La segunda anécdota es que tuvimos una sesión en la que hubo un pequeño intercambio de “nominaciones” en lenguas castellana y aragonesa entre el PP y la CHA. Realmente comenzó el Diputado Popular Don Antonio Suárez dirigiéndose al Portavoz de Chunta, Chesús Bernal, como “Sr. Bernal, Don Jesús”. Repitió esta frase, no sé, tal vez en una quincena de ocasiones, haciendo hincapié en el “Jesús” en lugar de “Chesús”. No sé con qué ánimo lo hacía porque la iniciativa no tenía nada que ver con las lenguas (tal vez fuera en broma o tal vez había alguna cuestión que los demás no conocíamos). Chesús Bernal no quiso contestarle, pero se mostró un poco molesto: “No ofende quien quiere, sino quien puede”, dijo al final de su intervención sin aludir específicamente a nadie.
La cosa parecía que se acababa allí, pero no. Cuando reiniciamos la sesión por la tarde, y en una iniciativa esta vez del PP defendida por Joaquín Salvo, el Diputado Bizén Fuster de CHA se dirigió (eso sí, solo una vez y en un tono más simpático que otra cosa) al parlamentario popular como “Don Chuaquín” y al Diputado Suárez como “Don Antón”. Con esto Chunta “devolvía” (sin acritud) el comentario anterior al PP. Joaquín Salvo respondió con buen talante, diciendo que no le importaba que le llamara Joaquín o Chuaquín, pero que entendiera que si se refería a él con éste último nombre tal vez no se diera por aludido.
En fin, cosas de los parlamentarios. Definitivamente, el tema de las lenguas y modalidades lingüísticas está dando muuuuucho juego esta legislatura.
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