La Franja

“El españolismo se ha asentado en Aragón a través del anticatalanismo”

Zésar Corella (Zaragoza, 1981), es técnico de telecomunicaciones y activista en movimientos populares aragoneses en defensa del territorio y el medio ambiente, de la divulgación de la lengua y cul

Origen: “El españolismo se ha asentado en Aragón a través del anticatalanismo”

“El españolismo se ha asentado en Aragón a través del anticatalanismo”

Carles Batalla

Miércoles, 12 de Agosto de 2015

Zésar Corella (Zaragoza, 1981), es técnico de telecomunicaciones y activista en movimientos populares aragoneses en defensa del territorio y el medio ambiente, de la divulgación de la lengua y cultura aragonesas y la protección de los derechos civiles. Actualmente es coordinador nacional de Puyalón de Cuchas, una escisión de la Chunta favorable al derecho a decidir y que ha mostrado su simpatía y apoyo por el proceso del pueblo catalán.

 

 

¿Cuáles son los orígenes, principios y objetivos de Puyalón de Cuchas?

 

Puyalón de Cuchas (Referente de Izquierdas en aragonés), se fundó como corriente interna de Chunta Aragonesista por militantes que creían en la necesidad de que el independentismo tuviese voz propia dentro del partido. En 2004 se produjo la ruptura y expulsión de Chobenalla (juventudes) de Chunta, entrando en una fuerte crisis interna en el aragonesismo político. En 2007 Puyalón, como corriente interna, decidió abandonar el partido matriz, Chunta Aragonesista, y comenzar un proceso de reorganización del movimiento independentista aragonés. Así, en 2009 Puyalón se refundó como partido político sobre la necesidad de articular un instrumento con independencia política. Este instrumento nació además de esa necesidad de articular en Aragón un movimiento nacional de carácter netamente socialista y soberanista. Nuestros objetivos estratégicos son la construcción de un Aragón soberano y socialista, donde seamos las y los aragoneses los dueños de nuestros recursos, de nuestras vidas, donde seamos las y los aragoneses los que decidamos sobre nuestro presente y nuestro futuro político y económico. Y para ello apostamos por un objetivo a corto-medio plazo que es la acumulación de fuerzas populares, la confluencia social y política y la construcción de poder popular en cada pueblo, barrio y centro de trabajo y estudio de todo el país. Y ello, en la medida de lo posible, intentando asentarlo encima de los principios sobre los que se construye Puyalón de Cuchas: autodeterminación, anticapitalismo, soberanía, ecologismo, antifascismo, feminismo, laicismo, identidad, antiimperialismo e internacionalismo.

 

¿Tienen la esperanza que el proceso soberanista catalán, en caso de fructificar, empuje el resto de identidades nacionales a hacer reclamaciones similares en el futuro y decidir por ellas mismas su organización política?

 

Tenemos esperanza de que algo así pueda ocurrir. Es bastante claro que el Estado español, expresado actualmente en el régimen del 78, se está desmoronando por todos lados. Aunque sigue siendo un reto complicado, los pueblos tienen una oportunidad única para conseguir su libertad y su soberanía en un contexto de debilidad del régimen. El pueblo catalán puede servir de ejemplo para los demás, abriendo un camino que podemos seguir hacia nuestra emancipación. Sin embargo, también se corre el riesgo de que el proceso catalán eleve el nivel de enfrentamiento identitario y haga más fuerte la influencia del españolismo. Está claro que para la oligarquía central el “enemigo catalán” es una excusa que le sirve para asentar su poder en base a la estabilidad de su dominio. Creo que el pueblo catalán lo está haciendo bien, alejándose de los mensajes de odio y enfrentamientos en los que constantemente el españolismo quiere enconar el conflicto. Por ello, veo posibilidades reales de que otros pueblos como el aragonés puedan tener al catalán como ejemplo para proyectos políticos futuros hacia nuestra propia soberanía.

 

¿Qué opinión le merece la lista única con Romeva como número 1?

