrir los antecesores de ellos y como migraron. El haplogrupo R1b define la genética de los primeros europeos, y el haplogrupo R1b-DF27 descendiente del anterior, es el que define la genética de los Íberos antiguos y de los modernos españoles y portugueses. Este haplogrupo forma parte también de la genética de muchos americanos modernos (Colombia, Puerto Rico y México principalmente) Un extenso análisis genético realizado por Francesc Calafell y colaboradores, del Instituto de Biología Evolución (IBE) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, el CSIC, la Universidad del País Vasco (UPV), y otros centros españoles y de diversos países, ha descubierto que el pueblo íbero original se formó en el Noroeste de España hace unos 4.500 años en lo que actualmente son las comunidades de Aragón, Valencia y Cataluña.

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Figura 1.- Dama de Baza (Granada, España). Junto con la Dama de Elche (Alicante, España) son dos ejemplos muy representativos del arte íbero. En el cromosoma Y los hombres ya tenían el haplogrupo R1b-DF27

 

¿Qué es eso de los haplogrupos y para qué sirven?

Los haplogrupos son conjuntos de genes relacionados entre sí y que se encuentran en posiciones concretas, llamadas locis, de los cromosomas. Es decir, son trozos de ADN. El haplogrupo R1b-DF27 está formado por un conjunto de variantes genéticas que se encuentran concretamente en el cromosoma Y, el que define el sexo masculino. Por tanto se hereda de padres a hijos varones, y desciende por sucesivas mutaciones genéticas del haplogrupo ACMR-Y (Ancestro Común Más Reciente según el cromosoma Y)  que define a los hombres modernos. El haplogrupo ACMR-Y apareció en África hace unos 300.000 años y es el que caracteriza al ser humano moderno. Se le denomina de forma genérica como el “Adán cromosómico-Y” en referencia al primer hombre que nació por  primera vez con  mutación genética que conforma ese haplogrupo y que define desde el punto de vista del cromosoma Y al ser humano actual. Es genéticamente hablando, el primer hombre, del cual todos los seres humanos descendemos. Es nuestro tátara-tátara-tátara…buelo, seamos esquimales, chinos, alemanes, guineanos o andaluces de Granada. O castellano de Albacete. Es decir, todos somos “primos” y ese señor es nuestro ancestro común.

La evolución ha ido modificando este haplogrupo ancestral generando nuevos haplogrupos, que se subdividen sucesivamente y se suman a los anteriores, definiendo todos los grupos poblacionales actuales, lo incorrectamente denominado “razas humanas”. No todos los grupos poblacionales aparecieron al mismo tiempo, sino conforme ha ido transcurriendo la historia de la Humanidad. En la figura 2 se muestran los haplogrupos del cromosoma Y con sus sucesivas subdivisiones.

 

haplogrupos_cromosoma_Y
Figura 2.- Haplogrupos del cromosoma Y humano y la relación de herencia entre ellos. Arriba a la izquierda los más antiguos, y hacia abajo y hacia la derecha los más modernos, y que van definiendo los distintos grupos poblacionales humanos.

 

Según se observa en la figura, por ejemplo el haplogrupo B es de los más antiguos por estar cerca del Adán cromosómico-Y y es el que define a los pigmeos. Tiene una antigüedad entre 60.000 y 70.000 años y se encuentra en muchísimos hombres de África Central.

Por ejemplo, el haplogrupo MS, de los más recientes, abajo a la derecha, es el que caracteriza a los australianos, los habitantes de las islas del Pacífico y a los filipinos. El haplogrupo “vecino” P es el de los Europeos, los indígenas de América y el sur de Asia. El haplogrupo NO es el de las poblaciones del norte y este de Eurasia (esquimales, mongoles, chinos, japoneses…). Del haplogrupo P por mutación aparecieron más recientemente  los R1 y R2, que son ambos netamente indoeuropeos, y más específicamente el R1b, en su subclado (es como decir “subclase” o “subtipo”) L11, es el que caracteriza al europeo occidental. Así en España, Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña, etcétera, la mayoría de los hombres actuales tienen un R1b-L11. Entre estos, destaca el R1b-DF27 que ya se sabía que era específico de la Península Ibérica y especialmente abundante entre los vascos.

Subclados_R1b
Figura 3.- Subclados del haplogrupo R1b. El L11 caracteriza a los europeos occidentales y el DF27 a los íberos en general y con sobreabundancia entre vascos. Fuente

 

Haplogroup_R1b_(Y-DNA)
Figura 4.- Distribución del haplogrupo R1b del cromosoma Y. Es especialmente abundante en Europa Occidental. Fuente.

 

Se puede saber de dónde venimos con el análisis de los haplogrupos

Una aplicación muy interesante, aparte de poder clasificar a los seres humanos en grupos poblacionales con ADN afín, es identificar de dónde vino, el origen, del primer humano que tuvo un haplogrupo característico de un grupo poblacional y las migraciones desde su origen a otras regiones de la Tierra.

En la figura 5 se muestran las migraciones de los seres humanos seguidas gracias a la aparición sucesiva en el tiempo de los distintos haplogrupos.

