No es agradable tener que denunciar repetidamente los errores o mentiras de la asociación del chapurriau, pero los bulos y malinterpretaciones que publican periódicamente no dejan otra opción, más aún si implican a una institución como la Universidad de Zaragoza.
El último bulo del chapurriau ha sido publicado en el periódico La Comarca el 07/04/2025, en el artículo de José Manuel Bel Albesa titulado «¡Histórico reconocimiento al chapurriau en la Universidad de Zaragoza!». En dicho artículo se confunde la encuesta de un alumno de la asignatura Catalán II del Grado de Filología Hispánica con un imaginario «departamento de Catalán II».
El alumno compartió en redes una encuesta como ejercicio de la asignatura Catalán II, y parte del propio ejercicio consiste en discernir cuántas personas llaman a estas variantes de catalán con el nombre histórico «catalán» o con uno de sus nombres populares, «chapurriau». De este modo, en algunas opciones de respuesta aparecen separadas ambas denominaciones, pero en ningún momento niegan que son la misma lengua. A partir de ahí, Bel deduce que el «departamento de Catalán II» (que no existe) reconoce el chapurriau como una lengua diferenciada.
La Universidad de Zaragoza explica que denominaciones como «maellà», «valencià», «fragatí», «lliterà», «català», «tortosí», «xapurriau», etc., son denominaciones para una misma lengua, el catalán, y no esconde ninguna de ellas. De la misma manera que la RAE no oculta la denominación «andaluz» o «panocho» para las variantes andaluzas y murcianas del castellano.
El artículo de J. M. Bel también hace referencia a la aparición de la palabra «chapurriau» en un libro de texto y lo vende como un gran éxito, escondiendo que en realidad el libro dice explícitamente que «Esta palabra designa tradicionalmente el CATALÁN hablado en la línea fronteriza de Aragón con Cataluña y con la Comunitat Valenciana», es decir, el libro dice todo lo contrario de lo que defiende la asociación del chapurriau.
Por último, Bel hace una extraña petición al pedir que este tipo de encuestas sobre el catalán/xapurriau también deberían estar abiertas a los aragoneses castellanohablantes, algo carente de sentido, pues lo interesante es el punto de vista de los aragoneses que hablan y conocen dicha lengua. Tiene tan poco sentido como pedir a un aragonés catalanohablante que opine del aragonés que se habla en La Val d’Echo.
Por favor, pido encarecidamente la corrección de dicho artículo por parte de la Asociación del Chapurreau.
Carlos Rallo Badet. Calaceite. Correo del Lector