 

Creo que tendría que haber existido una única lista independentista sin políticos en ella, dedicada exclusivamente a la transición nacional. Que no haya salido adelante ha sido un error porque se excluían posiciones claramente soberanistas y en alza como las de la Esquerra Independentista. Pese a ello, hay que reconocer que se trata de una lista que levanta mucha ilusión entre el pueblo catalán y que aúna diferentes sensibilidades. Creo que la presencia de Convergencia y del President es algo interesada, demasiado centrada en controlar el procés y en salvarse políticamente. No me gusta Artur Mas porque representa la derecha que recorta y mercadea con la soberanía del pueblo catalán, entre España y Alemania. No entiendo por qué Esquerra ha sido tan torpe para prestarse a ese juego. En cualquier caso, mi apuesta sería por la lista de las CUP, que es la que siempre ha sido verdaderamente independentista y la que pretende abrir un proceso constituyente con la independencia, que lleve al replanteamiento de cómo se han hecho todas las cosas hasta ahora. La independencia tiene que significar un cambio a mejor, por la justicia social y la democracia que es la soberanía. Si la gente no es protagonista activa de este cambio el proceso quedará cojo y la independencia no se completará realmente.

 

¿La conciencia nacional aragonesa se encuentra en la actualidad anestesiada y acomplejada?

 

Tenemos muchos problemas como pueblo y nuestra identidad política es muy compleja, pero no creo que estemos anestesiados o acomplejados. El pueblo aragonés siempre ha sido consciente de su diferencialidad y de su especialidad como una comunidad diferente al resto de sus vecinos. No importa lo que nos hayan hecho a lo largo de la historia, borrando nuestro nombre o quitándonos nuestras instituciones y nuestra cultura, el pueblo aragonés siempre ha sido consciente de su existencia en tanto que sujeto colectivo. Yo creo que esto es ya un logro después de todo el proceso de colonización que hemos sufrido como pueblo. Ahora bien, es cierto que nos encontramos en una situación delicada. En las últimas décadas el aragonesismo ha sufrido un progresivo proceso de ascenso y de crecimiento en su influencia social que sólo en los últimos años se ha visto truncado. La conciencia colectiva no se expresa como conciencia nacional porque el movimiento soberanista y nacionalista no ha llegado a implantarse completamente en nuestra sociedad. Esto, unido a la fuerte influencia del españolismo y del anticatalanismo en Aragón, ha hecho que nuestro pueblo viva en una contradicción permanente a nivel de identidad nacional. Prevalece la identidad dual pero las posiciones aragonesistas continúan teniendo un gran potencial de articulación política.

 

¿El reto sería que la gente viera que lo de España es una excusa para imponer la supremacía política y lingüística de Castilla y arrinconar la riqueza de las demás naciones y que, en un mundo tan globalizado, lo ideal sería ser reivindicar lo propio y ser más catalán y catalanista, más aragonés y aragonesista, más gallego y galleguista… y menos español?

 

La oligarquía central ha usado el aparato estatal español para someter a los pueblos. Y lo ha hecho hasta tal punto que no se puede diferenciar Estado español de oligarquía y de opresión nacional. El proceso que está llevando a cabo el pueblo catalán pone sobre la mesa contradicciones evidentes en el régimen y la primera de ellas es que le quita esa máscara pseudo-democrática que tiene. También, que lo que verdaderamente les importa a las élites españolas es controlar los procesos económicos en el Estado, así como asentar su dominio político y asentar su estabilidad sobre el saqueo de recursos a los diferentes pueblos que dominan. Tarde o temprano se demostrará, quizá a través del proceso catalán, que en el mundo de la globalización y el neoliberalismo, ninguno de los viejos Estados nacionales sirve para construir una sociedad más justa, democrática y social. Lo que hay que hacer es reconstruir las identidades nacionales de los pueblos, que superen el marco estatal y que se enfrenten, en tanto que pueblos solidarios, al poder del capital internacional.

 

¿España, más que ser nación de naciones, es prisión de naciones?

 

Para nosotros está claro que se trata de una prisión de naciones. Así lo hemos entendido siempre y nos parece extraño que haya gente –incluso soberanistaque se esfuerce en obviarlo. En el Estado español coexisten muchas realidades nacionales diferenciadas, cada cual con un proceso distinto y con un mayor o menor grado de colonización y de influencia de las oligarquías centrales. No es sensato mirar con las lentes de la periferia a las cosas que pasan en territorios donde el desarrollo de un movimiento nacionalista ha sido diferente y donde las condiciones han sido mucho menos propicias para el soberanismo. Urge que se reconozca la realidad plurinacional del Estado y que se deseche la idea de que España es una nación que convive con otras naciones.