Migraciones_humanas_en_haplogrupos_de_ADN-Y
Figura 5.- Mapa de las migraciones humanas creado a partir de la genética poblacional del cromosoma Y. Las primeras migraciones efectivas fuera de África colonizaron el Sur de Asia y de allí hubo una subsecuente diferenciación entre el acervo genético del Este y el Oeste de Eurasia.​ La región de predominio de los haplogrupos africanos (A, B, E) se muestra en verde, de los de origen eurasiático occidental en rosa, eurasiático oriental en color ocre, de los haplogrupos australianos en gris, de las islas del Pacífico en violeta y de los haplogrupos americanos (Q-M3, C3b) en amarillo. Fuente

 

El haplogrupo de los íberos, antecesores de los españoles y portugueses modernos

Francés Calafel y colaboradores han publicado hace muy poco (el 4 de agosto de 2017) el artículo de título “Analysis of the R1b-DF27 haplogroup shows that a large fraction of Iberian Y-chromosome lineages originated recently in situ” , que traducido al castellano es “El análisis del haplogrupo R1b-DF27 muestra que una gran fracción de linajes del cromosoma Y de Iberia fueron originados in situ”. Es decir, que este haplogrupo específico de los habitantes de Iberia (actuales España y Portugal) no se generó fuera y por migración llegó a la Península, sino que partiendo del sustrato de un grupo poblacional R1b europeo recién llegado, un individuo mutó hace aproximadamente 4.500 años y fue el padre de todo un linaje que se extendió y dominó toda Iberia, “arrinconando” a los Celtas que ocupaban el centro y el norte. El éxito de esta mutación fue tal que dio características propias a la mayor parte de la población y hoy día, incluso tras migraciones e invasiones modernas posteriores, todavía pervive fuertemente en el acerbo genético de los españoles y portugueses actuales, así como de habitantes de Colombia, Puerto Rico, o México. El citado estudio se puede leer íntegramente aquí (Está en inglés).

 

El primer íbero nació en el Noreste de la Península Ibérica

El haplogrupo R1b-DF27 es muy abundante en la población española y portuguesa, pero con una presencia más destacada en el noroeste y menos destacada, pero no por ello menos representativa, en el oeste. También debido a las migraciones de los últimos siglos a América también aparece allí en países como Colombia (40%), Puerto Rico (36%), México y Perú.

Las frecuencias son las siguientes:

País o región Frecuencia media Comentario
Iberia (España y Portugal) 42-49% Valor medio según diferentes estudios entre esos valores. En cualquier región siempre >40%. País vasco hasta un 74%
Colombia 40% Por mestizaje
Puerto Rico 36% Por mestizaje
Francia 11% Hasta 20% en el sur, 6% en el norte
Gran Bretaña 15% Pero <0,01% en Irlanda
México 10% Por mestizaje
Perú 8% Por mestizaje
Alemania 0-10% Según regiones
Holanda 7% En Flandes entre 8-12%
Suiza 6-12%
Italia 1-12% 0.8% en Toscana
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Figura 6.- Distribución del haplogrupo R1b-DF27. Aunque hoy día se concentra en la Comunidad del País Vasco, éste no es su lugar de origen, sino en el Noroeste y Levante español.

Consideraciones genéticas llevadas a cabo por los autores del artículo conducen a calcular, dentro de ciertos márgenes de error, cuándo apareció por primera vez el haplogrupo R1b-DF27 en las distintas regiones de España y Portugal. Han encontrado que el primer hombre que fue el “abuelo” de tantos millones de personas nació hace casi unos 4.500 años en una zona no determinada situada entre las actuales comunidad de Aragón, Valencia y Cataluña emigrando luego al País Vasco y Baleares (unos 4.000 años) y al resto de España y Portugal en un movimiento Este-Oeste. Cruzar los Pirineos para llegar al sur de Francia se estima que ocurrió unos 5-6 siglos después y sería hace sobre 3.400 años. En la figura se muestra un esquema de los periodos en que se estima apareció el haplogrupo en distintas regiones.

Edad_aparicion_DF27
Figura 7.- Franjas de aparición de haplogrupo R1b-DF27 en distintas regiones. El primer íbero podría haber aparecido entre Aragón, Valencia y Cataluña. Sus descendientes emigraron posteriormente a Mallorca, Norte y Centro de España y Francia. Ya en tiempos históricos a América

 

De forma numérica más concreta:

Región Edad más probable de aparición Lo más tardar Lo más pronto
Aragón 4527 3831 5223
Valencia 4525 4166 4884
Cataluña 4367 4163 4571
Mallorca 4091 3360 4822
País Vasco 3931 3617 4245
Norte y Centro de España 3614 3293 3935
Francia 3428 2911 3945

 

La colaboración científica

Esta investigación liderada por Frances Calafell se ha llevado a cabo en cooperación. Hoy día los avances científicos exigen el trabajo coordinado de varios científicos en distintas localizaciones de un mismo país e incluso entre países diferentes. El equipo está formado por:

Neus Solé-Morata (1), Patricia Villaescusa (2), Carla García-Fernández (1), Neus Font-Porterias (1), María José Illescas (2), Laura Valverde (2), Francesca Tassi (3), Silvia Ghirotto (3), Claude Férec (4,5,6 y 7), Karen Rouault (4 y5) , Susana Jiménez-Moreno (8), Begoña Martínez-Jarreta (9), Maria Fátima Pinheiro (10), María T. Zarrabeitia (11), Ángel Carracedo (12 y 13), Marian M. de Pancorbo (2) y Francesc Calafell (1)

Pertenecientes a los siguientes Centros de Investigación

(1) Institut de Biologia Evolutiva (CSIC-UPF), Departament de Ciències Experimentals i de la Salut, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, Spain.

(2) BIOMICs Research Group, Lascaray Research Center, University of the Basque Country UPV/EHU, Vitoria-Gasteiz, Spain.

