Me he enterado por la prensa del malestar generado en diversos medios culturales y políticos aragoneses por el nombramiento de D. Humberto Vadillo como Director General de Cultura y al buscar información sobre él me he topado en su blog personal con un artículo sobre la II República, publicado en Libertad digital, que al leerlo me ha causado estupor por el grado de incultura histórica manifestado por el recién nombrado Director General. En ese artículo figuraban todos los tópicos propalados por unos autores que, aunque tengan un cierto éxito en la venta de sus libros, no tienen el más mínimo reconocimiento entre la comunidad académica de los historiadores profesionales.
Para el autor la República llegó porque se escamoteó el resultado de unas elecciones municipales y porque Alfonso XIII fue un cobarde. Nada se dice de la crisis política en la que se encontraba España después de la Dictadura de Primo de Rivera, que a su vez era consecuencia de la crisis del sistema político de la Restauración desde prácticamente comienzos del siglo XX.
En lo económico la situación era desastrosa, pero el autor ni siquiera menciona la crisis mundial de los años treinta, la Gran Depresión, sino que atribuye todas las responsabilidades a la República. De los graves problemas agrarios arrastrados desde épocas anteriores y que la República intentó solucionar no se dice nada en el artículo.
El autor afirma que la única libertad que introdujo la República fue el sufragio femenino, pues todas las demás las había reconocido el régimen de la Restauración. Es cierto que la Constitución de 1876 reconoce bastantes libertades, aunque menos que la de 1931, pero ¿cuánto tiempo estuvo en vigor?, ¿cuántas veces fueron suprimidos los artículos que garantizaban las libertades?
El tópico más grave de los mencionados por el autor es achacar a la izquierda, especialmente al PSOE, el origen de la guerra, haciéndola empezar en 1934. La guerra no empezó sino dos años más tarde, como consecuencia del fracaso parcial del golpe de estado que éste sí que se venía preparando y que el autor no menciona.
Pero la idea central del artículo del señor Vadillo es denunciar la conversión de la República en un mito “arcádico” y fundacional. Evidentemente la República se ha mitificado, pero no por obra de unos historiadores como el autor afirma. La idealización de la República empezó a fraguarse en el contexto de la lucha contra las dictaduras franquista y nazi-fascista, en las cárceles, en la Resistencia armada en Francia, en los
campos de exterminio nazis…, y fue obra de gentes que personificaron en la idea de República el ansia de libertad por la que combatían y morían miles de españoles, como el recién desaparecido Jorge Semprúm. Pero esta mitificación no impidió que historiadores, como Tuñon de Lara, a quien el autor del artículo parece despreciar, y otros muchos estudiasen con rigor y método científico la etapa histórica de la II República.
El autor tiene un concepto esencialista de España que no es histórico sino ideológico y su
artículo está empapado de otro mito: el de la nefasta República como causa de todos los males, pero ésto no hay historiador serio que lo sostenga.
Humberto Vadillo, Director General de (in)cultura (histórica) |.