 

¿Faltaría fortalecer más el diálogo y la interacción entre las diferentes sensibilidades y naciones del Estado, con reuniones de las que salgan medidas concretas para avanzar hacia un modelo más plural, plurinacional y plurilingüe? En el pasado se hizo el Galeuscat entre representantes de Galicia, Euskadi y Catalunya pero parecía que eran reuniones estéticas sin propuestas formales.

 

Falta reconocimiento y aunque es cierto que en Aragón de eso no podemos quejarnos demasiado, la verdad es que nuestra posición de semiperiferia nos lleva a entender que los pueblos no pueden hacer cada uno su lucha por la emancipación. Un proceso independentista tiene muchas más garantías de éxito si hay movimientos soberanistas exitosos que en otros pueblos, desde otro momento político, minan la legitimidad del régimen. Esto parece ser que nunca llegó a comprenderlo la fórmula del Galuescat, que ha acabado siendo el principal valedor de una España plurinacional en la que el Estado es la suma del pueblo español más el vasco, el gallego y el catalán. Mientras no superemos esa visión creo que lo vamos a tener realmente difícil, no sólo en los pueblos más influenciados por el poder españolista sino también en los que tienen procesos más avanzados. Falta el paso del reconocimiento y la asunción de que compartimos enemigos comunes, que la izquierda española nunca va a ser una aliada en la cuestión nacional y que los movimientos soberanistas e independentistas debemos colaborar estrechamente entre nosotros para impulsarnos y apoyarnos mutuamente.

 

A pesar de haber compartido históricamente identidad, tradición y muchas otras cosas, en la actualidad parece existir un fuerte sentimiento anticatalán en Aragón. ¿Es así? Y si lo es, ¿por qué motivos? ¿Las divergencias sobre la explicación de la historia, con el término ‘Corona catalano-aragonesa’ han tenido que ver en esa antipatía?

 

Es cierto, el anticatalanismo está fuertemente arraigado en Aragón. Se trata de un fenómeno complejo pero que sin duda es realmente reciente. A mi entender fueron las condiciones culturales y económicas que impulsó el franquismo en Aragón las que pusieron las bases para que ese anticatalanismo fuera creciendo. A lo largo del siglo XX Aragón ha perdido gran parte de su población por ser un país preeminentemente rural. Mucha de esa población ha ido a vivir a Cataluña, donde no siempre ha podido integrarse correctamente. De alguna manera las redes de caciques locales han buscado siempre un enemigo exterior, en este caso Cataluña, con el que desviar la atención y justificar su dominio de nuestro país. Han buscado desde siempre enfrentarnos por cuestiones culturales, de patrimonio, de medioambiente, económicas… el españolismo se asienta en Aragón a través del anticatalanismo. Y esta situación sólo ha hecho que empeorar con el comportamiento del nacionalismo catalán. Hay que entender que gran parte de la identidad nacional aragonesa no se asienta, como pueda pasar en otras naciones, en criterios culturalistas. En nuestra identidad tiene mucho peso la cuestión de la institución y las leyes que forman parte de nuestro pasado. El pueblo aragonés se siente muy orgulloso de su historia y no puede tolerar que su vecino le cambie el nombre, por puro interés, a algo que para nosotros es tan importante como el haber formado la Corona de Aragón.

 

Pero el debate aquí no es historiográfico, es de símbolos y de identidades; y al final lo que acaba pasando es que la derecha regionalista o españolista usa esos símbolos para ganar influencia y para atacar a Cataluña. Lo mismo que ocurre con la cuestión de los Países Catalanes de y de la Franja, que es algo que nadie en Aragón puede entender –pues todo el mundo en el Aragón oriental se siente inequívocamente aragonés– y que polariza demasiado las posiciones haciendo flaco favor al soberanismo conciliador.

 

Esta beligerancia y hostilidad, que ha aumentado a raíz del proceso soberanista, es fruto del eficaz marketing del españolismo, de la fuerza de su establishment, y contagia incluso a los medios, como por ejemplo El Heraldo, en el que diariamente aparecen artículos de opinión muy antisoberanistas y las noticias también van en este sentido. ¿Está de acuerdo con eso?