(3) Dipartimento di Scienze della Vita e Biotecnologie, Università di Ferrara, Ferrara, Italy.

(4) Inserm, UMR 1078, Brest, France.

(5) Laboratoire de Génétique Moléculaire, CHRU Brest, Hôpital Morvan, Brest, France.

(6) Université de Bretagne Occidentale, Brest, France.

(7) Etablissement Français du Sang-Bretagne, Brest, France.

(8) Forensic and Legal Medicine Area, Department of Pathology and Surgery, University Miguel Hernández, Elche, Spain.

(9) Department of Forensic Medicine, University of Zaragoza, Zaragoza, Spain.

(10) Forensic Genetics Department, National Institute of Legal Medicine and Forensic Sciences, Porto, Portugal.

(11) Unit of Legal Medicine, University of Cantabria, Santander, Spain.

(12) Genomic Medicine Group, CIBERER- University of Santiago de Compostela, Galician Foundation of Genomic Medicine (SERGAS), Santiago de Compostela, Spain.

(13) Center of Excellence in Genomic Medicine Research, King Abdulaziz University, Jeddah, Saudi Arabia

Gigantes en casa del día de hoy.

 

Enlaces:

https://www.nature.com/articles/s41598-017-07710-x.pdf
https://ast.wikipedia.org/wiki/Dama_de_Baza
http://europeancestral.blogspot.com.es/2015/08/la-devotio-iberica-codigo-de-honor.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Haplogrupos_del_cromosoma_Y_humano

Origen: Moviment Franjolí per la Llengua: Des de la Franja, amb Catalunya [Manifest]

Des de la Franja, amb Catalunya [Manifest]

Desenes de persones i entitats de la Franja de Ponent signen un manifest de suport al dret d’autodeterminació dels catalans i les catalanes i de la celebració del referèndum del proper 1 d’octubre. El manifest, impulsat pel Casal Jaume I de Fraga, també rebutja la vulneració dels drets civils de la societat catalana per part de l’Estat espanyol.
El Moviment Franjolí per la Llengua s’ha adherit a aquest manifest.
Posteriorment a la publicació del manifest, l’Associació Cultural l’Encenall s’ha adherit al manifest.

Origen: Referéndum de Cataluña: Vivir en la nueva frontera | España | EL PAÍS

Los vecinos del límite entre Cataluña y Aragón reflexionan sobre los trastornos en su día a día si quedan divididos. “De estas cosas no hablan los políticos”

referendum cataluña
Francisco Juste, alcalde de Massalcoreig, en su taller a pocos kilómetros de la frontera con Aragón. Javi Martín

Francisco Juste está cambiando las ruedas a un tractor. Lo hace a las puertas de su taller, a la salida de Massalcoreig, un pueblo catalán de 500 habitantes en la provincia de Lleida. Es el último pueblo de Cataluña antes de entrar en Aragón. El taller de Francisco está a cuatro kilómetros del límite autonómico. Desde su entrada se puede ver el río Cinca que sirve de frontera y, detrás, los primeros pueblos aragoneses.

Además de mecánico, Francisco ejerce también como alcalde de esta localidad. “¿Ves todo esto?”, dice mostrando su taller, repleto de motores, piezas y herramientas. “Todo está comprado en Aragón y es todo para clientes de los pueblos de Aragón. Si mañana a mí me plantan una frontera aquí, me hunden”.

Francisco es uno de los cientos de vecinos que está siguiendo con preocupación -con verdadera preocupación- el proceso de tentativa de independencia de Cataluña. “Sí, en Madrid y en Barcelona hablan mucho y dicen que les preocupa mucho, pero aquí estamos pendientes porque nos cambiaría la vida de un día para otro. Aquí hay gente trabaja en Aragón y vive en Cataluña, o al revés. O vecinos que van de compras de un lado a otro, o que tienen una finca. Agricultores que venden de un lado a otro, estudiantes universitarios, comerciantes… Aquí no hay frontera, estamos conectados de todas las maneras. Si meten una división aquí, no quiero ni imaginar las consecuencias”.

La Franja

La frontera entre Cataluña y Aragón es conocida como La Franja (La Francha, en aragonés). La mayoría de pueblos aragoneses que se sitúan cerca de la frontera son catalanófonos. Un paseo por cualquiera de ellos sirve para darse cuenta de que, a pesar de estar en Aragón, aquí las conversaciones, los carteles y las señales son en catalán. La Franja es como una extensión de Cataluña fuera de sus límites autonómicos.

Se trata de una zona rural, con grandes extensiones de cultivos y tramos montañosos. Las carreteras serpentean entre los ríos Ebro y Cinca, que sirven de frontera natural. Si no fuera por los carteles, uno no podría saber si está en Cataluña o Aragón. De hecho, para los vecinos de estas comarcas, la frontera es una anécdota administrativa: la vida real no contempla ninguna separación y los vecinos se mueve de un lado al otro.

“La independencia nos cambiaría la vida de un día para otro. Si meten una frontera aquí no quiero ni imaginar las consecuencias”

Magda Godia es la alcaldesa de Mequinenza (Mequinensa, en catalán), un pueblo de la provincia de Zaragoza pegado a la frontera. Nos recibe en su despacho. “En La Franja estamos íntimamente conectados a Cataluña. Aquí hablamos catalán, celebramos el segundo día de Navidad, nuestra gastronomía es catalana… De hecho, la mayoría de vecinos hemos nacido en Cataluña, ya que el hospital que nos queda más cerca está en Lleida”.

