Aragón trilingüe pese a quien le pese.
01/06/2013
Aunque su carta publicada ayer se descalifica por sí sola y subestima la inteligencia de los lectores y lectoras del Diario del Alto Aragón, el presidente de FACAO no debe quedar sin respuesta, puesto que, basándose en mentiras y casi de forma obsesiva, está desprestigiando no sólo la labor de Chunta Aragonesista (CHA) en defensa del patrimonio lingüístico aragonés sino llegando ya al extremo del insulto personal hacia quienes ejercen como portavoces de todas las personas que formamos este partido. CHA se fundó hace ya 26 años con el objetivo de fomentar el aragonesismo político para un fin claro: la defensa de Aragón, incluida su integridad territorial, desde unos planteamientos de izquierdas. Poner en duda el trabajo y compromiso de años en municipios, comarcas, diputaciones, Cortes de Aragón y el Congreso demuestra inquina y mucha ignorancia. A estas alturas no es CHA quien tiene que demostrar su aragonesismo, sino quienes, dándoselas de muy aragoneses, tienen complejos por confundir lengua con identidad, como suelen hacer los pancatalanistas y como nunca han hecho los aragoneses. Los aragoneses y aragonesas tenemos la inmensa suerte de contar con un rico patrimonio histórico, cultural y también lingüístico. El aragonés es una lengua tan antigua como el catalán o el castellano pero que, históricamente, ha sido maltratada. Primero, por un franquismo castellanizante y, después y en democracia, por unos Gobiernos de Aragón que no se han preocupado por conservar y fomentarla. Y a esto le podemos sumar esos grupúsculos de personas igual de intransigentes y homogeneizadores que aquellos fascistas que pretendían avergonzarnos por hablar en aragonés y pretendieron borrar que “ploraba porque no plebeba”, por ejemplo, y que ahora rehusan tratarla como la lengua que es para impedir que salga de un dialectalismo a ultranza que la hace inservible para vivir el mundo actual y la condena a su extinción. El catalán es el idioma de muchas comarcas aragonesas, científicamente reconocido, y solo quien duda de su identidad puede sentirse agredido por esta denominación. Hay aragoneses que viven y sienten en catalán, tan fácil y sencillo como eso.