Los planes que dejó listos el anterior Gobierno aragonés, que presidía el socialista Marcelino Iglesias, para impulsar la lengua catalana en Aragón han quedado frenados en seco por el Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi. Se ha eliminado un programa de actividades culturales en lengua catalana, dirigido a escolares y que se hacía desde el año 2000; se ha paralizado la puesta en marcha de la Academia aragonesa del Catalán; y la aplicación práctica de la polémica Ley de Lenguas que el PSOE de Iglesias sacó adelante con el apoyo de la Chunta se ha dejado igualmente frenada, a la espera de un nuevo proyecto legislativo que la sustituya y que elimine de ella la consideración del catalán como «lengua propia de Aragón».
En las últimas semanas, PSOE y CHA han criticado la supresión del programa de actividades culturales en catalán para escolares. Ayer, Chunta arremetió contra el Gobierno de Rudi por este motivo. En la supresión, más que motivaciones económicas —hay recortes generalizados de gastos ante la delicada situación financiera de la Comunidad— lo que pesa, sobre todo, es el criterio político. El programa que se ha eliminado costó el curso pasado al Gobierno aragonés unos 15.000 euros.
La consejera de Cultura, Dolores Serrat, sostiene que no está justificado este programa, porque ya se dan clases optativas de catalán para los alumnos que lo desean en los centros educativos públicos de las comarcas aragonesas limítrofes con Cataluña, el territorio que algunos denominan la «Franja». Allí se hablan modalidades lingüísticas del catalán desde hace siglos. El PP, y también sus actuales socios del PAR, insisten en que lo que se habla en esas comarcas de Aragón no es el catalán oficial de Cataluña, sino modalidades lingüísticas propias, diferenciadas. Lo contrario —sostienen— pondría en peligro la pervivencia de ese patrimonio lingüístico propio y, además, podría dar pie a aspiraciones del nacionalismo catalán en esa parte de Aragón.
En cuanto a la Academia aragonesa del Catalán, su creación y puesta en marcha la aprobó el Gobierno de Iglesias poco antes de marcharse, unas semanas antes de las elecciones del pasado mes de mayo. Dejó aprobado su reglamento de funcionamiento, pero no se llegó a nombrar a sus académicos. Y en ese mismo punto continúa seis meses después. El Gobierno autónomo de Rudi no tiene intención alguna en activar esta polémica Academia aragonesa de la lengua catalana; y el PAR, tampoco.
<MC>De hecho, en el acuerdo de gobernabilidad firmado entre ambos partidos el pasado julio, se contempla la sustitución de la Ley de Lenguas que salió adelante en la anterior legislatura y la aprobación de una nueva que borre la alusión al catalán como «lengua propia de Aragón». Y aquella Ley, aún en vigor, es la que da soporte al Consejo Superior de Lenguas de Aragón —cuya actividad está también frenada— y a la Academia aragonesa del Catalán, que podría tener los días contados.
El Gobierno de Rudi aún no ha empezado a trabajar en un nuevo proyecto de Ley de Lenguas, pero lo prevé abordar en los próximos meses.