Tal es la conexión, que el pancatalanismo considera La Franja como parte de la nación catalana y, ciertas corrientes, definen esta zona como una provincia más denominada Franja de Ponent.

Javier es vecino de Torrente de Cinca, pequeño pueblo de la provincia de Huesca a pocos kilómetros del límite con Cataluña. “Yo me siento catalán, hablo catalán y si Cataluña fuese independiente me gustaría que nos anexionaran. Preferiría pertenecer a Cataluña”. Después admite: “Algunos vecinos pensamos así, pero somos minoría”.

Basta un paseo por las calles de Torrente o de la propia Mequinenza para darse cuenta de que, efectivamente, es un sentir minoritario. “Somos aragoneses y aquí la gente quiere seguir siéndolo pase lo que pase”, dice Ana, vecina de Torrente. “Estamos muy unidos a Cataluña, pero nos sentimos aragoneses y españoles”, añade otro vecino que escucha la conversación.

Magda, la alcaldesa de Mequinenza, lo resume: “Nosotros somos aragoneses. Y la mayoría de gente aquí se siente aragonesa, aunque hable catalán y aunque haya una parte que sí es catalanista. El sentir general es que estamos vinculados a ambos territorios, así que tenemos el corazón partido”.

Frontera entre ambas Comunidades: a un lado Mequinenza (Aragón); al otro, la provincia de Lleida.
Frontera entre ambas Comunidades: a un lado Mequinenza (Aragón); al otro, la provincia de Lleida. Javi Martín

A cuatro minutos en coche, del otro lado de la frontera, las localidades catalanas como Granja d’Escarp, Massalcoreig y Seròs son de mayoría independentista. Sus calles lucen banderas esteladas y llamadas al referéndum. Son pequeños pueblos de casas de piedra y callejuelas laberínticas. A mediodía apenas hay vecino, se impone el silencio. José es de los pocos que se deja ver. “Aquí somos independentistas, pero la gente de La Franja aragonesa es soberana y hará lo que quiera, no tienen que anexionarse si no quieren. De hecho, no quieren”.

Cada parte, pues, se quedaría en su lado. Pero José Vilella, vecino de Mequinenza, da una vuelta de tuerca más: “Yo me quedaría en Aragón, pero nací en Lleida. ¿Tendría nacionalidad catalana también, no? ¿Y tendría derecho a votar en el referéndum como catalán que soy, no? Lo digo porque a mí no me ha llegado ninguna información para votar”, dice con una mueca cínica.

“¿Y si mañana esto es una república catalana, los vecinos de nacionalidad española tenemos nuestros derechos garantizados? A mí nadie me ha explicado nada”

La pregunta se repite a la inversa en el lado catalán. Mauricio, vecino aragonés residente en Seròs (Lleida) se pone serio y cuestiona: “¿Y si mañana esto es una república catalana, los vecinos de nacionalidad española tenemos nuestros derechos garantizados? A mí nadie me ha explicado nada. Pasaría a pertenecer a una minoría de nacionalidad española y, como tal, tendrían que garantizarme que mis hijos puedan estudiar en español y que yo pueda seguir usándolo. Pero nadie habla de esto”, afirma.

Jaume Navarra es el otro lado del espejo. Es un jubilado catalán que se ha trasladado a vivir a una finca en Aragón. “Pasaremos a ser dos Estados distintos, pero entiendo que podré seguir viniendo y podré vivir aquí. Lo que no sé es si cruzar la frontera sería más complicado. Espero que no”.

La vida divididos

Si en algo coinciden todos los vecinos de ambos lados de La Franja es que no quieren una frontera separando sus pueblos, separando sus vidas. Eso sí, coinciden desde perspectivas diferentes.

Los vecinos independentistas se niegan a creer que vaya a existir una frontera o una aduana entre una hipotética República de Cataluña y España. “¿Frontera? Aquí no habría frontera, hombre. Si somos el mismo país. Lo que pasa es que pasaríamos a ser dos estados distintos”, dice José, vecino de Granja d’Escarp. Jaume, el vecino catalán residente en Aragón, coincide: “No queremos fronteras, no tiene que haber ninguna separación, somos pueblos hermanos y no queremos alejarnos”.

Pero Francisco Juste, el alcalde que abre este relato desde su taller, adopta un tono de incredulidad cuando se expresa: “¿Pero cómo que no va a haber frontera? Pues claro que va a haber. Y aduana. Ese es el problema, que la gente no quiere verlo, pero aquí aparecería una aduana y tendríamos que pagar aranceles. La gente que hoy comercia con Aragón, las cooperativas de fruteros que venden en Huesca, los agricultores que van de un lado a otro… Todos tendrían que atravesar frontera, pagar aranceles, aduanas… Es que nadie está pensando en esto seriamente”.

“La gente no quiere verlo, pero aquí aparecería una aduana y tendríamos que pagar aranceles”

Sí lo ha hecho Francisco Jové, vecino de Seròs, quien, a pesar de ser independentista, admite que la vida sería más difícil. “Se me haría muy raro que hubiera una frontera aquí”, dice apoyado en su bastón, frente a una enorme estelada que cubre la fachada del Ayuntamiento. “Mi hija trabaja en Aragón, mi yerno también y ambos viven aquí en Cataluña. Me preocupa lo que podría pasar con ellos”.

