Recientemente el ministro de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert me ha respondido a la pregunta que le formulé sobre el cumplimiento de la Carta Europea sobre Lenguas Minoritarias en relación con la realidad trilingüe de Aragón, que prefiere remitirse a la competencia que tiene en materia de lenguas el Gobierno de Aragón y, por lo tanto, ignorar la Carta Europea y avalar de hecho la propuesta de contrarreforma de la Ley de Lenguas que impulsa el gobierno PP-PAR.
CHA considera muy grave la arbitrariedad del PP a la hora de acogerse y respetar el derecho internacional. Es un insulto que este gobierno sea autonomista cuando le interesa, centralista en cuanto puede homogeneizar el Estado y europeo cuando tiene que justificar el ataque a los derechos de la ciudadanía.
Miguel Martínez Tomey, responsable de asuntos europeos de CHA, critica que “el PP aplique los recortes sociales y laborales más estrictos de la historia de la democracia con la excusa de que es un mandato de Europa pero, a la hora de cumplir con lo que Europa dice en materia de protección de lenguas, no quiere saber nada”.
Desde CHA se critica que se haga caso omiso a una advertencia del Comité de Expertos, órgano europeo que advierte que el Estado está incumpliendo la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias, y pide que se mantenga, por lo menos, el nivel de protección actual. “Si el ministro Wert cumpliese mínimamente con su labor, obligaría al gobierno de Rudi y Biel a modificar el borrador sobre la reforma de la Ley de Lenguas y garantizar la protección de la realidad trilingüe de Aragón”.
Para Martínez Tomey “cualquier alumno/a de Derecho sabe que existe primacía del derecho internacional sobre las disposiciones del derecho interno y que las leyes se harán modificando y atendiendo a lo que digan los tratados internacionales suscritos por el Estado”. Y recuerda que “los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento íntegro”.
Desde CHA se recuerda que “hay que ser muy cerrado para no ver la riqueza del patrimonio lingüístico aragonés, para no defender la realidad plural del Estado y para pretender, al estilo franquista, un territorio homogeneizado y plano”. Martínez Tomey advierte que “a Aragón siempre le ha ido fatal el centralismo que nos humilla y nos trata de honrados y leales pero inocentes e ignorantes”.