 

El Heraldo es la principal correa de transmisión del poder de los caciques locales y de la oligarquía central en Aragón. Nosotros no tenemos una burguesía propia que se interese por el desarrollo de nuestro país, tenemos una red de caciques locales que usan Aragón como su cortijo y una serie de oligarcas más interesados en hacer negocio en Madrid que en desarrollar nuestro pueblo. Así, nuestros medios reflejan fielmente los intereses políticos de esta clase decadente y antiaragonesa, que usa el odio a Cataluña para mantenerse en el poder y marginar a la disidencia interna.

 

¿Los rancios tópicos que intenta propagar el nacionalismo español sobre Catalunya también han calado en Aragón? Me refiero a lo de pensar que el proceso es una deriva personal de Mas, a que el castellano está discriminado en las escuelas, las comparaciones con el nazismo, la mezcla interesada con el caso Pujol para intentar deslegitimar el proceso y otras mentiras y barbaridades similares.

 

, esos tópicos han calado pero el odio a Cataluña no se asienta, en Aragón, dentro de esos tópicos que propaga la prensa del régimen. Como he dicho, los aragoneses no “odian” a los catalanes por su actual proceso soberanista, ni porque quieran ser independientes o soberanos sino porque el poder lleva décadas enfrentándonos a nuestros vecinos a través de mil y un embustes y exageraciones. Diría que todos esos tópicos son fabricados por los medios españoles para que calen en Madrid, en Andalucía, Asturias o Extremadura, pero no para que calen en Aragón. En nuestro país, por desgracia, el anticatalanismo tiene razones genuinamente endógenas y las estatales acaban siendo secundarias.

 

¿Qué piensa de la ley que convierte el catalán de La Franja en LAPAO? ¿Y la eliminación del catalán de la ESO y el Bachillerato que llevó a cabo Rudi hace apenas tres meses?

 

El Partido Popular en Aragón siempre se ha servido del odio a Cataluña para conseguir sus objetivos políticos. Con la anterior ley de lenguas –la que aprobó el PSOE antes de que entrara Rudi- hicieron campaña contra la oficialidad del catalán en Aragón valiéndose de la falacia de que iban a “imponerlo”. Ese tipo de mentiras calan mucho en Aragón y sirvieron para que más tarde el gobierno de Rudi impusiera ese absurdo acientífico que era el LAPAO, con tal de no decir las cosas tal como son. Se trata de una ley vergonzosa que arrancaba al catalán de Aragón su dignidad como lengua. Sin embargo no llegó a quitarla como materia de los institutos -¡Nadie en el Aragón oriental lo hubiera entendido!-, sólo hizo el paripé de quitarle el nombre (y con él el reconocimiento) para guardarse de la extrema derecha anticatalana. En los institutos se da y se seguirá dando catalán porque es la lengua que se habla en los territorios fronterizos y con la que los aragoneses socializan con sus vecinos más cercanos.

 

¿Cuál es la salud de la lengua aragonesa? El nacionalismo español hegemónico sólo considera el castellano como lengua útil, válida y obligatoria y ve las demás como dialectos y las otras naciones como regiones folklóricas.

 

El aragonés está en una situación terminal. Es doloroso reconocerlo pero a estas alturas ya no podemos saber si verdaderamente podrá ser salvado en su transmisión generacional o no. Se trata de la lengua minoritaria europea que más peligro tiene de extinguirse y la realidad es que apenas quedan hablantes patrimoniales, su transmisión está truncada y carece de reconocimiento político, social e institucional. En materia de reconocimiento social se ha avanzado algo durante las últimas décadas pero esto no ha conllevado que la situación mejorase. Todo ello se une a una debilidad histórica que venimos arrastrando en el movimiento cultural en defensa del aragonés. Desde el principio, el proceso de recuperación y socialización de la lengua se hizo mal, con criterios acientíficos y alejando a la lengua de su contexto romance con la única intención de diferenciarlo lo más posible del castellano. El aragonés tiene diferentes variedades dialectales y en la construcción de un aragonés común, análogo al batua, se han cometido muchos errores. Ahora se está tratando de solventar la situación pero durante las últimas tres décadas ni siquiera se ha conseguido que los propios hablantes patrimoniales se reconozcan en la lengua que hablan, en parte debido a la existencia de un modelo unificado alejado del aragonés realmente hablado. En este proceso la red cultural asociada a Chunta ha supuesto más un obstáculo que una herramienta útil para el aragonés, utilizando la lengua con fines partidistas y apropiándose de su representación, mediante un modelo lingüístico que ignoraba las realidades dialectales vivas. Se necesita cambiar el modelo, proteger las variedades vivas y reconocimiento institucional y social de esa realidad.