La otra perspectiva es la de los aragoneses. José Vilella, de Mequinenza, reflexiona sobre el daño que haría una división. “Habría que reorganizar los estudiantes que están en Lleida. También las cooperativas que venden fruta y hasta la gente que va de compras. ¿Atravesar una frontera para irte a un centro comercial a Lleida? Es que lo veo absurdo”.

El sentido común lo pone en forma de conclusión la alcaldesa de Mequinenza: “Es que todo esto es tan hipotético… Es que no hay elementos ni información para imaginar el escenario que resultaría. Por eso estamos tan preocupados. Porque no entendemos cómo se ha llegado hasta aquí y tenemos miedo del deterioro que pueda dejar esto”.

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Unas jornadas que se celebran este fin de semana en Zaragoza pretenden impulsar los vínculos culturales y sociales de la Comunidad aragonesa y la región francesa de Occitania. La iniciativa cuenta con talleres, juegos tradicionales, bailes y un mercado, entre otras actividades.

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Los presidentes de Teruel, Tarragona y Guadalajara acordaron ayer presentar el proyecto de autovía al Ministerio de Fomento

Tarragona, Teruel y Guadalajara suman fuerzas para pedir una autovía entre la capital tarraconense y Madrid. Representantes de las tres administraciones acordaron ayer en Teruel presentar al Ministerio de Fomento un proyecto para desdoblar las carreteras N-211 y N-420. La vía uniría Madrid con el puerto de Tarragona pasando por Guadalajara, Alcolea del Pinar, Monreal del Campo, Alcañiz, Calaceite, Reus y Tarragona.

El acto tuvo lugar ayer en la sede de la Diputación Provincial y contó con la presencia del presidente de la Diputación turolense, Ramón Millán, el presidente de la Diputación de Guadalajara, José Manuel Latre, y el diputado de Promoción Económica de la Diputación de Tarragona, Juan José Malrás, que acudió en representación del presidente. El encuentro contó también con la presencia del vicepresidente provincial, el popular Joaquín Juste, quien se comprometió a defender el proyecto ante el ministro y a encabezar su visibilización
De este modo las tres administraciones, explicaron, trabajarán aprovechando sus «buenas relaciones» e «intereses comunes» en favor de sus respectivas provincias por lo que solicitarán de manera conjunta poder da ra conocer el proyecto. La construcción de la vía sería un revulsivo para el territorio y convertiría al Matarraña y al Bajo Aragón en un importante nudo de comunicaciones.

Se trata además de la ruta más corta entre la ciudad tarraconense y la capital del país. Actualmente los conductores que optan por la ruta más rápida tomando la autopista AP-2 y la autovía radial A-2 deben recorrer 547 km para cubrir el desplazamiento, sin embargo el recorrido por la ruta turolense tiene una longitud de 515 km, 32 menos que la actual ruta habitual.
De igual modo, son numerosos los conductores del territorio que prefieren dar un rodeo de más de 40 km e ir hasta la capital de España pasando por Zaragoza e incorporándose allí a la A-2 en lugar de utilizar la N-211.
La autovía además atravesaría una de las zonas más despobladas de España e incluso de Europa. «Estamos viviendo unos tiempos muy duros por la despoblación. La creación de un eje vertebrador sería vital para nosotros», añadió Latre. Cabe recordar que gran parte de las comarcas de Teruel, Guadalajara e incluso la tarraconense de la Terra Alta muestran registran densidades de población similares a las de Laponia. «Nuestra oblicación es demostrar la viabilidad de esta vía y creo que tenemos argumentos suficientes. Uno de ellos es la lucha contra la despoblación que las tres provincias compartimos», explicó Ramón Millán presidente de la Diputación Provincial de Teruel.
La reivindicación de una autovía entre Alcolea del Pinar y Monreal del Campo data de 2009 cuando se planteó el desdoblamiento de la N-211 sólo entre estas dos poblaciones.
Sin embargo, el actual equipo de Gobierno de la Diputación de Teruel planteó el pasado año su prolongación hasta Alcañiz y continuar hasta Tarragona pasando por el Matarraña en la N-420, para enlazar con la futura A-68 y crear así un «eje transversal» con el que se lograría una mejor vertebración territorial. «Si queremos aproximar nuestras empresas al interior y propiciar flujos económicos esta vía es indispensable también para Tarragona», apuntó por su parte el diputado catalán Malrás.
Pese a que tan solo es un proyecto y no se contemplan plazos de actuación, la idea de una autovía Tarragona-Madrid parece convencer en el territorio. «Sin duda es un proyecto muy interesante. Todo lo que sea mejorar la comunicación es bueno para nosotros», afirmó Jose María Salsench, alcalde de Calaceite.

III Chornadas Aragón-Oczitania organizadas por la asociación cultural Rebellar durante los días 16 y 17 de septiembre en la plaza de San Bruno de Zaragoza. (más información aquí)

Origen: Repuntan los vecinos de la Franja de Aragón atendidos en servicios sanitarios de Lleida

  • Satisfacción compartida: el alcalde de Fraga celebra el buen entendimiento y el gerente de la Región Sanitària destaca que Lleida puede ofrecer más servicios
  • Satisfacción compartida: el alcalde de Fraga celebra el buen entendimiento y el gerente de la Región Sanitària destaca que Lleida puede ofrecer más servicios
Repuntan los vecinos de la Franja de Aragón atendidos en servicios sanitarios de Lleida
En el instrumental médico en un hospital (Sudok1 / Getty)
, Lleida

La atención de los servicios sanitarios catalanes a pacientes de la zona de la Franja de Aragón está repuntando. Y, a diferencia de lo que ocurría años atrás, la colaboración recibe las loanzas de ambas partes: los alcaldes los pueblos aragoneses que limitan con la provincia de Lleida no tienen quejas de la atención sanitaria recibida y el gerente de la Región Sanitària de Lleida y de la Región Alt Pirineu i Aran del Servei Català de la Salut , Jordi Cortada, considera que atender a más pacientes permite a Lleida ofrecer servicios de más intensidad terapéutica.

