Con el paso de los minutos, la familia se comenzó a inquietar y cuando hubo pasado un tiempo de espera más que prudencial para que llegara el operativo de emergencias sanitarias del Gobierno de Aragón, metieron a la señora en un coche y se presentaron en el Servicio de Guardia que tiene la Generalitat en Horta de San Joan.
Me consta que la paciente fue estabilizada y bien atendida, pero lo chocante, según cuentan, es que la señora no dejaba de repetir: ¡¡Llevadme a Zaragoza, llevadme a Zaragozaaaa!!. Esto invita, una vez más, a una reflexión sobre cual es la realidad de Aragón: Sólo existe Zaragoza, social, política, sanitaria y económicamente (y algo las Capitales de provincia y alguna de las cabecera de Comarca), el resto no existimos, para nadie, les importamos un huevo de pato. Dicho de otro modo, en estos días el Matarraña multiplica la población por 3 o por 4 y el Gobierno de Aragón no tiene la decencia de reforzar servicios de emergencias. Les suena la cantinela de la despoblación?.
Lo duro de está historia es que con el abandono sistemático al que está sometiendo el Gobierno de Aragón (ahora PSOE-CHA) al mundo rural, el grito de ¡¡levadme a Zaragoza!! pronto sonará a epitafio de esa realidad aragonesa.