 

¿Cómo valoráis desde Puyalón la herencia dejada por Rudi?

 

Muy negativamente. Rudi ha dejado un Aragón vendido a las políticas neoliberales de austeridad, dejando de lado las políticas públicas y los derechos sociales. El PP ha hecho en nuestro país un seguidismo absoluto de las directrices políticas de Madrid, dejando de lado los intereses de nuestro pueblo en beneficio de lo que su partido ordenaba a nivel central. Con Rudi nuestra autonomía ha sido más nominal que real, sólo ha servido como correa de transmisión de las políticas austericidas de Mariano Rajoy, cuando lo que debería haber hecho era defender los derechos de todos los aragoneses frente a un gobierno español que no dejaba de recortarnos. Los pilares básicos de nuestra autonomía, la educación y la sanidad, han sido casi desmanteladas por los recortes. Largas listas de esperas, desviación a sanidad privada, centenares de interinos despedidos, aplicación de la LOMCE, gran deuda con la Universidad de Zaragoza favoreciendo la universidad privada… El PP de Rudi ha gobernado para saquear Aragón y a todos los aragoneses en interés de una minoría caciquil que ha obtenido grandes beneficios a costa del erario público. En clave nacional, además del esperpento de su ley de no-lenguas, en todo momento el gobierno de Rudi ha llevado a cabo una ofensiva españolista frente a la identidad nacional aragonesa. Ha tratado de revisar la historia de nuestro pueblo para hilarla al discurso oficial del nacionalismo español y para desvincularla de nuestra relación histórica con Cataluña y resto de pueblos de la Corona de Aragón. Una política cultural al servicio de una ideología antiaragonesa.

 

¿Cuáles son los retos actuales de Aragón, desde el punto de vista social, económico, cultural y político?

 

El principal reto es recuperar la conciencia de que necesitamos soberanía para decidir sobre nuestros propios asuntos. La autonomía ha actuado durante las últimas décadas y sigue actuando como un bálsamo que permite a muchos aragoneses mantener la esperanza de que puede ser una herramienta válida para cambiar las cosas en nuestra propia casa. Pero eso ha demostrado ser una quimera, es necesario profundizar en el autogobierno y explorar nuestra necesidad de soberanía para frenar este saqueo y colonización permanente que estamos viviendo. Sin embargo, en lo más inmediato es necesario que Aragón abandone las políticas conservadores y neoliberales, que refuerce las políticas sociales en beneficio de las mayorías y deje de ser saqueada por parte de los pequeños grupos de familias poderosas que están demasiado acostumbradas a controlarlo todo. Es necesaria una vertebración territorial real, en base a infraestructura y un plan económico estratégico que no concentre toda la actividad en la capital. Del mismo modo hay que acabar con las diputaciones provinciales que gestionan sin apenas control democrático la mayor parte de los recursos públicos que llegan al territorio, así como una necesaria reforma en el sistema comarcal. En el plano cultural es imperiosa una buena política lingüística que reconozca el aragonés y el catalán como realidades públicas de nuestro pueblo. Para el aragonés son tan necesarias políticas que afiancen la transmisión generacional donde todavía se habla así como la creación de una academia oficial con criterio científico y despolitizado. Lo prioritario es el reconocimiento social de la lengua y la enseñanza donde se conserva. Con eso habremos dado grandes pasos.

 

¿La victoria de Lambán abre una pequeña esperanza para consolidar la izquierda en Aragón y el aragonesismo? ¿Cómo valoras sus primeros días? Tengo entendido que ha recortado altos cargos y ha adelgazado la cúpula del gobierno.