El Servei Català de la Salut registró 1.735 altas hospitalarias y 19.434 visitas externas en Lleida a lo largo de 2016 de pacientes de poblaciones de la Franja. Las dos cifras son ligeramente superiores a las de 2015, cuando se contabilizaron 1.675 altas sanitarias y 19.098 visitas externas.

También ha aumentado el número de aragoneses atendidos en un hospital de día, mientras que se han reducido las atenciones por diálisis o rehabilitación. Incluyendo el transporte sanitario, el coste de la atención sociosanitaria y de salud mental se elevó en 2016 a 9,5 millones de euros, frente a los 8,6 de 2015 o los siete millones de 2013.

Toni Comín, en el Hospital Universitario Arnau de Vilanova
Toni Comín, en el Hospital Universitario Arnau de Vilanova (ACN)

El gerente de la Región Sanitària de Lleida y de la Región Alt Pirineu i Aran del Servei Català de la Salut , Jordi Cortada, quita hierro a las cifras y enfatiza la estabilidad de la colaboración: “Sí, se ha contabilizado un pequeño repunte de actividad, pero la atención es básicamente estable”. “La diferencia entre 7 y 9 millones no responde tanto a un incremento de la actividad, sino más bien de facturación: ha habido algunos cambios en las tarifas, que han subido en algunas actividades del Servei Català de la Salut”, revela.

Insiste en que estos pacientes son considerados como propios en la región sanitaria de Lleida: “Tienen al Hospital Universitario Arnau de Vilanova como centro de referencia y acuden cuando lo necesitan, de la misma manera que los pacientes que residen en Catalunya”. “Y a la gente de la Franja que necesita un hospital terciario de mayor complejidad que el hospital Arnau de Vilanova, se la deriva como a un paciente residente en Catalunya”, explica.

Más pacientes permite ofrecer más servicios

Cortada recalca que los pacientes aragoneses no tienen solo una relación sanitaria con Lleida, sino que el vínculo es también social y cultural. “Es gente que en todos los sentidos tiene Lleida como referencia, es gente que habla catalán…”, ejemplifica. Recuerda, además, que Catalunya recupera el coste del servicio a través del servicio de compensación entre comunidades autónomas.

El director de los Serveis Territorials reconoce que a Lleida le beneficia atender a pacientes de Aragón. “A la región nos viene muy bien que vengan estos pacientes, estamos más que contentos de tratarlos… Al fin y el cabo, cuantos más seamos más servicios y de mejor calidad podemos ofrecer, servicios de más intensidad terapéutica”, razona. “Seguramente si no tuviéramos esta gente, alguna cosa no la podríamos tener; en cambio sumando a la población que nos viene de la Franja podemos asumir técnicas, protocolos terapéuticos que probablemente no podríamos asumir si no los tuviéramos”, insiste.

Zona de aparcamiento de ambulancias en el Hospital de Santa Maria de Lleida
Zona de aparcamiento de ambulancias en el Hospital de Santa Maria de Lleida (ACN)

El alcalde de Fraga, el socialista Miguel Luis Lapeña, asegura que la atención es correcta y recuerda que en octubre de 2015, cuando se les negaban algunos servicios, un grupo de alcaldes se reunió con el entonces conseller convergente Boí Ruiz y se solucionó el problema. “Tenemos convenios de especialidades y la relación no es buena, es lo siguiente”, celebra. “En octubre de 2015 me reuní con el conseller, el presidente de la comarca de la Litera, el de la Ribagorça y del Bajo Cinca y quedó muy claro”, recuerda.

“El conseller nos hizo una carta para enseñar a los vecinos por si algún médico les decía a sus pacientes que no podían ser atendidos en Catalunya, para que tuvieran la certeza de que Lleida seguía siendo su punto de referencia”, aprecia. “A partir de ese momento hemos estado más tranquilos y cuando se ha dado algún caso puntual se ha hablado”, afirma el alcalde.

Los pacientes aragoneses disponen de una carta de la Conselleria de Salut que acredita su derecho a ser atendidos en Lleida

La Franja de Aragón, con el “corazón partido” por el referéndum catalán

  • Inquietud en los municipios limítrofes, que comparten con Catalunya lengua, puentes, bomberos, hospitales y otros servicios
La Franja de Aragón, con el “corazón partido” por el referéndum catalán
Participantes a la manifestación de este 11 de septiembre (Susana Vera / Reuters)
, Lleida

Las novedades sobre el referéndum convocado para el 1-O también se siguen con intensidad en los pueblos de la Franja de Aragón. Una cincuentena de localidades que, además de la lengua catalana, comparten puentes, carreteras, bomberos, servicios sanitarios, autobuses y comercio con la ciudad de Lleida. Sus alcaldes relatan a La Vanguardia por qué estos días tienen el “corazón partido” con la campaña en favor del referéndum y las maniobras del Estado para impedirlo.

En la comarca de la Litera, donde la mayoría de los consistorios son socialistas, los alcaldes entienden las reivindicaciones catalanas pero son reticentes. Esperan que, pase lo que pase el 1 de octubre, sigan entendiéndose con las instituciones vecinas y con los pueblos leridanos, de los que les separan solo unos pocos kilómetros.

