El director general asegura se centrará en evitar el dirigismo y en la cultura como motor de desarrollo
GARZA AGUERRI 29/10/2011
La primera comparecencia del nuevo director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Humberto Vadillo, en las Cortes había levantado expectación por las críticas que éste había realizado al colectivo de artistas con anterioridad a su nombramiento. Hecho que había llevado a Chunta Aragonesista a pedir su dimisión y solicitar su presencia, fijada para ayer, en la comisión de Cultura para explicar las líneas básicas de su área para esta legislatura.
Y es lo que hizo el controvertido director general, exponer de forma genérica, sin descender a detalles, los planteamientos fundamentales de su gestión, que según explicó se basará en tres principios: el rechazo al “dirigismo cultural desde las administraciones públicas”, apostando por que sea “la creatividad y la libre iniciativa social la que impulse la acción cultural y no el poder político”; transparencia y rigor en la gestión de un dinero “que es de los ciudadanos” y el reconocimiento de la cultura como motor de desarrollo. Sobre este punto recordó que “el 4% del PIB corresponde a la cultura, que es un sector que crea empleos”.
PABLO SERRANO Y FLETA En su discurso, Vadillo abordó también la situación del IAACC Pablo Serrano, “cuya ampliación se inauguró con mucha alharaca y bastante prisa, pero que al entrar da sensación de desazón”. Una situación que se pretende solucionar “no de forma inmediata por cuestión de economía”, pero que pasa por “dotarlo de un programa expositivo claro”, si bien para comenzar a llenarlo de contenidos “próximamente acogerá un programa de música y danza, en diciembre la muestra del Premio de Jóvenes Creadores y, el año que viene, la intención es recuperar la obra de Serrano para que sea el eje central del espacio”.
En cuanto al debe del discurso, Vadillo olvidó nombrar la situación del Teatro Fleta, aunque sí lo abordó cuando fue cuestionado por ello por los grupos de oposición, dejando claro que “en la época de austeridad que vivimos, será difícil continuar ahora con el proyecto de rehabilitación”. El director general de Cultura entiende que “no se puede seguir tirando dinero en el pozo sin fondo del Fleta” y que habrá que “ponernos de acuerdo sobre qué usos queremos darle, ya que no es bueno que cada gobierno haga un proyecto nuevo y pase lo que ha pasado hasta ahora”.
Además, Vadillo, que aludió a que su gobierno había recibido “el peor legado económico posible”, repasó sus apuestas para llevar adelante sus tres directrices. Así, sobre evitar el dirigismo, anunció que la DGA impulsará la ley de Subvenciones que orientará “adecuadamente” las ayudas y garantizará la igualdad de oportunidades para acceder a ellas.
CULTURA DE MERCADO Además, está previsto aprobar una ley de Mecenazgo; una nueva ley de Bibliotecas, un programa de apoyo a las librerías, participar en las ferias del libro de Aragón, nacionales e internacionales, renovar el convenio y potenciar la Red de Espacios Escénicos, así como apoyar las ferias de Teatro y Danza de Huesca y Alcañiz y crear un Consejo Aragonés de Cultura. En definitiva, prácticamente se mantendrán los programas existentes.
Por último, recordó que en 2012 su departamento se volcará en la celebración del 600 aniversario del Compromiso de Caspe y que se contará con los colectivos de inmigrantes, “que son parte de la realidad cultural de Aragón y tienen mucho que aportar”.
A pesar de que el representante de CHA, Gregorio Briz, reconoció que el discurso de Vadillo fue “impoluto”, reiteró la petición de dimisión de su grupo “ya que después de cómo ha tratado al mundo de la cultura, no creo que vaya a dedicarse solo a la gestión, pues no se ocupa un cargo y se abandona la carga ideológica”. Briz, al igual que el portavoz de IU en la comisión, Adolfo Barrena, y del PSOE, Ana Cristina Vera, criticaron sobre todo el trato que, a su entender, Vadillo otorga a la cultura “como objeto de mercado”, introduciéndola así “en un modelo liberal, tratándolo como bien de consumo con un criterio economicista”, dijo Barrera. Mientras Vera, tras escuchar al director general, le planteó una pregunta que quedó sin respuesta: “¿Cómo va a quedar reflejada la cultura en los presupuestos?”.