Source: Una asociación de yoga quiere recuperar el despoblado ribagorzano de Fet
El antiguo pueblo, muy alejado de núcleos habitados y con accesos complicados, se ajusta a las necesidades de la asociación, que buscaba un enclave aislado.
Las dependencias municipales de Viacamp y Litera acogerán este sábado la presentación del proyecto de recuperación de su despoblado de Fet que ha puesto en marcha la Asociación Yóguica Dharmahari Fet con la intención de crear en esta localidad ribagorzana ahora abandonada un espacio habitado de nuevo y dedicado a la promoción del yoga y de la vida saludable.
El maestro yogui Nikita Atmanada, impulsor de este proyecto, señala que la entidad promotora es una asociación sin ánimo de lucro que promueve la salud física y mental a través de prácticas bióticas, de permocultura, de bioconstrucción, terapias alternativas, herbología “y mucho más, en realidad”, y que ofrece la oportunidad a los demás de experimentar distintas formas de vivir.
Atmanada comenta que llevaba mucho tiempo buscando un espacio en el que crear una comunidad permanente, “y pienso que es el entorno de Fet el que me ha elegido para levantar este proyecto”. El antiguo pueblo, muy alejado de núcleos habitados y con accesos complicados, se ajustaba a las necesidades de la asociación que andaba tras un enclave aislado en el que profundizar en la práctica del yoga, para el que un sitio remoto como este es ideal”.
También tiene fácil acceso al agua y terreno para plantaciones hortelanas y de frutales, aspectos que eran imprescindibles para los promotores de este proyecto que aún se encuentra en estado embrionario. Según apunta Atmanada, consiste en la recuperación de una parte del caserío del pueblo -“intentaremos que se vaya haciendo de forma progresiva y que alcance a la mayoría de las casas”, recalca- para instalar una comunidad yóguica “que con el tiempo va a llegar a la autosuficiencia porque pretendemos producir nuestra comida, artículos de higiene o medicina herbológica a la vez que crear vías de financiación con nuestro trabajo”.
El eje del inicio de este proyecto es la creación de un centro terapéutico, otro para las prácticas de yoga y varias casas para acoger a los primeros residentes. “Luego –abunda su promotor- nos plantearemos la habilitación de distintos departamentos para permacultura, de manufactura de la comida ecológica que produciremos en nuestras huertas o de bioconstrucción para renovar el pueblo porque no vamos a utilizar hormigones y técnicas de construcción actuales sino que recuperaremos los modos ancestrales”.
El objetivo último es crear una pequeña comunidad fija y poder acoger a todas las personas que lo deseen, “sin importar su estatus social o económico”, para que conozcan y profundicen en las prácticas yóguicas . Atmanada es el principal financiador de la iniciativa y, aunque cuenta con algún apoyo puntual, está trabajando en la actualidad en la búsqueda de nuevos socios y voluntarios para sacar adelante este proyecto “en el que todo el mundo es bienvenido”.
Se accede a Fet desde Viacamp por una larga pista de tierra practicable con vehículos todoterreno. La localidad, que llegó a contar con más de 200 habitantes, alza su arruinado caserío sobre una alargado espolón rocoso que ahora se asoma a las aguas del embalse de Canelles, cuya construcción aceleró su abandono en la década de los sesenta del pasado siglo, ya que, aunque no afectó a ninguna de sus viviendas, sí anegó sus mejores tierras de cultivo
Como recuerda el escritor Cristian Laglera, es una localidad de historia más que milenaria ya que sus primeras citas están datadas en 1046 y 1067 mientras que su nombre parece provenir del término latino Faex, que puede traducirse como Peñascales, que describe muy bien su situación y entorno geográfico.