“Aunque nosotros no estemos implicados directamente, de rebote nos afecta”, reconoce la alcaldesa de Mequinenza, Magda Godia. “Tenemos una relación muy estrecha con todos los municipios de alrededor de Mequineza de la parte catalana y con las instituciones. Veo una situación tan complicada… No solo por cómo nos pueda afectar sino por el hecho de que todos tenemos familia y amigos en Catalunya y esta situación crea mal ambiente”, afirma.

El río Ebro cerca del embalse de Mequinenza, en la franja catalana de Aragón
El río Ebro cerca del embalse de Mequinenza, en la franja catalana de Aragón (Archivo / José María Alguersuari)

El alcalde de Alcampell, Josep Anton Chauvell, también socialista, reconoce que en su pueblo el referéndum “causa una verdadera inquietud”. “Aparte de la lengua, hablamos catalán, tenemos una relación muy estrecha. Los pueblos de la Franja con los que tocan con Catalunya intercambiamos sistema de riego y muchas cosas, no quisiéramos que se llegara a crear una división ni que se diera ese paso”, señala, en referencia a la independencia.

En la misma línea se pronuncia José Guillén, el alcalde de Camporrélls, cuando habla del 1 de octubre: “Lo vemos con preocupación, porque nuestros vínculos con Catalunya son muy grandes, no solo de cultura y lengua. No hay nadie que no tenga un familiar en Catalunya. Yo tengo un hijo trabajando en SEAT. Entendemos un lado y huimos al otro”, asegura el alcalde, que vivió unos años en Barcelona.

Por su parte, el alcalde de Viacamp y Litera, Alfredo Pociello, reconoce que preferiría que no hubiera referéndum y afirma que si llegara la independencia le gustaría seguir entendiéndose con Catalunya “como hasta ahora”. “No sé cómo quedarían los convenios y además compartimos sanidad y servicios vitales como los bomberos”, responde.

Preocupación también en Baells, pese a que no linda con Lleida. El municipio está a 10 kilómetros de tierras catalanas y tiene Alfarràs a 17 kilómetros por carretera. Sus vecinos deben recorrer 102 kilómetros para llegar a Huesca capital y solo 40 hasta Lleida. “Tengo el corazón dividido, tengo dos hijas en Catalunya, mis yernos son catalanes y mis cuatro nietos, también”, afirma el alcalde, Antonio Solano. Es del Partido Aragonés (PAR) y uno de los dos únicos alcaldes no socialistas de la Litera. “Nuestro sentimiento está con Catalunya y Aragón. No sé si a Catalunya le irá mejor por separado, soy aragonés pero Catalunya es mi segunda tierra. La situación se les ha ido de las manos a las dos partes”, asegura.

Los “agravios” y el diálogo

“Este tema empezó por un agravio moral y con toda la razón del mundo, porque Catalunya ha sufrido agravios que se han ido acentuando y eso ha creado una corriente de opinión y un sentimiento que yo puedo entender totalmente”, asume la alcaldesa de Mequinenza. “Sin embargo, que quieran independizarse o las escenas del Parlament me producen tristeza”, confiesa.

La edil socialista reconoce que tiene el “corazón partido” y que le duele que independentistas y Estado no hayan encontrado “una solución que cubra las expectativas de Catalunya”. “No sé si hay que buscar mejores interlocutores para ambas partes para ver si son capaces de reconducir el tema”, insiste Godia.

El hospital de referencia de Mequinenza es el Arnau de Villanova de Lleida, aunque según la alcaldesa cada vez es más frecuente que los pacientes de su pueblo sean dirigidos a Barbastro. Aún en caso de independencia, avisa a los maximalistas, su pueblo igualmente tendrá que entender con Catalunya.

Vista de clubs de lectura de bibliotecas de Lleida y Tarragona a Mequinenza, el pueblo de Jesús Moncada
Vista de clubs de lectura de bibliotecas de Lleida y Tarragona a Mequinenza, el pueblo de Jesús Moncada (Ayuntamiento de Mequinenza)

“Tengo la voluntad –asevera– de tener una extraordinaria relación con los catalanes porque yo siempre he admirado a Catalunya”. Y añade: “Ha sido para mí un referente, en especial en materia cultural, y siempre he pensado que iban por delante del tiempo y han sido un espejo en el que me he mirado muchas veces al plantear cuestiones para mi pueblo”. “Cuando oigo a alguien hablar mal de Catalunya, me revienta; pero el proceso independentista la verdad es que me ha descolocado mucho y no lo valoro tan positivamente”, lamenta.

Chauvell, de Alcampell, coincide en que el origen de la reivindicación actual es la falta de ofertas políticas para Catalunya: “Tenemos un Gobierno que no ha atendido ninguna petición de las que se han reivindicado desde Catalunya. Ni una ni una. Solo ha planteado vías judiciales y el Tribunal Constitucional y no se ha argumentado nada”. Aunque tampoco ve al soberanismo libre de culpa: “Por el otro lado se ha estado calentando la olla demasiado”.

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“Mi familia está en Catalunya y hemos llegado a tener que dejar una sobremesa porque no sirven los argumentos cuando se ha enquistado tanto el problema”, dice. “Es emocional, la gente lo tiene asumido y será difícil la solución”, admite. Por ello, defiende la vía federalista que propone su partido. “Sería una reforma federal en la que fueran reconocidos todos los derechos y las peticiones de Catalunya “, argumenta. “Una ruptura dramática a nosotros nos duele y no sería una solución buena”, sostiene.

