El apoyo del PP junto al ya anunciado del PSOE garantizó la luz verde al inicio del trámite, pero tanto la antigua Convergencia i Unió (ahora Partido Demócrata Catalán) como ERC ya anunciaron enmiendas a la ley al considerar que reforzar la vecindad aragonesa perjudica los intereses catalanes. Ayer optaron por la abstención, pero adelantaron que se posicionarán en contra en la votación final. Además, tampoco apoyó su tramitación Ciudadanos, que se abstuvo.
La diputada del PDC Lourdes Ciuró fue bastante clara. “La realidad del pueblo aragonés y del catalán son diferentes”, argumentó. “Nosotros somos tierra de acogida”, señaló respecto a la inmigración aragonesa “y nunca ha habido ningún problema”, declaró para justificar su rechazo a la iniciativa.
Detrás del intento de veto catalán está el temor de que, si se aprueba la reforma, los aragoneses que en su momento emigraron a trabajar a Cataluña y sus hijos podrían reivindicar la vecindad civil aragonesa.
La diputada de ERC Esther Capella fue aún más lejos que su compañera y ya anunció su disposición a no cumplir con la vecindad aragonesa aunque se aprobase por ley. Nada que ver con el portavoz del PNV, que mostró todo su respeto por los fueros aragoneses y señaló que su partido apoyará la tramitación.
Al rechazo catalán se sumó, pero desde el ángulo contrario, Ciudadanos, que también se abstuvo. En su caso, el diputado de esta formación por Zaragoza,Rodrigo Gómez, dudó de que este asunto beneficie a la Comunidad. “A Aragón lo que le preocupa es la despoblación y el clientelismo”, justificó. La postura de Ciudadanos generó bastante malestar en el resto de la delegación aragonesa.
Por lo demás, por las Cortes de Aragón tomaron la palabra la diputada del PAR María Herrero, el socialista Florencio García Madrigal, y Gregorio Briz, de CHA. Además, también intervinieron los diputados aragoneses en el Congreso Pilar Cortés (PP), Óscar Galenao (PSOE) y Jorge Luis (Alto Aragón en Común-Podemos).