Explorando Matarraña . Noticias de Gipuzkoa.
Explorando Matarraña
JOSÉ MANUEL ETXANIZ – Lunes, 24 de Septiembre de 2012 –
vUELVO de Teruel tras comprobar que, felizmente, sigue existiendo. Con las dificultades propias de la época, más las añadidas de un mundo rural que se va especializando en el turismo ecológico y la industria agroalimentaria, secaderos de jamones con Denominación de Origen Teruel, productos derivados del cerdo, frutales, miel y aceite de oliva de alta gama.
Antes exploré la Sierra de Albarracín con Guadalaviar como base, ahora he enredado en la comarca de Matarraña, a cuatro horas de casa, siempre verde por sus olivos y almendros, teniendo la antigua estación de Torre del Compte, hoy convertida en hotel con encanto y sin televisión, como punto de partida para pasear por Beceite y Calaceite. Monroyo, Valderrobres, La Fresneda y Cretas, donde recordé al célebre torero, con perdón, Nicanor Villalta.
Excursiones en bicicleta por el antiguo trazado del ferrocarril o a pie, con baño nudista en pozas fluviales.
Coincidí en la vecina Morella con el Sexenni, manifestación cívico-religiosa que, como su nombre indica, se celebra cada seis años. En su museo, recordé a Ramón Cabrera, el Tigre del Maestrazgo, uno de los mejores generales españoles de los últimos tiempos, junto con D. Vicente Rojo Lluch.
Matarraña es algo más que el escenario para los crímenes de la novela del autor local Isidro Garrido. Es una comarca con historia, cultura, gastronomía, personalidad e idioma propios, porque siendo tan turolenses como los amantes y el torico, hablan catalán, a pesar de los obstáculos que les ponen las autoridades aragonesas -coalición entre PP y PAR- que, con el objetivo de derogar la existente del año 2009, presentaban en estas fechas el anteproyecto de Ley de Lenguas, evidenciando por un lado, el poco interés en considerar el bilingüismo como una singularidad más del rico patrimonio cultural aragonés y, por otro, cierto complejo de inferioridad, al no atreverse a denominar catalán, a la “lengua aragonesa propia del área oriental”. ¡Catetos!