“No puede ser que haya tierras privilegiadas como Navarra y el País Vasco y y que todo el mundo se gire contra Catalunya; un Estado federal es la única solución”, coincide José Guillén, de Camporrélls. Alfredo Pociello, de Viacamp y Litera, va más allá: “¿De qué forma se podría arreglar? Quizás permitiendo que los impuestos que se generen en Catalunya se queden en el territorio”, apunta.

Una identidad propia y mixta

Guillén defiende la identidad mixta de este territorio, que lo hace singular: “Tenemos el corazón partido… Yo soy del viejo Aragón, pero también puedo pertenecer a Catalunya”. “Sin renunciar a ser aragoneses, somos tierra de transición y tenemos que convivir. Si tengo que ir a Huesca o a Zaragoza me siento muy a gusto, pero también me siento muy bien en Lleida y en Barcelona”, afirma. Y pone un ejemplo de la relación con los pueblos catalanes: “Mi municipio linda con Os de Balaguer, que antes era Tragó de Noguera, el pueblo desaparecido bajo un pantano. Y siempre me invitan a la fiesta”.

Para el alcalde de Alcampell, la independencia siembra muchas incógnitas pragmáticas en la Franja aragonesa: “Por ejemplo, el año pasado pusimos en regadío 200 hectáreas de mi término que se riegan de Almenar. ¿No podríamos regar porque sería otro país?”. Recalca que a su juicio se producirían paradojas “impensables”: “Toda la fruta de la comarca de la Litera pasa a través de Actel, una cooperativa de segundo grado de Lleida, las empresas de porcino Vall Companys o Leridana de Piensos tiene integradas muchas granjas en Aragón. ¿Qué pasaría?”

Vista de Camporrélls
Vista de Camporrélls (Ayuntamiento de Camorrélls)

La alcaldesa de Mequinenza relata que su tierra tiene muchas costumbres catalanas: “Muchos de nosotros descendemos de Catalunya y hablamos catalán. Muchas familias proceden de Móra d’Ebre porque en su tiempo cuando se hacía el transporte de carbón con los llaüts había una relación muy fluida entre los pueblos de la ribera del Ebro y se crearon muchos vínculos y nacieron muchas relaciones sentimentales”. Por ejemplo, señala que en su localidad se celebra “el segundo día de Navidad y la Mona”.

Pociello, de Viacamp y Litera, también relata que se lleva muy bien con los alcaldes catalanes de poblaciones vecinas, entre ellos con el de Sant Esteve de la Sarga, el republicano Jordi Navarra. Cuando tienen intereses comunes la política queda al lado. “Si conviene tirar algo adelante no miramos si somos de derechas o de izquierdas, apostamos juntos y trabajamos juntos”. Un ejemplo es la fluida gestión conjunta del Congost de Montrebei.

Nuestros vínculos con Catalunya son muy grandes, no solo de cultura y lengua: no hay nadie que no tenga un familiar en Catalunya”

José Guillén

Alcalde de Camporrélls

Origen: La Franja de Aragón dividida por el referéndum de Catalunya

Origen: Reflexions sobre la Franja davant el procés català – Terra Veu

LA CALA DE SOPEIRA I EL GOLF DE CASTELLONROI

Un tema tan polèmic com és la independència de Catalunya pot inquietar milers de catalans, pot neguitejar-los o excitar-los d’una manera especial, essent la seva terra la que pot desprendre’s de la resta de l’Estat espanyol. Així és com també en el territori que fa frontera, l’anomenada Franja de Ponent, hi ha una situació d’incertesa generalitzada. Què és el que passaria amb aquest formós territori de parla catalana (o més aviat de parla indecisa, de llengua dubtosa, oi, senyors del govern d’Aragó?) si Catalunya es fes independent? Què passaria amb aquesta variant dialectal tan especial?

Des del punt de vista personal, essent filla d’una mare nativa d’Albelda (La Llitera) i d’un pare nadiu de Vilanova de Segrià (El Segrià), residint a aquest segon, estic vivint una situació d’autèntica incertitud. Els meus avis, que ambdós viuen a la població de la Franja han desenvolupat una actitud satírica envers aquest tema. Tot sovint parlen sobre la possible platja a la Llitera, si Catalunya se’n desprèn definitivament. També fan menció de l’impost de duanes que hauríem de pagar quan, cada dissabte, anem a comprar el deliciós pa de pagès del forn de Chaquín. “Al final, potser ens sortirà més car el pa que la gasolina!” diuen a tall d’ironia.

Deixant de banda les infinites paròdies que poden fer-se al respecte, la veritat és que no em sento precisament inerme puix que, des de l’àmbit de la sociolingüística, es troben desconcertats, essent per a ells una situació molt especial i molt nova.

Tot i així, però, es preveu que les coses a la Franja de Ponent no canviïn gaire. El que sí que pot succeir és que des de l’Aragó, en general, s’adopti una postura bel·ligerant i rancuniosa amb el conjunt de Catalunya. “Jo crec que la gent de Franja continuarà fent la viu-viu com ha fet durant tota la seva història, és a dir, jugar amb dues baralles, que és allò que en diuen fer-se l’andorrà.” advera el doctor en filologia catalana Ramon Sistac i Vicén en una entrevista.

I vosaltres què en penseu gent de la Franja, prendríeu el sol a la cala de Sopeira, o bé us manifestaríeu al golf de Castellonroi?

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