 

Lo de Lambán es puro teatro. Aragón ha sido siempre y sigue siendo mayoritariamente de izquierdas, de hecho las Cortes siempre han tenido presencia de diferentes grupos de izquierdas que han podido generar mayorías de gobierno. Lo que ha hecho siempre el PSOE –y hoy también Lambán– ha sido aprovecharse de esa hegemonía progresista que ha existido siempre para gobernar nuestra comunidad y seguir chupando del bote. Con el PSOE siempre pasa lo mismo, venden el que ‘todo cambia’ para que nada cambie en realidad. Y en esta ocasión, como el gobierno del PP había sido tan nefasto, pues aún han podido vender mejor esa imagen. Todo lo que hace es humo y Lambán es experto en ponerse de perfil para que ninguna polémica le toque. Del aragonesismo hay mucho que decir. Se encuentra en las horas más bajas de su historia, no sólo por los nefastos resultados de Chunta sino también porque se ha alterado el mapa político aragonés tradicional, con un acusado ascenso de los partidos de adscripción estatal en detrimento de los territoriales. El PAR, que pese a ser españolista y caciquil, representa la decadente vigorosidad de los pudientes rurales. Y con CHA pasa exactamente lo mismo; no ha entendido el nuevo tiempo político que vivimos tras la crisis económica y no ha avanzado en su discurso en los últimos quince años. Ello ha conllevado un retroceso histórico que, sin embargo, no les ha impedido entrar a gobernar desde una posición absolutamente minoritaria.

 

Hay un video de 2014 en el que Lambán define el proceso catalán como “la cuestión española más grave” existente. ¿Cuál es su postura oficial sobre el tema?

 

Pues como digo, Lambán es experto en la mediocridad política y en los posicionamientos ambiguos y sin criterio real. Hará lo que más le convenga para seguir viviendo de la política como lleva haciendo toda la vida. En Aragón, meterse con los catalanes siempre da votos pero sólo si es para “defender” a los aragoneses. Dudo mucho que se meta en este tema y dudo mucho que al PSOE le interese cuando Rajoy y el PP ya hacen de malos de la película perfectamente. Lambán es un enemigo de cualquier proceso soberanista porque es fiel seguidor del régimen en descomposición que sostiene al Estado español. Sin embargo, su postura será la de un constitucionalismo moderado pero firme “con sentido de Estado” en la línea general del PSOE. Ni más, ni menos. Sería muy raro que un presidente aragonés se metiera, motu proprio, en asuntos ajenos como el proceso catalán. Nadie aquí ni en la política aragonesa lo entendería. Lo cual da una muestra de lo gris e insustancial que es la política aragonesa gracias a esta supuesta autonomía.

 

¿En Puyalón os sentís como una especie de rara avis, como una voz en el desierto? ¿Qué os dice la gente cuando os conoce?

 

Como pasa siempre, Puyalón ha tenido un proceso madurativo propio y en relación al avance de la sociedad aragonesa. Venimos del aragonesismo y de las luchas sociales, obreras y en defensa del territorio de nuestro pueblo. Como todo el mundo sabe salimos de Chunta como la rama soberanista y de izquierdas descontenta con la falta de democracia interna y la derechización de aquel partido. A diferencia de CHA, nosotros hemos mantenido, durante estos años de crisis y movilizaciones, un contacto absoluto con los movimientos sociales y lo que estaba pasando en la calle. Ello ha conllevado que entendamos bien en qué momento está el pueblo aragonés, cuáles son sus aspiraciones y cuáles sus necesidades. Por ello hemos apostado, donde se han dado las condiciones, por la unidad popular para procesos electorales, siempre desde la perspectiva de reforzar al movimiento popular. No nos sentimos solos, compartimos trinchera con mucha buena gente que lucha día a día en la calle por los derechos sociales de la gente y de nuestro pueblo. Nuestras posiciones no han sido siempre entendidas y nosotros no siempre nos hemos sabido explicar. Somos un movimiento demasiado joven y con muchos hándicaps, que ha nacido al calor de una crisis que se ha llevado –tambiénpor la borda el imaginario colectivo aragonesista que operaba desde la Transición. En este contexto de transformación honda de la sociedad y de focalización en los problemas estatales y europeos, se nos impone la necesidad de reactualizarnos y de articular lo que queda del movimiento aragonesista para ofrecer una alternativa soberanista seria ante la sociedad aragonesa. Desde luego, quien nos conoce sabe que no somos unos marcianos y que tenemos la cabeza sobre los hombros. Donde hemos trabajado todo el mundo puede decir que lo hemos hecho con honestidad y por el bien general de nuestro pueblo.

 

¿Qué relación tienen con La Chunta? ¿Hay sinergias, reuniones y propuestas con otros partidos/entidades de una ideología afín?

