Las recogida de firmas contra el anteproyecto de Ley de Lenguas
– ¿ Por qué lo que es frecuente en la calle, no puede serlo en las instituciones ?-
FD \ Los acontecimientos económicos recientes deberían alejarnos de este comentario. Es tan grave lo que sucede ahora mismo en la región, que sólo con la colaboración de todos y dejando de lado el pasado, preñado de la atávica intolerancia y cerrilismo caciquil de algunos, quizás podamos hacer un Aragón moderno, laico y plural.. Pero nos tememos que no. Andan por ahí unos señores empeñados en que en la Franja oriental de Aragón, el Catalán no llegue a ser un idioma cooficial junto al Castellano, y para ello recogen firmas a diestro y siniestro contra la futura Ley de Lenguas que lleva más de ocho años prometida por el PSOE, pero no acaba de llegar a las Cortes gracias a la alianza con el PAR. Se recogen firmas-no lo olvidemos-, no para reivindicar los derechos de los firmantes- que nadie oprime- sino para evitar que otros puedan ejercerlos plenamente. Y como ocurre con todos los nacionalismos ( ahí incluimos también a los regionalismos de opereta) el fundamento de que se mantenga la exclusión sobre el derecho de unos cuantos se ampara en la “ Historia” y el Territorio. Hectáreas contra personas, algo, siempre, muy del agrado de la derecha patria.
Hemos tenido la ocasión de leer el anteproyecto de Ley de Lenguas, y vamos, más tibio, moderado y garantizador de los derechos de todos, ya no se puede ser : en una determinada franja territorio del Aragón lindante con Cataluña, donde desde hace más de 800 años por lo menos la mayor parte de la población ha hablado Catalán además de otras lenguas, se pretende que éste sea cooficial junto al Castellano en las instituciones y en la escuela para quien lo desee. Es decir, que lo que es normal y habitual en la calle lo sea en todas partes. Para ello, soberana y democráticamente cada población decidirá, o no, implantar la cooficialidad en su término municipal. Así está previsto en la Ley. A nadie se va a obligar a aprender, usar o conocer el catalán. Pero parece ser que hay otros, que van recogiendo firmas, que quieren prohibir el acceso a la escuela o los trámites administrativos en su lengua vernácula a una gran parte de la población de esos territorios.
Andan también los convocantes de la protesta, argumentado que lo que se habla en los citados territorios no es el Catalán, defendiendo así poco menos que lo que todos por nuestra cercanía venimos frecuentemente oyendo es un “idioma propio” y autóctono. Algunos ha llegado a llamarlo “ Aragonés oriental”, que ya es imaginación. No piensa así la gran mayoría de comunidad científica de lingüistas. Estos filólogos piensan que lo que se habla en Tamarite o Altorricón, en Fraga o en el Matarraña no deja de ser una variedad- con todas las particularidades e influencias que se quiera- del Catalán, como ocurre en el Ampurdán. Lérida, las Islas Baleares o Tarragona. A nadie le ocurría decir que las modalidades del Castellano en Bolivia o Paraguay convierten al idioma en “ el Boliviano” o “ Paraguayo”.
No nos hacen gracia los nacionalismos de ninguna especie, ni los intolerantes, entre los que apuntamos también a los señores de ERC y CIU, que quede claro. Desde la defensa de nuestras convicciones, somos firmes partidarios del respeto y la tolerancia cultural y lingüística con nuestros diferentes. Aquí, en Cataluña y en Sebastopol. Y el hecho objetivo es que, como dice nuestro Estatuto, en Aragón se hablan tres lenguas, y cerca de 50.000 personas ( que son tan aragoneses como un señor de Tarazona) en Teruel y Huesca, es un hecho, hablan Catalán además de Castellano, empezando por el propio presidente de nuestra comunidad autónoma.
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