Soplos de aire fresco | Lo finestró del Gràcia.
(Article publicat al diari “La Comarca” d’Alcanyís, el passat divendres 29 de març)
“José Miguel Gràcia
No ando falto de temas de actualidad para escribir estas líneas, pero el problema que tengo es de hartazgo de todos ellos y un sentimiento de esterilidad sobre lo que pueda escribir acerca de los mismos. Incluso diré que he empezado un par de veces y he tenido que abandonar las líneas escritas por aburrimiento. ¡Ojalá este sentimiento sea pasajero! Ahora mismo me vienen a la mente la crisis económica y sus fatales consecuencias; las medidas ineficaces, injustas y demagógicas que aplica el gobierno; los seis millones de parados y sus efectos en las familias; el empobrecimiento colectivo y la pérdida del Estado del bienestar; el desprestigio de las instituciones españolas; la pérdida de credibilidad internacional de España; la multiplicación de casos de corrupción y la desfachatez del Gobierno ocultando los suyos propios; la falta de objetividad de la mayoría de los grandes medios de comunicación, secuestradores de la democracia y generados de enfrentamientos sociales; el asalto progresivo de los medios públicos por parte del partido del Gobierno; el blandir —y no precisamente en su acepción de adular o halagar— la Constitución como única respuesta a las demandas del derecho a decidir sobre el encaje territorial de alguna parte, hasta ahora, de España; el envejecimiento de Europa, reflejado en su falta de ideas regeneradoras… . Creo que ya es suficiente. Tal vez le estoy dando al lector demasiados motivos para deducir que mi actitud está al borde del pesimismo o masoquismo intelectual. A fuer de querer ser sincero y realista se tropieza uno con estas consecuencias no deseadas.
No obstante todo lo dicho en la parrafada anterior, quiero creer en una posible salida de tanta crisis y tanto problema. Creo en la juventud que se está formando, creo en las nuevas tecnologías, en la importancia de la incorporación de la mujer en todas las escalas de poder y decisión, tengo esperanza en las nuevas ideas que están surgiendo de los países emergentes que harán cambiar los modelos sociales, creo en la revolución de las conciencias y confío en muchas cosas más.
Estoy convencido que los cambios vendrán de las pequeñas cosas y de su acumulación, de la capacidad de análisis y de la aplicación práctica de sus resultados, de la solidaridad entre las personas y de los movimientos sociales, y de la cultura en general. Necesitamos soplos de aire fresco.
Respecto a los temas que vengo escribiendo normalmente —económicos, políticos, culturales y de defensa de la lengua—, me han llamado gratamente la atención dos escritos publicados en este periódico, por su visión de futuro en cuanto a la economía, uno de ellos, y en cuanto a la lengua, el otro. Me vienen muy bien para vincularlos a mis esperanzas de futuro. En primer lugar me refiero a una editorial del pasado uno de marzo de título “Unir la fuerza de tres territorios”, la cual empezaba diciendo: “La unión de Alcañiz, Tortosa y Morella como cabeceras comarcales para realizar un plan turístico común interautonómico podría poner realmente en valor la potencialidad de la zona histórica de influencia bajoaragonesa.” La directora, Eva Defior, hablaba de sinergias, de conexión con el mar, de valores culturales, de valores paisajísticos, de eliminación de barreras, etc. para la creación de un gran polo de atracción turística. No puedo estar más de acuerdo con estos planteamientos, y además me permito añadir, supongo que la directora estará de acuerdo, que esta unión podría ampliarse a otros proyectos de cooperación industrial y comercial y de otro tipo, más allá de la evanescentes celebraciones de efemérides históricos, y abrir mucho más el abanico territorial de las provincias, comunidades autónomas o estados si algún día los hubiere.
El otro escrito que quiero destacar por sus valores culturales y de certero análisis de la realidad es el de Emma Zafón del 8 de marzo pasado, bajo el título de “El pollo del aragonés oriental”. La autora describe la actuación de los gobiernos de Aragón, Valencia y Baleares contra el catalán, lengua propia de las tres comunidades, o en parte en una de ellas, con tal claridad de ideas y mínimo de palabras que sería difícil superar. Clarísima y directa es también su receta para la defensa lingüística en la Franja: “Educación, estandarización y normalización. Educación para aprender a leer y a escribir en catalán, estandarización para regular su uso en cada zona y normalización para que sea una herramienta de comunicación a todos los niveles en las cinco comarcas aragonesas” ¡Ya me gustaría a mi escribir con tanta claridad y síntesis!
Dos artículos como dos soplos de aire fresco. Mi enhorabuena a ambas.”