 

La relación es, como ha sido siempre, tirante con la dirección pero bastante buena con sus bases. Una cosa es esa camarilla que controla el aparato (que en su día fue culpable de nuestra salida y del desangramiento interno del partido) y otra, la gente que trabaja sinceramente por Aragón y ha elegido la herramienta Chunta para hacerlo. Ya nadie piensa que el aragonesismo de CHA sea la única herramienta válida para el movimiento aragonesista, cosa que se pensaba hace diez años, puesto que está muy debilitada y carece de influencia social real. La degradación ha sido tal que incluso después de obtener unos resultados pésimos, que no tenía desde finales de los años noventa, no han sido capaces ni siquiera de hacer autocrítica. Aunque compartimos espacio con muchas de sus bases parece que su militancia –la que quedaestá como anestesiada y sigue bailando el agua a una dirección que sólo quiere mantener el aparato no importándole nada el movimiento aragonesista en general. Antes de las elecciones les llamamos pública y privadamente a trabajar conjuntamente en pro del movimiento soberanista, en la calle como paso previo y condición sin la cual no podría haber unidad soberanista en clave electoral. No quisieron, como tampoco quisieron participar en los procesos de unidad popular y de la izquierda, lo que debilitó las posiciones aragonesistas dentro de estos círculos. Prefirieron salvar los muebles y pese a la escabechina tratan de huir hacia adelante escondiendo sus problemas debajo de la alfombra. Por eso han entrado a gobernar con el PSOE desde una posición absolutamente minoritaria y sin poder condicionar ninguna decisión del partido mayoritario en el gobierno.
Para nosotros, que la Chunta haya entrado a gobernar con los peores resultados de su historia como no había hecho nunca lo consideramos una traición al aragonesismo y una irresponsabilidad ante la necesidad histórica de rearticular el movimiento soberanista. Detrás de toda la palabrería la realidad es que CHA ha entrado al gobierno para conseguir sueldos y dinero público que le permita mantener el aparato y pagar la deuda que tienen con los bancos. Se han vendido al PSOE por dinero, así de simple, porque se han convertido en una maquinaria burocrática incapaz de generar un futuro solvente para el movimiento soberanista.

 

¿Qué pensaría Labordeta si viera cómo está Aragón y cómo está España actualmente, con ese fortísimo poso de franquismo sociológico, ese nacionalcatolicismo de los poderes fácticos, un país dominado por la elite madrileña, los curas y las fuerzas represivas del antiguo régimen, con tanto bipartidismo, corrupción y españolismo? ¿Pueden aparecer otros Labordetas en el futuro, en el sentido de intelectuales comprometidos que luchen por sus ideales y lleguen a tener ese carisma y esa repercusión mediática?

 

Creo que Labordeta conoció una España muy parecida a la que hoy tenemos. Él hizo política en los mejores días de Aznar y fue un luchador antifranquista incansable. Lo que le llamaría la atención es la deriva de nuestro país, el poco aragonesismo que impregna hoy las luchas y aspiraciones de nuestro pueblo. Poco después del desgraciado fallecimiento de Labordeta, el aragonesismo pareció quedarse desfasado inmediatamente. La Ronda de Boltaña canta, en memoria del Abuelo pero con un mensaje para nuestro presente:

 

 

“Dicen que ya nunca llegaremos,

que la antorcha dejará de arder;

que aquel sueño, suyo y nuestro, nació muerto,

y que siempre giró el mundo así, al revés.

 

Que aquella tierra no ha existió,

que hay que olvidar y obedecer.

se murió el abuelo, ¡Fin del cuento!

¡Ay, país, que es hora de crecer!”

 

Y tienen bastante razón en lo que dicen, por eso la canción termina diciendo “¡Que se enteren todos de una vez/ de que un niño a hombros de su abuelo/ puede ver tan lejos como él!”

 

Y eso es precisamente lo que creo que debemos hacer. Aragón está falto de políticos notables y está falto de gente que mire por nuestros intereses como pueblo. No tenemos figuras representativas como lo que Labordeta suponía en su día, pero para volver a tener gente de su talla, que el pueblo ame y siga al unísono, no basta con repetirle. Hay que ser audaz, leer nuestro tiempo y atenernos a los problemas actuales. Honrar a Labordeta no es cantar cada día sus canciones sino seguir lo que su espíritu representaba, es decir, defender a nuestro pueblo ante su oscuro porvenir. Hay que dejar ya de llorarle y comenzar a interiorizar lo que de verdad representaba su mensaje.

 

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