En Aragón se está utilizando cada vez más la lengua como un arma política, lo que no nos beneficia en nada. Ya lo hizo el PP de Zaplana hace más de una década en Valencia para sacar rédito con el «no mos fareu catalans», con el que logró captar los votos de la derecha valencianista hasta hacerla desaparecer del mapa político. En Aragón ahora se está revirtiendo el despropósito de la anterior legislatura con el «lapao» y el «lapapyp» que a parte de levantar muchas risas, no hizo mucho más por las lenguas propias de Aragón. Al contrario. Ahora todo parece indicar que ya se trabaja por revertir el proceso. Las dos lenguas propias que se hablan en Aragón junto con el castellano recuperarán las denominaciones «catalán» y «aragonés» después de que en 2013 se modificara la Ley de Lenguas para incluir los polémicos términos «lengua aragonesa propia del área oriental» y «lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica». Esta modificación es una de las peticiones de CHA, socio de gobierno del PSOE, mediante una enmienda que ya cuenta con el apoyo de socialistas, Podemos e IU. Como era de esperar, esta propuesta cuenta con la oposición de PP y PAR, que cambiaron la ley en la anterior legislatura. Ambos partidos contarán en las Cortes con el apoyo de Ciudadanos, una posición que para nada sorprende teniendo en cuenta sus propuestas en materia lingüística en los últimos años en el Parlament catalán. En Valencia ya se cubrió de gloria su portavoz cuando en su discurso en el debate de investidura pidió que la educación no debe «abandonar las lenguas universales para recuperar una minoritaria -el valenciano- que, aunque puede ser entrañable, es poco útil para encontrar empleo». No se quedó ahí, también aseguró que «allá donde triunfa la inmersión lingüística estamos volviendo a la aldea».
No obstante, en nada se mejorará si la modificación de la Ley de Lenguas sale adelante sin consenso. Es necesario un gran acuerdo en Aragón dejando de lado la polémica y para trabajar tan solo en un sentido, que nuestras lenguas no caigan poco a poco en el olvido. Por ello, lo imprescindible es que todos los grupos políticos se sienten en una mesa y comiencen a trabajar para dar un impulso de consenso a la Ley.
De este consenso tendrían que salir propuestas en pro de los habitantes de la Franja, los grandes perjudicados. Los estudiantes deberían terminar la educación obligatoria sabiendo escribir perfectamente la lengua que hablan en casa al igual que actualmente ocurre con el castellano. Sin embargo, con las horas que actualmente se imparte Catalán esto es imposible. Además de dignificar su lengua materna, este avance también abriría una puerta para poder estudiar y trabajar sin problemas en Cataluña o Valencia. Un ejemplo, desde este curso se oferta en la EOI de Alcañiz el nivel C1 de catalán con un buen resultado. Esta experiencia, que comenzó en el curso 2013-2014 como «prueba» en cinco localidades, se fue ampliando por la alta demanda para estudiar en Cataluña. A la visibilidad en las aulas se le debe unir la dignificación social, algo que implica a toda la sociedad y no solo a la administración. Se debe entender la lengua materna como una lengua de primera y no dejar de usarla cuando se sale de casa.